El respeto, secreto del oro mundial en obediencia canina
Andreu Fernández y su perra aire se proclaman campeones del mundo de esta disciplina en Grecia

Andreu Fernández, educador canino profesional de Alcoy, y su perra Aire, se han proclamado campeones del mundo en la modalidad de obediencia deportiva (OCI, por sus siglas en francés: Obéissance Canine Internationale) en el Mundial FMBB 2025, celebrado en Grecia. Una hazaña, que además de histórica, es un símbolo de cómo ha cambiado el deporte canino: de métodos coercitivos a una obediencia basada en el respeto, la confianza y el vínculo entre humano y perro.
“No hay palabras que puedan describir lo que sentimos. Estamos flipando, en una nube. No nos lo creemos”, confesaban Andreu y su compañera Nerea Figueruelo desde el perfil de la Escuela Canina Nadog, pocas horas después del logro. Y no es para menos. Subcampeones de España este mismo año, y tras haber sido terceros del mundo en 2024, este título es la culminación de años de constancia, trabajo respetuoso y amor por los perros.
El triunfo de Andreu y su pastor belga Aire no es solo un resultado en una hoja de puntuación. Es el reflejo de una transformación que ha vivido el adiestramiento deportivo en los últimos años. Donde antes se priorizaba el rendimiento a toda costa, hoy se abre paso una nueva forma de educar, más consciente y amable.
“Ya no se trata de presionar al perro para que haga algo. Ahora se valora la relación, la confianza y la comunicación”, explica Andreu. “El perro tiene que disfrutar, no temer. La clave está en el día a día: en cómo le hablas, cómo juegas con él, cómo lo cuidas. Si eso está bien, el resto llega solo.”
Este enfoque ha sido la base del trabajo que Fernández ha desarrollado con Aire desde que comenzó su formación en 2020. Lejos de entrenamientos excesivamente exigentes, se ha apostado por sesiones equilibradas, descanso planificado, apoyo de profesionales como fisioterapeutas caninos, y una atención especial a la alimentación y el bienestar del animal.
De la nada a los podios del mundo
La pasión de Andreu por los animales no es nueva. Antes de dedicarse al mundo del perro, estuvo inmerso durante más de una década en la equitación, si bien es cierto, empezó a montar en la Escuela Equitación Peluca a los seis años de edad. Más tarde, se formó como auxiliar veterinario, hasta que en 2018 fundó la Escuela Canina Nadog. Desde entonces, ha enfocado su vida a la educación canina profesional.
“Empecé a competir desde que Aire tiene 2 años y actualmente ya tiene 5. Siempre me ha gustado la competición ya lo hacía con los caballos en doma clásica. Pero siendo sinceros, lo que me motiva es el pasar tiempo con Aire, saber que tenemos una relación especial, con unas obligaciones y con la preocupación de mantenerla bien, ya que es una atleta. Me ayuda a darle una vida plena, a enseñarle muchas zonas del mundo, y a que disfrute mucho de la vida. A parte para el perro, la práctica deportiva tiene muchos beneficios: enriquecimiento ambiental, estimulación cognitiva, estar físicamente en forma, etc lo que le ayuda día a día para resolver sus propias situaciones”, explica.
La perra, una pastor belga malinois, es hoy una de las grandes figuras del circuito internacional de obediencia deportiva. Con solo cinco años de práctica, Aire y Andreu han sido, subcampeones de España en detección deportiva (clase 1), subcampeones de España en OCI (clase 1), campeones de España en la selectiva belga para el mundial de Italia, terceros del mundo en 2024 en OCI (clase 1), subcampeones de España en la selectiva belga para el mundial de Grecia (clase 2), y ahora, campeones del mundo en OCI (clase 2).
Una preparación sin sacrificios extremos
De cara al Mundial FMBB en Grecia, la preparación fue meticulosa, pero siempre bajo una máxima: no saturar ni agotar a la perra. “Después de cada competición dejamos una semana de desconexión para Aire. Es importante que no asocie el entrenamiento a estrés o presión. A partir de ahí, revisamos qué movimientos se pueden mejorar, trabajamos la limpieza de los ejercicios y planificamos con tiempo”, explica.
Viajar con un perro de gran tamaño no es tarea fácil. Hubo que planear cuidadosamente el transporte, la logística, y garantizar el bienestar de Aire durante todo el proceso. Pero todo valió la pena. En el campeonato, la categoría general enfrentaba a competidores de todo el mundo, con las mismas condiciones. “Es una competición donde participan los perros de una misma raza, por lo que todos partimos desde cero. Lo que marca la diferencia es la relación que tienes con tu perro”, subraya Andreu.
La competición se dividió en dos fases: una semifinal en la que participaron los tres mejores representantes de cada país, y una final reservada únicamente a los 20 mejores. El resultado final se calculó haciendo la media de ambas notas.
Aunque el entrenamiento técnico es clave, Andreu destaca que lo más difícil de estos campeonatos es gestionar los nervios. “A nivel de competición, es complicado buscar la excelencia en los ejercicios y que el perro disfrute haciéndolo y siempre bajo el respeto”, continúa. Además, ser consciente de que estás compitiendo con los mejores del mundo, también impone. “Sabes que compites con los mejores de cada país. Cualquier error cuenta.
Pero al final, lo importante es confiar en el trabajo que has hecho antes y, sobre todo, en tu perro”, afirma. En la final, Aire y Andreu rozaron la perfección. Junto a ellos, otra española, Eva Vicente Tónico, logró el subcampeonato. “En España tenemos un nivel altísimo”, añade.
El premio material consistió en productos típicos de Grecia —miel, mermeladas, aceite de oliva— y, por supuesto, las tres medallas: semifinal, final y puntuación general. Pero más allá del oro, lo que se llevan es una experiencia inolvidable. La próxima gran cita será en noviembre: la Copa de España en el nivel máximo, clase 3. Luego, Andreu y Aire buscarán clasificarse de nuevo para el Mundial FMBB 2026, que se celebrará en Rumanía en la cual Andreu y Aire quieren volver a demostrar su destreza en los campeonatos caninos.