No se notan los tres premios de transparencia

Lo primero pedir disculpas. En mi artículo del pasado viernes decía que el año anterior se recogieron 46.460 kilos de basura en los contenedores especiales de orgánica y no es correcto. Trabuqué el tiempo. La cifra se refiere a los kilos recogidos solamente en el mes de octubre de este año. Con lo cual el ahorro que tiene el Ayuntamiento, en el tratamiento de la orgánica, es mucho mayor. En 2023 ya fue de 10.920 euros.

– Pese a las medallas de transparencia que luce en su pecho nuestro gobierno municipal, uno sigue echando de menos datos concretos que nos den una idea de los costes de los servicios, tan enrevesados al cruzarse en diferentes partidas presupuestarias. Se nos dice que, atendiendo a las directrices europeas, las nuevas leyes estatal y autonómica establecen que hay que financiar los servicios con las tasas rercaudadas. Y sabemos lo que se le paga a Construcciones y Contratas, por un contrato que caducó y ha agotado las prórrogas, y cuyo nuevo contrato está pendiente de convocatoria a la espera de que se consiga un acuerdo, del que nada se sabe, y que obligó a retirar del orden del día su aprobación en el último Pleno. Pero no sabemos el coste que va a suponer el nuevo contrato, ni las mejoras que tendrá, ni tampoco si se aplicarán medidas que impidan, como ahora, que el servicio cobre, como ocurrió en 2020, una compensación de 170.000 euros por cumplir los objetivos de calidad, cuando todos sabemos en qué condiciones están los contenedores y en los montones de basura que se aglomeran fuera de ellos por estar llenos. Extraña calidad.

Hay, además, un coste por el servicio de recogida y por los servicios extra que realizan; otro por el transporte a la planta de Xixona que cobra por su tratamiento y eliminación.

Pero también hay unos ingresos por el reciclado de envases, cartón/papel y vidrio, además de bonificaciones por la calidad del reciclado.

¿Cuánto nos cuesta realmente el servicio? ¿Cuánto recauda (que no es lo mismo que lo que presupuesta) el Ayuntamiento de los vecinos? ¿Cuál es realmente la diferencia entre el gasto y lo recaudado? Son datos que no habría que pedir sino que en un verdadero ejercicio de transparencia, el Ayuntamiento debería trasladar al vecindario.

– Tampoco se sabe cuánto nos cuesta el servicio que ofrece el Teatro Calderón y continuamos sin saber lo que nos cuesta, para satisfacción de la Fundación Mediterráneo y la Generalitat, el mantenimiento del CADA. Y mucho menos sabemos, y lo que te rondaré morena, del Parque Tecnológico Urbano de Rodes, para el que se ha contratado una empresa que gestione la organización y a otra para que prepare –todavía no lo tienen a estas alturas– el pliego de condiciones para el futuro restaurante.

Y eso que en 2020 logró el título de Ayuntamiento más trasparente de la provincia y la Comunidad y que en 2024 le dieron otro premio por transparencia en Infoparticipa. Tendrían que escuchar al alcalde contestando en el último Pleno las preguntas de la concejala Balaguer, sobre quiénes pueden utilizar las instalaciones de Rodes. Vamos, para concederle otro premio a la transparencia, pero opaca.

– Y un dato preocupante en la gestión del Calderón. Nos cuesta al mes 37.270 euros que cobra una empresa por el mantenimiento y servicio y en septiembre se han pagado 13.935 euros por cachés de las compañías y artistas que han actuado, pero se han recaudado 1.059 euros en taquilla. Gastos, 51.205 euros; ingresos, 1.059.

El Teatro Principal ya lleva 8 años en el limbo; el Calderón “va com va” y el que se está consolidando, a la chita callando, es el Teatro Plaza, la nueva versión del Teatro de los Salesianos gestionado por una empresa privada.

Y en actividades culturales, menos mal que tenemos a la Fundación Mutua Levante, que le permite a la Casa de Cultura vivir en un letargo lamentable.

Pero eso sí, con tres premios a la transparencia.

RAMÓN CLIMENT. Periodista en reposo

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