Cuando el pádel llama a tu puerta

Juanjo Valls dejó el fútbol y con 15 años es una de las promesas más firmes de este deporte

La pandemia marcó muchas vidas y cambió hábitos. Hubo un antes y un después, que para muchos significó abrir una nueva etapa en su existencia. Es el caso del entonces niño Juanjo Valls Fuster, ahora adolescente, que iba para futbolista o por lo menos apuntaba a seguir la tradición de una familia en la que el balón siempre ha sido el nexo de unión.

Su progenitor, Juanjo Valls, se le consideró durante muchos años el padre del fútbol sala femenino. Fue el “alma máter” de aquel Santa Rosa que en los últimos años de la década de los 90 y los primeros del nuevo siglo hizo historia en el deporte local. Sin ayudas, con el sacrificio de unas jugadoras que se lo pagaban todo, recorrieron gran parte de la geografía nacional y varias veces estuvieron cerca de alcanzar la élite.

Por sus filas pasaron jugadoras que jugaron en la máxima categoría del fútbol sala femenino nacional e incluso alcanzaron la internacionalidad. Su madre, Sandra Fuster, era la capitana de aquel equipo y todo un referente para las nuevas jugadoras. Aquel equipo cesó precisamente coincidiendo con la pandemia. Sus componentes quisieron darse un tiempo de reflexión, pero aquel equipo ya no volvió a jugar y forma parte del recuerdo.
El niño Juanjo Valls apuntaba a seguir la tradición familiar de crecer con un balón entre los pies, pero la pandemia, y más concretamente el encierro en casa, hizo que descubriera un mundo que hasta ese momento estaba ahí, como una alternativa de ocio, pero sin más. Durante aquellos días oscuros de encierro, la familia Valls Fuster mataba las horas jugando al pádel en la pequeña pista que tienen adyacente a su vivienda.
Encima, cuando se levantaron las restricciones, uno de los primeros deportes que se pudo practicar fueron el pádel y el tenis. El fútbol tardó un poco más y cuando lo hizo, el grupo de amigos con los que jugaba en el equipo del colegio Salesianos Juan XXIII decidieron irse a otros clubes. Por entonces, algo en la cabeza de Juanjo Valls había hecho “click”. No tenía tan claro que le gustaba seguir jugando al fútbol y le atraía el pádel.

Fue entonces cuando sus padres decidieron que el niño Juanjo Valls empezara a tomar clases en Altamira bajo la supervisión de Javi Llana y Joan Gómez. Fue este último quien intuyó su potencial y le aconsejó que acudiera a la Academia que Juan Carlos Ferrero tiene en Villena para que esa progresión no se estancase.

“Llamé a Villena –cuenta Juanjo Valls padre– y lo primero que me dicen que es no cogían a jugadores de 12 años. Seguimos hablando y fue cuando me preguntaron por su nivel, les digo que ni idea, que de fútbol sala o fútbol que sí entendía, pero de pádel mis conocimientos era de nivel de usuario de a pie”.

Aquella llamada terminó con una prueba en las propias instalaciones de la Academia. “Le llegaron a grabar hasta en vídeo”, recuerda el progenitor. Era mediados de abril y diez días después llamaron para comunicarle que se quedaba, que a partir del 1 de mayo ingresaba. Han pasado ya tres años, Juanjo Valls Fuster tiene 15 y aquel niño que apuntaba maneras es actualmente un adolescedente que está entre las mejores palas del pádel formativo de la Comunidad Valenciana.

Fue Claudio Gilardoni, entrenador profesional, entonces coordinador de la Academia de Juan Carlos Ferrero, quien dio el visto bueno a su ingreso. Es a su vez el entrenador de Paula Josemari, la jugadora número 1 del ránking nacional.

Aquellos primeros pasos estuvieron guiados por Germán Gutiérrez, hermano de Sanyo, jugador internacional argentino. Los resultados no tardaron en llegar. Formando pareja con el también alcoyano Álvaro Sanz lograron ganar cuatro de los cinco torneos provinciales que disputaron de su categoría.

El siguiente paso fue dar el salto a la categoría autonómica, ahora con otra pareja, Yerai Ferri, también alcoyana. Lograron clasificarse para el Máster autonómico que reúne a las ocho mejores parejas de la temporada, que en pádel va de enero a diciembre.

El salto de categoría infantil a cadete lo acusó por no encontrar una pareja estable. Primero estuvo con Marcos Martínez de Alicante, luego siguió con Ander Mas y los tres últimos torneos de la temporada los realizó con el alcoyano Dani Muñoz. Logró el objetivo de clasificarse para el Máster, que disputó con otra pareja, Marc Hernández, de Xàtiva, con el que terminó cuarto.

Juanjo Valls afronta desde enero pasado su tercera temporada dentro del circuito autonómico como cadete de segundo año. De nuevo se ha visto obligado a cambiar de pareja, que ahora es Álvaro Sedze de El Campello, que es cadete de primer año, con vistas al futuro y que de una vez por todas se asiente con una pareja estable.

Son ya tres los Campeonatos de España que ha disputado, uno como infantil y dos como cadete, habiéndose estrenado también en campeonatos absolutos y torneos homologados por la Federación Internacional de Pádel. Sin ir más lejos, este fin de semana disputa el autonómico de Castellón como cuarto cabeza de serie.

“No tenemos prisa, lo importante ahora es coger experiencia y puntos, que son muy importantes de cara a tener ránking. En pádel se suele decir que hasta los 25 años estas en edad de aprendizaje. Es muy frío y calculador en la pista. Hay momentos que parece que está en otro mundo y de repente consigue el punto decisivo”, confiesa su padre, durante más de dos décadas formador de deportistas.

Sigue acudiendo dos veces por semana a Villena, otras dos forma parte del grupo de competición que entrena en Altamira la murera Aida Martínez, jugadora profesional de pádel, y hay semana que trabaja un quinto día a las órdenes de Paco Miñano en Elda, excampeón de Europa de frontenis y actualmente jugador de la Premier de pádel. Su equipo se completa con Mónica Castillo como nutricionista y empresas como la aseguradora Grow Up y la firma de palas Nox son patrocinadores personales. A todo ello, sus notas como estudiante de 4º de ESO en Salesianos Juan XXIII son excelentes.

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