El estanco que se reinventa para cubrir necesidades básicas

El de Batoi es uno de los pocos servicios que hay en el barrio

El estanco que se reinventa para cubrir necesidades básicas
El establecimiento ha tenido que diversificar su oferta. | ALDEMAR

Los estancos, uno de los servicios más tradicionales, sirven de ejemplo en como este tipo de negocios se ha ido reinventando con el paso de los años para saber adaptarse a los cambios de consumo y nuevas legislaciones. Concretamente, el Estanco de Batoi es uno de los pocos servicios básicos con los cuales cuenta este barrio alcoyano. Desde su apertura en 1989 de la mano de la madre de Sergio Valenciano, hasta que decidieron él y su mujer, Marisari Puig, seguir con el negocio el año pasado, el establecimiento se ha convertido en un punto de referencia para los vecinos. “Este tipo de negocios son generacionales”, comenta el estanquero.

En sus inicios, el estanco solo vendía tabaco, picadura de pipa, letras de cambio y sellos. La antigua regulación, más estricta que la actual, apenas dejaba diversificar. “Se podía vender algún artículo regalo como mecheros o portacigarros, pero nada más”, recuerda.

La primera gran transformación llegó en 1993, cuando incorporaron la venta de loterías y apuestas del Estado. A partir del cambio de siglo, se fueron incorporando nuevos productos como alimentación envasada, licores y conservas, siempre bajo algunas limitaciones porque aquellos productos frescos o que produzcan olores no se pueden vender en el mismo establecimiento, puesto que el tabaco absorbe aromas fácilmente. Durante años, el estanco también fue punto de referencia en la venta de prensa, sin embargo, Marisari reconoce que “la prensa en papel desgraciadamente se está perdiendo porque mucha gente lee las noticias online”.

Actualmente, este estanco, se encuentra dentro de la corta lista de servicios con los cuales cuenta el barrio, por lo cual la incorporación y diversificación de producto es clave para suplir las necesidades de los clientes. Este cuenta con la venta de vinos que empezó con la confianza de Bodega Federica y Bodegas La Dolores de Catalayud, además, ofrece productos gourmet, dulces, bebidas y servicios como recarga de tarjetas de móvil y autobús, recogida de paquetes o mediación con Mutua Levante Seguros. “Antes se vivía del tabaco y de las loterías. Ahora, con la afluencia de jóvenes por el Instituto de Batoi y la apertura de la sede de AITEX, tuvimos que adaptarnos. El hecho de que no vendamos solo tabaco se nota”, explica el estanquero.

La realidad del sector del tabaco en España marca también el rumbo del negocio. Las ventas nacionales descienden cada año a causa de las restricciones y a la disminución de fumadores, especialmente entre los mayores de 50 años. “Es un triunfo para Sanidad, pero no para Hacienda”, señala Sergio con cierta ironía. Para suplir estas pérdidas, el Estado permite a los estancos ampliar su oferta, cosa que establecimientos como el de Batoi han aprovechado para seguir adelante.

En paralelo, surgen nuevas formas de consumo que atraen a los más jóvenes: cigarrillos electrónicos, vápers, dispositivos de tabaco calentado o bolsas de nicotina. “Aunque el número de fumadores clásicos han bajado, estas alternativas se están explotando bastante y continuarán creciendo”, opina Sergio. Conscientes de que el tabaco continuará existiendo, pero con un papel cada vez más reducido, Sergio y Marisari ya piensan en el futuro del negocio. Entre sus proyectos está ampliar el local hacia el solar contiguo para crear un espacio más parecido a una bodega de barrio, donde poder vender productos básicos. “Queremos suplir necesidades de los vecinos para que no tengan que desplazarse al supermercado solo para conseguir algo en concreto”, afirma.

Más allá de la evolución de un establecimiento, el caso de este estanco refleja la historia de negocios que han sabido reinventarse para continuar siendo útiles en su comunidad. Su apuesta por la proximidad, la atención personalizada y la innovación han convertido al estanco en un punto de encuentro imprescindible para el barrio.