“Sería muy especial jugar en Tercera FEB en Alcoy”
Quique Pérez es el máximo anotador del NB Alcoi y pieza clave de un equipo que por segundo año disputa el play-off de ascenso

En la semana de los Premis El Nostre Esport, no podía pasar desapercibido el trabajo de uno de los clubes que más ha dado que hablar en los últimos tiempos en el ámbito del baloncesto regional: el Nou Bàsquet Alcoi. El equipo ha vuelto a firmar una actuación destacada esta temporada, clasificándose por segundo año consecutivo para disputar el play-off de ascenso a Liga EBA, un logro que demuestra la consolidación del proyecto y el crecimiento sostenido del equipo.
Este éxito no es casualidad. Es el fruto del trabajo colectivo y de la dedicación de cada uno de sus integrantes, tanto dentro como fuera de la pista. Pero entre ellos, hay una figura que se ha convertido en uno de los pilares fundamentales sobre los que Pau Agulló, entrenador del equipo, ha construido su proyecto: Quique Pérez. Desde su llegada al club, Quique ha sido más que un jugador. Ha sido un referente, una inspiración para sus compañeros y un modelo de constancia.
Los números lo avalan, por tercer año consecutivo ha sido el máximo encestador del equipo, sumando un total de 377 puntos esta temporada. Pero su valor no se limita a las estadísticas. Se refleja también en su actitud, su autoexigencia y su capacidad para compaginar el deporte con una carrera académica exigente. “Entrenamos varias veces a la semana, aunque no son demasiadas sesiones. Por mi parte intento complementarlo yendo al gimnasio. Además, estudio un doble grado en Ingeniería Informática y ADE, así que me toca organizarme bastante para compaginar todo.”
La evolución de Quique dentro del equipo ha sido progresiva. Él mismo recuerda cómo, en su primera temporada, se centró en adaptarse y aprender de sus compañeros. Fue el tiempo y la confianza del cuerpo técnico lo que le permitió crecer dentro del equipo: “No fui muy consciente de cuándo empecé a destacar; simplemente empecé a notar que el cuerpo técnico y los compañeros confiaban más en mí, y eso me dio confianza para ir creciendo poco a poco dentro del equipo.” La constancia y el trabajo diario han dado sus frutos. Y no solo en la anotación. Quique ha demostrado ser un jugador polivalente, consciente de la importancia de mejorar en todos los aspectos del juego: “Cada temporada intento trabajar aspectos distintos para ser un jugador más completo. Más allá de los puntos, me esfuerzo por mejorar en defensa, en la toma de decisiones y en ayudar al equipo en todo lo que pueda.”
Ese crecimiento personal también se ha trasladado a la gestión emocional del juego. Quique reconoce que con el tiempo ha aprendido a convivir mejor con las victorias y derrotas, entendiendo que forman parte del proceso: “Antes me afectaban mucho más las derrotas, me costaba desconectar. Con el tiempo he aprendido a verlas como parte del camino y a no venirme abajo. Y con las victorias también intento mantener los pies en el suelo.”
Consciente de su rol dentro del grupo, se define como una persona autoexigente, pero con una mirada constructiva hacia el desarrollo personal: “Me exijo bastante, pero siempre con la intención de mejorar, no por presión. He aprendido a ser paciente y a entender que el progreso lleva tiempo.” Y es que, su compromiso lo lleva más allá de los que ocurre en la pista: “Reviso partidos para ver qué puedo mejorar. Me ayuda a ser más consciente de los errores y a corregir detalles.”
Sobre su papel en el equipo, el deportista se muestra humilde pero firme: “Siento que tengo un papel dentro del grupo, pero para mí lo importante es que todos sumamos. Este equipo funciona porque cada uno aporta lo suyo.”
Como muchos deportistas, Quique tiene sus rituales personales antes de cada partido, que le ayudan a entrar en concentración: “Me santiguo antes de empezar y siempre soy el último en salir a la pista, después de chocar las manos a todos mis compañeros.” Unos rituales que, este curso, se han alargado hasta los play-off de ascenso por segundo año consecutivo.
En este sentido Pérez destaca el crecimiento colectivo de esta temporada, tanto en lo táctico como en lo humano: “Ya éramos un grupo muy unido, pero ahora esa conexión se ha reforzado todavía más, y eso se nota dentro y fuera de la pista.”
Durante la temporada ha habido rivales más difíciles que otros, como corresponde. Es el caso de equipos como Calpe, quien puso en aprietos al Nou Bàsquet Alcoi: “Tienen jugadores muy físicos y con experiencia, que podrían estar en categorías superiores”, explica Quique.
Sin embargo, también ha habido momentos de lucirse como el partido de ida del play-off contra Abastos: “Me encontré bien en pista, me sentí útil para el equipo y pude aportar en momentos importantes”, desvela el jugador.
EL BALONCESTO LOCAL, AL ALZA
Para el equipo, haber llegado por segundo año consecutivo al play-off es una gran motivación: “Era uno de los objetivos que teníamos como grupo y haberlo conseguido de nuevo es una recompensa al trabajo de todos.” Mirando al futuro inmediato, Quique se muestra optimista, pero realista sobre la dificultad de la siguiente fase: “Sabemos que no será fácil, pero confiamos en el grupo. Todos tenemos claro nuestro papel y eso nos hace más fuertes cuando llega la presión.”
Llegar a los play-offs de ascenso no es tarea fácil y, sin embargo, el reconocimiento local y visibilidad por parte de la ciudadanía alcoyana parece insuficiente, así lo considera el propio Quique. “Da la sensación de que otros deportes tienen más visibilidad, incluso cuando los resultados no acompañan”, expresa. En el plano personal, Pérez sigue teniendo aspiraciones deportivas, con el deseo de volver a competir en una categoría superior, pero siempre con los pies en la tierra y mirando por el bien del colectivo: “Me gustaría poder volver a jugar en Tercera FEB, lo que antes era la EBA. Sería muy especial hacerlo en mi ciudad, Alcoy.”