Normalizar antes que desistir
La campeona francesa de esgrima Laura Flessel compitió hasta los ocho meses de embarazo; la canadiense Kristie Moore fue medalla de plata en curling en los Juegos de Invierno de 2010 estando embarazada de cinco meses y la tenista estadounidense Serena Williams ganó el Abierto de Australia en 2017 con ocho semanas de embarazo. Otra tenista, la belga Kim Clijsters se convirtió en la primera madre en ser número uno de la clasificación mundial y se hizo con el US Open 2009 tras dos años y medio de ausencia de las pistas después de ser mamá de una niña.
Son algunos ejemplos de deportistas de alto nivel que decidieron ser madres estando en la élite. Sin embargo, ser mamá y deportista no han ido siempre de la mano, en unos casos por el temor a la pérdida de ayudas y en otros, por el miedo a tener que dejar la práctica deportiva durante el embarazo. ¿Puede una mujer embarazada seguir haciendo deporte? ¿Hasta qué mes es recomendable? ¿Cómo afecta al desarrollo del bebé?
Se trata de preguntas que también se hizo una de nuestras mejores deportistas, Jessica Mataix, especialista en largas distancias en montaña, que va camino de su quinto mes de gestación. “Muchas veces, cuando pensaba en ser madre, me frenaba pensar que tendría que estar un año y medio sin correr, los nueve de embarazo y los posteriores a dar a luz, y me agobiaba. Se trata de normalizar la situación, pensar que no estoy lesionada ni tampoco enferma, simplemente es un embarazo”, explica la ultrafondista, que se ha tomado ser madre como lo que es: una experiencia de vida, con naturalidad y sin apartarse de su gran pasión, que es la montaña y correr a través de ella.
TOMAR PRECAUCIONES
Esa normalidad con la que trata de acompañar su embarazo le lleva a utilizar las redes sociales para tratar de transmitir a más mujeres deportistas que ser madre no implica cortar de raíz con entrenamientos y competiciones. “Perfectamente se puede combinar, lógicamente con una intensidad distinta a la de antes, pero se puede seguir haciendo deporte y disfrutando de él como antes de quedarte embarazada. Otra cosa es que haya algún problema, entonces sí que hay que parar, pero mientras todo funcione con normalidad, el deporte es una ayuda más que un obstáculo. En mi caso, tomo algunas precauciones como salir con unos bastones y el ritmo lógicamente es más moderado y controlado que antes”.
Puede leer el artículo completo en la edición de El Nostre del 2 de febrero.
Foto: Jessica Mataix, junto a su marido y perros, el 1 de enero en el alto de Aratx, en el País Vasco.