Bucle

Da la sensación de que el Alcoyano ha entrado en un peligroso bucle en el que alguien debería hacérselo ver.

En el entrenamiento de ayer antes de comenzar la sesión los chillidos por la segunda parte de Castalia se escucharon por toda Ibi. Algún futbolista empieza a estar harto de que la culpa de las derrotas siempre sean de los jugadores, que si falta actitud, que si no hay calidad en la plantilla, que si los rivales con una ocasión les basta para ganar los partidos, que si… Hasta hace un par de jornadas era innegociable el 4-4-2. Ha sido empezar a vaciarse la enfermería y ya no vale ese sistema, ahora hay que jugar con otro, ahora se impone el 4-2-3-1. Óscar Díaz, que con diferencia es el jugador más caro de la plantilla y dos años de contrato con 34 años a sus espaldas, al principio de temporada era titularísimo, daba la sensación que eran él y diez más en el campo, ahora ya ni juega un minuto, lleva una cruz sobre su espalda por los dos penaltis fallados.

Córcoles fue fichado como lateral y aún no ha disputado un minuto en banda. En el Alcoyano es mediocentro, lo que ha hecho que a Omgba se le haya tenido que buscar acomodo en otra ubicación y en Castalia debutó como enganche por detrás del punta. El camerunés pareció un pollo sin cabeza deambulando por el campo. No solo eso, Anaba fue una de las grandes apuestas del verano, fue fichado como mediocentro a precio de delantero y ahora que está para jugar después de una misteriosa lesión de más de dos meses, le toca calentar banquillo.

Por no hablar de Nieto, un jugador que solo está para jugar los partidos del Collao, cuando por palmarés deportivo y nómina es uno de los futbolistas llamados a tirar del carro. En esa manía por mover el árbol y rectificar sobre la marcha, en el descanso de Castalia hubieron no uno, dos cambios. Quedaba toda una segunda parte por delante y en la primera, el Alcoyano no había estado tan mal para trastocar dos líneas tan básicas como la defensa y el centro del campo. La primera media hora del partido fue de notable y de no haber sido por el error de Tomás Ruso, el Castellón estaba siendo silbado por su propio público. Se fue Navarro, Hermosa pasó al lateral y la defensa fue un coladero. La obsesión por querer remontar desde el primer segundo de iniciado el segundo tiempo abrió el partido, el Castellón comenzó a ver espacios y llegó el segundo. Quedaba aún media hora por delante, pero la confusión era tanta en el equipo que vino un tercero y hasta pudo subir el cuarto mientras los jugadores del Alcoyano solo les preocupaba que se pitase el final del choque. Mala pinta tiene esto porque más de uno dentro del vestuario empieza a estar cansado de que las culpas siempre sean para la misma diana.

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