Menudo sainete
C omo cada año tuvimos un sainete en nuestro teatro siendo referente a algún motivo de las fiestas de Alcoy. En esta ocasión vimos una gran obra, magníficamente interpretada, con buena dirección, un trabajo excelente de aquellos que no se ven, atrezzo, luces, tramoyista, maquillaje, sonidistas, peluquería, apuntador, etc… Y por supuesto el flamante escritor, que en esta ocasión fue Emilio Carbonell. Como el mismo autor me comentaba, se trataba de una obra de risa y miedo. El sainete fue un éxito rotundo, donde nos pudimos reír mucho y sorprendernos por lo original de la obra en cuestión. Después ya encarrilamos con nuestras fiestas de moros y cristianos. Pero como todo en la vida, pasa y volvemos a la realidad. Y nos damos cuenta que estamos viviendo un sainete que este sí es de miedo.
Si damos un repaso al panorama nacional veremos muchas cosas de la que la mayoría de ciudadanos no nos gusta y que nadie nos avisó en las propuestas del partido que nos gobierna iban a hacer, han tenido un cambio de ideas. ¡Menudo sainete!
Acuerdos con partidos independentistas, ley de amnistía, alta presión fiscal, déficit y deuda pública elevada, uso de fondos europeos sin transparencia y favoritismo político, laxa gestión de inmigración irregular, sobre todo en Canarias, Melilla y Ceuta, inseguridad ciudadana, revisión de la memoria histórica reciente, abriendo de nuevo heridas, cambios en la educación, con énfasis en perspectiva de género, rebajas de condenas a agresores sexuales, tema Begoña y Ábalos, el hermano del Presidente cobrando un salario público de manera irregular sin saber su función ni méritos, apagón, caos en los trenes y un larguísimo etcétera.
Lamentablemente en casa también tenemos un sainete de risa y miedo. Una calle tan emblemática como es san Nicolás que cada día está peor, con unos baches que destrozan los coches, el cauce del río abandonado, parques descuidados y sin mantenimiento, el Racó San Bonaventura todavía por arreglar, sin terreno industrial, falta de aparcamiento, una deuda desorbitada, luchas nocturnas en los contenedores de basura, inseguridad ciudadana y entre otras muchas cosas. El etcétera aquí también es largo. Y esperemos que no nos pase como dice en el libro de Jeremías 12:5: “Si corriste con los de a pie y te cansaron ¿cómo contenderás con los caballos?”
Parafraseando, si ya cuesta con las dificultades actuales, tendremos que prepararnos para pruebas más duras.