Alcoy necesita despertar, una ciudad sin oportunidades no tiene futuro

Cada mañana, antes de que salga el sol, cojo el coche y pongo rumbo fuera de Alcoy.

No porque me apasione el trayecto que recorro cada mañana, ni porque busque aventuras en otra ciudad, sino porque aquí, en mi tierra, no hay trabajo. Llevamos muchos años así. Cientos de alcoyanos obligados a desplazarnos a diario a Ibi, a Castalla o, como en mi caso, hasta Alicante. Y cada kilómetro recorrido me recuerda la misma verdad: en Alcoy se nos niegan las oportunidades que merecemos.

Cuando atraviesas la carretera y ves las colas de coches entrando en los polígonos industriales de esas localidades, cuando observas los camiones cargados que entran y salen, generando empleo y riqueza, no puedes evitar preguntarte: ¿por qué en Alcoy no?

Nuestra ciudad se ha refugiado en fiestas, actividades y un turismo que, aunque aportan vida y movimiento, no bastan para sostener una economía próspera. Alcoy siempre fue tierra de industria, de emprendedores, de gente trabajadora y valiente. Fuimos un referente en la creación de empleo y en la innovación. ¿Cómo hemos llegado a este punto en el que nos conformamos con migajas?

Parte de la respuesta está en la falta de visión política. Dieciséis años de un mismo gobierno, encabezado por Toni Francés, han sumido a la ciudad en una inercia peligrosa. Encerrados en un despacho, alejados de la realidad cotidiana de los vecinos, es imposible entender las verdaderas necesidades de Alcoy. Se ha agotado la ilusión, se han agotado las ideas. Cada día que pasa sin atraer inversión, sin generar suelo industrial de calidad, es una oportunidad perdida para nuestros hijos, que ven cómo, tras estudiar con esfuerzo, la única salida que tienen es marcharse.

No pido milagros, pido compromiso. Alcoy tiene el potencial para recuperar el pulso industrial y convertirse, de nuevo, en un motor de empleo y bienestar. Tenemos una localización estratégica, talento de sobra y una historia que nos avala. Lo que nos falta es un gobierno con valentía para apostar por el futuro, no por la comodidad de la rutina.

Sueño con un Alcoy que despierte de este letargo. Sueño con que mi hijo puedan trabajar aquí, en su ciudad, sin necesidad de hacer maletas cada mañana. Y estoy convencida de que el cambio está cerca: un año y medio puede parecer poco, pero también es una eternidad si seguimos perdiendo oportunidades. Alcoy necesita un nuevo rumbo, y los alcoyanos merecemos un futuro a la altura de nuestro esfuerzo.

BELÉN MATAIX. Afiliada del Partido Popular Alcoy

Advertisements