La Rosaleda culmina su reconstrucción tras 20 meses
La intervención finaliza tras cumplir la sentencia del TSJ y poner al día la estructura y la zona verde de la plaza
La Rosaleda culmina su reconstrucción tras 20 meses. El jueves se inició la instalación del restaurado monumento a Sant Jordi, unos trabajos que han despertado gran curiosidad entre los viandantes y que vienen a culminar la reconstrucción de la plaza que ha sido sometida a una remodelación que cumple veinte meses de actividad y que entra en su recta final. La intervención llevada a cabo ha supuesto una inversión de 4,4 millones de euros. Tiene como objetivo cumplir con la sentencia del TSJ de 2005, que calificó de ilegal la obra ejecutada por el entonces gobierno del PP. Por otro lado, se está a la espera de la apertura del parking subterráneo que tiene licencia para operar desde el 5 de septiembre.
La reforma integral del complejo de La Rosaleda ya es una realidad. Las obras, ejecutadas para dar cumplimiento a la sentencia del Tribunal Superior de Justicia que obligaba a restituir la zona verde eliminada en su día y a reforzar la estructura del aparcamiento subterráneo, se dieron por finalizadas el pasado 5 de agosto, tras veinte meses y tres prórrogas. Con ello culmina una intervención de gran complejidad técnica que devuelve al parque su función original.
El proyecto ha consistido en la recuperación del jardín superior —incluyendo la restitución del talud natural y la eliminación de elementos que comprometían la impermeabilización— junto con la adecuación estructural del aparcamiento. La actuación ha implicado trabajos de apuntalamiento temporal, refuerzo de pilares y muros, aplicación de nuevas láminas impermeabilizantes y remodelación completa del sistema de drenaje para evitar filtraciones. A ello se ha sumado la renovación de los accesos e instalaciones del parking.
El Ayuntamiento recuerda que a principios de julio los informes municipales ya situaban la obra en un estado muy avanzado, pendiente únicamente de pequeñas deficiencias. Por este motivo se otorgó a la constructora un plazo de tres semanas para completar los últimos detalles, decisión que permitió avanzar hacia la puesta a punto del servicio mientras se ultimaba la intervención técnica. Ese calendario se cumplió: el 5 de agosto los técnicos certificaron la finalización total de la obra. A partir de ese momento, el Departamento de Contratación inició de inmediato los trámites para la reapertura del aparcamiento y fijó un plazo de un mes para que la concesionaria pudiera organizar las contrataciones necesarias de cara a la puesta en marcha.
El 5 de septiembre el Pleno municipal aprobó la nueva licencia de actividad, sin condicionantes técnicos ni administrativos. Desde esa fecha, el aparcamiento cuenta con todas las autorizaciones para volver a funcionar. Los trabajos que todavía se desarrollan en la parte superior —correspondientes únicamente al ajardinamiento definitivo— no afectan a la operatividad del parking, tal y como acreditan los informes municipales, por lo que el Ayuntamiento exige a la concesionaria UTE Ortiz-Auplasa que abra ya el aparcamiento subterráneo.
“El Ayuntamiento considera inaceptable que, pese a contar con licencia, con una obra finalizada y con una infraestructura plenamente operativa, la UTE Ortiz-Auplasa mantenga cerrado un servicio fundamental para la ciudad. La administración ha cumplido con todas sus obligaciones y exige a la concesionaria que haga lo propio y proceda de inmediato a la apertura del parking”, afirma la concejala de Urbanismo, Vanessa Moltó.
Aunque el debate político ha acompañado el proceso, el grueso de la intervención responde a obligaciones judiciales y a la necesidad de consolidar un espacio cuya ejecución inicial, durante un gobierno del Partido Popular, fue declarada ilegal por haber eliminado la zona verde protegida. En las últimas semanas, el PP ha criticado distintos retrasos y ha acusado al gobierno local de “opacidad”, si bien algunas de estas afirmaciones no se ajustan a la documentación técnica y administrativa disponible.
Con la obra concluida y las garantías certificadas, el Ayuntamiento sostiene que solo queda la reapertura efectiva del servicio por parte de la concesionaria. El proyecto, de gran impacto urbanístico y técnico, recupera así un espacio verde esencial y restituye las condiciones de seguridad y uso de una infraestructura clave para la movilidad en Alcoy.