Ni la París-Roubaix

Ni la prueba ciclista, más famosa por sus tramos de adoquines, se atrevería a bajar por la calle San Nicolás en su estado actual. Una deplorable sucesión de baches y desniveles, digna de otro evento deportivo, el París-Dakar. Los 1.276 metros, por los que transcurre nuestra Fiesta Grande, son un completo desastre, el ejemplo vivo de la falta de mantenimiento, la marca de la casa del actual equipo de gobierno municipal.

Siguiendo con el símil deportivo, tras la yincana inicial, los festers deben afrontar el zigzag Cantó Pinyó- Calderón, con la pericia de Márquez, al trazar la variante Ascari, del circuito de Monza, antes de encarar la difícil chicane del Campanar, finalizando en una meta, donde no se encuentran precisamente los Campos Elíseos, sino con las grietas y roturas de la Avenida del País Valencià, que bien le podrían haber puesto el nombre de otro país imaginario, el de Nunca Jamás, que es la frase que pronuncian los que por allí pasan.

Y eso no es todo, a espaldas del circuito principal, nos encontramos lo que podríamos considerar la zona de boxes, el carrer Sant Francesc (sobre el que el PSOE actuó a sabiendas, sin los permisos de Conselleria pertinentes), donde hay fachadas que se caen a pedazos, solares convertidos en vertederos y la consabida falta de mantenimiento.

La cercanía del Mig Any, nos permite recordar este estado de cosas, la afluencia por estas calles es masiva y festers, músicos y público vuelven a pisar la calzada… el resto del año transcurre evitando los resbalones de las aceras.

El hecho de ser un evento festivo, nos permite cierta licencia, a la hora de denunciarlo, pero no se puede olvidar, que es un problema, que los residentes del centro sufren a diario y que es un drama para personas con movilidad reducida, la falta de empatía del señor alcalde y los suyos (y los que no son tan suyos pero ahí están) con el centro de Alcoy, es legendaria y lo prueban las dos peatonalizaciones ilegales, acometidas contra esta zona, que, por otra parte todos los alcoyanos aprecian, como si fuera su propio barrio.

Por más anglicismos que utilice el gobierno municipal, para anunciar las obras que piensa realizar en un futuro (ya se van acercando las elecciones), de nada servirán, si siguen gobernando, pues el mantenimiento sería el mismo que el actual. Antonio Francés, las quiere, simplemente, para lucir el pin de campeón de la agenda 2030, pero hace imposible, que los festers puedan ajustarse los de sus filaes, en medio de unas calles intransitables, pendientes, más que de perder el paso al formar, de no torcerse el tobillo.

KIKO CANTÓ. Concejal del PP de Alcoy

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