Alcoy-Madrid: de casa a casa, en 16 etapas de «terapia pura»
El ilustrador alcoyano Ignacio Doménech suma un nuevo Camino de Santiago a su larga lista desde que comenzó en 2009

Fue en 2009 cuando el ilustrador alcoyano, Ignacio Doménech, se adentró en el mundo del Camino de Santiago.
Esa primera experiencia la vivió durante un mes con un amigo cuando todavía estaba estudiando: «fue una experiencia brutal. Me marcó un montón. Es terapia pura», señala Doménech, quien a partir de ese momento ha ido sumando vivencias dentro de los distintos caminos que hay.
«Últimamente siempre que hago un Camino lo hago solo, y es muy terapéutico y enriquecedor. Todos tenemos nuestras preocupaciones, nuestra mochila, tu propia situación personal. Cuando vas caminando, haciendo etapas, vas soltando mochila, tanto física como emocional y ayuda mucho a reordenarte, a conectar contigo mismo y poner un poco en equilibrio tu vida», detalla el alcoyano.
El último de ellos le ha llevado desde la propia puerta de casa de su madre, en Alcoy, hasta su casa en Madrid, donde reside desde hace varios años.
En este verano ha realizado el Camino del Sureste hasta Toledo, para después desviarse hasta la capital.
Casi sin planearlo y estando con unos amigos en el Algarve (Portugal), decidió comenzar una nueva aventura puesto que le quedaban 16 días de vacaciones, que se tradujeron en 16 etapas desde su ciudad natal, hasta aquella que lo lleva acogiendo como hogar desde hace un tiempo.
«Ha sido el más duro que he hecho. Estar solo me ha servido muchísimo», y con una conexión interna que está a flor de piel asegura que «no somos conscientes de lo afortunados que somos, por el lugar donde hemos nacido, en Alcoy. Esa ha sido la etapa más bonita, la más verde, después de bajar Onil, todo han sido campos de trigo inmensos».
A la poca planificación se le suma que del camino que ha realizado apenas información en comparación con otras zonas ni tampoco «está tan señalizado», y es que «lo hace muy poca gente», tanto es así que, a diferencia del resto de veces que ha hecho el Camino, «no he coincidido con ningún peregrino». Así, comenta que «he seguido sobre todo un canal de YouTube de un hombre de 60 años que su vida es el Camino de Santiago, y también a través de Wikiloc».
Un total de 16 etapas en las que ha caminado 612 kilómetros, ha sumado experiencias, vivencias y también anécdotas.
Una de ellas la vivió en el albergue municipal de La Roda, que está situado en la plaza de toros: «me dieron directamente las llaves de la plaza. El albergue estaba en la enfermería, había dos camas, bastante austero, pero no estaba mal. Es algo que no me había pasado nunca».
Y juntando las anécdotas con lo más humano que hay, las personas, Ignacio Doménech, relata algo que le ocurrió cuando entró en uno de los numerosos pueblos que ha recorrido en las 16 etapas: «entrando en un pueblo le pregunté a una señora, que estaba barriendo por un sitio para desayunar. Me indicó ir hacia adelante, que había dos bares, pero a los 10 segundos me gritó y me dijo ‘ven aquí que te voy a invitar a desayunar a mi casa’. Estuve una hora y media desayunando con ellos, con su marido, con su hijo, como si los conociera de toda la vida». Una vivencia que califica como de las «cosas bonitas» que le han pasado en este recorrido, de casa a casa, de hogar de siempre, a hogar de ahora.
Doménech asegura, tras vivir el Camino de Santiago, en distintos momentos, que es una experiencia súper recomendable que «te hace valorar mucho lo mínimo, las cosas más simples de la vida como puede ser una ducha o una comida después de una etapa».