50 años de una liga que cambió el deporte local
En 1985, el Francisco Laporta fue sede de un partido Argentina-Japón del segundo Mundial de la FIFUSA

Hubo un tiempo que el fútbol lo acaparaba todo en el deporte local. Estaba el Alcoyano, la liga local, los equipos de la comarca, y poco más. Los grandes de aquella época se iban haciendo mayores y paralelamente surgió una generación de nuevos dirigentes locales que iban a marcar la eclosión y modernización de un deporte anclado en el pasado.
Fue así como nació una nueva práctica que nadie conocía, que algunos empezaron a llamar futbito, pensada para aquellos aficionados y practicantes del fútbol a quienes con una cierta edad solo les quedaba jugar en la calle, como se recoge en la edición del 21 de diciembre de 1974 del periódico Ciudad.
“Llegado un momento determinado de nuestra vida –aseguraban Octavio Fuentes y Ramón Giner, entonces miembros de la Junta Local de Deportes–, nos sentimos impotentes para seguir practicando fútbol, por cuanto los campos son muy grandes, los encuentros duran mucho tiempo y otras cosas más. Pues bien, el fútbol de sala –como se le empezó denominando– intenta ser la solución para todos estos deportistas, ya que el campo viene a tener las mismas medidas que el de balonmano, los encuentros duran 70 minutos y pueden realizarse cuantos cambios de jugadores se quiera”.
Así, de esta manera, se anunciaba la puesta en marcha en la ciudad de una práctica que iba a cambiar para siempre el deporte local, sin reglamentación oficial y con la única referencia que en Catalaña se estaba practicando con éxito. En la ciudad, el único antecedente que había eran los partidos que se improvisaban los domingos en la pista de la Piscina Municipal y el Barranquet de Soler. Paralelamente también se tenían noticias de que lo mismo estaba ocurriendo en la la playa de San Juan.
Otra coincidencia que contribuyó a que el nuevo deporte tomara impulso fue el homenaje a Ricardo Company, jugador del equipo Juventud de fútbol fallecido de un infarto en el campo de Bellavista.
Aunque el punto de partida fue la reunión que se convocó el martes 18 de febrero de 1975 en los locales de la Junta Local de Educación Física y Deportes, recogida por el periódico Ciudad, con Juan Ronda al frente, entonces director del polideportivo Francisco Laporta.
Una reunión de la que salió el “primer torneo de fútbol en sala que se organiza en toda la Región Valenciana”, según se recogió en la edición del periódico Ciudad. Asistieron un total de nueve delegados, que acordaron crear una liga local con un total de once equipos.
Se acordó que los partidos habían de disputarse con seis jugadores –los equipos debían estar formados por un máximo de doce y un mínimo de ocho jugadores–, no había límite de cambios, la edad mínima eran mayores de 21 años, ninguno de estos jugadores tendría que estar federado y se aceptaba utilizar porterías de balonmano. Además, en la nueva reglamentación se prescindía de las líneas de banda y el portero tenía absoluta libertad de movimientos hasta la línea de arco de puntos.
Aquellos primeros once equipos se formaron en el seno de filaes, peñas de amigos, sociedades y empresas, según se explicó en aquella histórica edición del periódico Ciudad. Los equipos que participaron en aquel primer campeonato fueron: Barranquet, Sleika, Inter Alcoy, Centro Farmaceútico, Club Tenis, San Jorge, Ciscar Pons, San Roque, Apacesco, Creaciones Marga y Montañeses.
El primer título fue para el Ciscar Pons, pero la actividad no se detuvo con aquella primera liga. La competición se prolongó hasta principios de junio y los ocho primeros clasificados, junto a Mutua Levante y Aficionados del Cuartel de Infantería, disputaron la primera edición de fútbol sala de las 24 Horas, el 7 y 8 de junio de 1975, que a su vez fue la segunda edición de tenis y de baloncesto, los deportes pioneros en la denominada gran fiesta del deporte local.
Con un reglamento concebido de forma doméstica, los partidos de este nuevo deporte los dirigieron colegiados procedentes del fútbol local. Los primeros árbitros que dirigieron partidos de fútbol sala en la ciudad fueron Joaquín Navarro, José A. Bravo, Justo Terol, Salvador Vilanova, Francisco Galbis, Luis Tormo, Francisco Sellés, Antonio Cremades y Miguel Cremades, más Octavio Fuentes y Ramón Giner, que también se pusieron a arbitrar encuentros.
En aquella primera edición se pudo ver en acción a exjugadores del Alcoyano como Miguel, Rojo, Edo, Vañó, Cabillo, Pedro Maya y Pepillo y otros que por diferentes facetas adquirieron notoriedad en el deporte local como Ricardo Canalejas, César Arranz, Ricardo Giner, Miguel Valor, Camilo Vercet, Juan Pla, Sancho, Jesús Gallego o Borreguet, entre otros.
Fue la primera piedra de un campeonato que rápidamente cogió un enorme vuelo, especialmente en la década de los 80 y los 90, en el que llegaron a superar en popularidad a su “hermano mayor”, con dos ligas, una oficial, bajo el paragüas de la Federación Valenciana de Fútbol, y la otra que promulgaba crear una federación propia, alejada del dominio y de la dependencia del fútbol, denominada ADCR, con sus propias reglas y organización, que llegó a aglutinar una liga a nivel local con los mejores jugadores y más equipos.
Mientras que el fútbol local se apagaba a marchas forzadas, el fútbol sala despegaba hasta superar el centenar de equipos, una verdadera barbaridad entonces . Era tal la fiebre, que en 1985, con el fútbol sala siendo el deporte rey a nivel local, el pabellón del Francisco Laporta, ahora llamado Miguel Sarasa, fue sede del partido entre Argentina y Japón, que terminó con el marcador de 7-1, correspondiente al grupo A de la fase de grupos de la segunda edición del Campeonato Mundial de la FIFUSA. Brasil fue el ganador de aquel campeonato y Argentina terminó cuarta, mientras que España fue subcampeona, final que se disputó en el Palacio de Deportes de Madrid.
Desde hace ocho temporadas, tras romper relaciones con la FVF, el fútbol sala local se rige de manera independiente, alejado de la Federación de Fútbol y bajo la denominación de Liga Comarcal, con un campeonato que no ha dejado de crecer desde entonces, estructurado en cinco categorías –desde División de Honor hasta Cuarta División– y con más de 60 equipos. Además, su organización está al frente de la liga local de fútbol 11 y de fútbol 7 de veteranos y la liga de fútbol 7 de Ibi.