30 años sin invertir en nuestros ancianos

El año 1994 se puso en marcha en el Preventorio Mariola la Asunción un centro geriátrico, tras el acuerdo conseguido entre el Ayuntamiento, la Generalitat y la Fundación que tutela el edificio. Se lograban 60 nuevas plazas de atención pública para atender a nuestros ancianos donde la ciudad solo dispone del centro Emilio Sala con carácter público, ya que el Centro San José es religioso y el que posteriormente, en 2006, se abrió en Oliver de gestión privada.

Llevamos 30 años sin invertir un solo céntimo en nuestros mayores, pese a que cada año la población alcoyana envejece, es decir que cada día hay más ancianos en los que parece que nuestra administración pública no piensa de manera especial.

Quizá esta actitud política nos haga comprender mejor, si ello es posible, la actitud que se ha mantenido con lo ocurrido en el DomusVi, donde nadie ha explicado aún, de una manera oficial, lo que realmente ocurrió para que 74 ancianos fallecieran, en los primeros días de la pandemia del COVID, sin atención médica hospitalaria, con descripciones dantescas narradas por algunos trabajadores y personal de refuerzo llegado, con ancianos que llevaban varios días muertos en sus camas.

Y todo ello con la vergonzante posición, cómplice, de quienes callan, miran hacia otro lado o echan balones fuera porque no es de su competencia o porque ahora ya no se puede hacer nada ni volverán a la vida los muertos. Mejor no menearlo.

Pero no es así. Hay que menearlo y mucho, por respeto y coherencia a quienes les dimos la espalda en la pandemia y, sobre todo, por todos los ancianos que hoy y mañana tendrán que recurrir a los servicios de un geriátrico.

Resulta imprescindible clamar como no se hizo el 2018 cuando 21 ancianos del centro de Oliver sufrieron una gastroenteritis y nunca se aclaró cómo ni porqué; ni se gritó cuando en 2019 hubo otra infección intestinal con 54 afectados; y pasamos de puntillas cuando los trabajadores de El Preventorio denunciaban la falta de personal, que obligaba a limitar a 45 los residentes, cuando había espacio y disponibilidad para 60 y la concejala de Ciudadanos, Rosa García, recordaba en 2018 que había una lista de espera de 3.000 peticiones para ingresar en centros geriátricos, mientras en el Preventorio había vacantes porque no se podían atender todas las plazas disponibles.

En 2021, la entonces consellera Mónica Oltra anunciaba en Alcoy que antes de 2025 se llevaría a cabo una reforma integral del centro del Preventorio, y aquí estamos, viéndolas pasar.

Y es que de las condiciones en que se atiende a nuestros mayores y los servicios que tenemos para ellos, solamente nos acordamos, lamentablemente, cuando hay muertos, cuando se presentan demandas, cuando un juez, por fin, interviene. Pero las deficiencias siguen ahí.

A la Asociación de Familiares del DomusVI no les podemos dar la espalda. La única manera de mejorar es que nadie se sienta impune, que se tenga claro que hay irresponsabilidades de las que no se puede escapar de rositas. Si se les atiende, si conseguimos que se cuente todo lo ocurrido y por qué sucedió, estaremos defendiendo a nuestros mayores para poder seguir creyendo en un sistema, el del bienestar, tan amenazado desde muy diferentes frentes.

Durante muchos años, la concejalía de la Tercera Edad tenía nombre propio y un concejal dedicado, en exclusiva, a esa parcela de la sociedad alcoyana, aunque no por ello se lograban mejores resultados. Hoy sería estupendo tener a 25 concejales defendiendo a nuestros mayores. No será porque no se lo merecen.

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