Los 150 años de una añorada entidad alcoyana
Entre las muchas historias alcoyanas que quedan por escribir está la de aquella entidad tan arraigada en las familias alcoyanas y en la propia sociedad local que fue el Monte de Piedad y Caja de Ahorros, abreviado en el lenguaje popular como “el Monte de Piedad”. La actitud delictiva de unos pocos sinvergüenzas, la impunidad consagrada en determinados estamentos y la complicidad por omisión de organismos oficiales, han empañado y malvado todo lo bueno que aquel Monte de Piedad, reconvertido en burdel financiero, ha quedado como final. Y no es justo, porque en la historia de Alcoy, el Monte de Piedad ha sido, afortunadamente, decisivo para mejorar la vida de los alcoyanos, algo que sonará a chiste para quien solamente se quede con el último capítulo de la historia.
El sábado 26 de abril, se cumplieron 150 años desde que el pleno del Ayuntamiento aprobara la creación de un Monte de Piedad y Caja de Ahorros. Un empresario gaditano, Diego Fernando Montañés y Álvarez, que durante una década vivió en nuestra ciudad gestionando una fábrica que había creado su padre, tuvo a bien a su muerte dejar en testamento, fechado en 1866, un legado de 50.000 reales de vellón para socorrer a pobres alcoyanos; otros 50.000 para que diez jóvenes casaderas tuvieran una dote de 5.000 reales cada una y 300.000 reales para que se creara en Alcoy un Monte de Piedad, como ayuda a los mas desfavorecidos.
Para el proyecto del Monte de Piedad exigía que los prohombres y los pudientes alcoyanos aportaran antes de dos años 700.000 reales. De lo contrario, los 300.000 del testamento se irían a Cádiz.
Contra reloj, un año y medio después de abrirse el testamento, se logró el objetivo, garantizándose los nada altruistas prohombres una garantía de su dinero mediante una Caja de Ahorros unida al Monte de Piedad. Y así fue como el primero de abril se cerró el acuerdo por el que 28 empresarios y rentistas aportaban 300.000 reales entre todos y que Rigoberto Albors Montllor, él solo, aportaba 400.000. El 8 de junio de 1875, el rey Alfonso XII y su ministro de la Gobernación firmaban el Real Decreto autorizando la entidad y el domingo 5 de septiembre del mismo año, se inauguraba el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Alcoy, con sede provisional en San Mateo 10, instalaciones de la Real Fábrica de Paños que luego serían colegio de la Paulas y actualmente forman parte del catálogo de edificios ruinosos del casco antiguo.
Nos consta que JUBICAM, la Asociación de Jubilados de la CAM, organización con 40 años de existencia y todavía en activo, pese a todo lo que ha llovido y el rubor que en ocasiones provoca confesar dónde se trabajó, celebrará una reunión especial de asociados en Alcoy, para homenajear la memoria buena del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Alcoy.
De la Fundación de la CAM no sabemos nada, ni siquiera si realmente existe. Sigue exponiendo de cuando en cuando en el CADAlight, sin temor a la climatización, no como el IVAM y el gobierno municipal de Alcoy. La UPV debería incluir en su oferta educativa algún máster de reparación de aire acondicionado, especial para concejales alcoyanos.
Ojalá la Fundación de la CAM dé señales de vida en Alcoy y este año reivindique lo bueno de su historia, que es la nuestra. Tiempo hay, lo que no sé es si hay ganas y capacidad.
BATOI EXISTE
Quien sí que existe, y con muchas ganas, es el barrio de Batoi. La cenicienta. Y bienvenida sea esa bocanada de aire fresco que nos ha llegado con las reivindicaciones de los vecinos reclamando atención municipal y el deterioro de las infraestructuras y servicios.
Cuando parecía que las asociaciones de vecinos parecían contagiadas por la Fundación CAM, resulta que en Batoi nos alertan de que están vivos y coleando.
RAMÓN CLIMENT. Periodista en reposo