Carmelitas Vedruna marcan un gol solidario

El colegio consigue 1.800 euros para reactivar el taller arrasado por la DANA de Agustín Navarro, el último artesano de futbolines de la Comunidad Valenciana

Carmelitas Vedruna marcan un gol solidario
Alumnos rodeando uno de los futbolines.

El colegio Carmelitas Vedruna de Alcoy ha demostrado que la solidaridad también se aprende —y se vive— en las aulas. Gracias a una iniciativa que combinó pedagogía, empatía y compromiso social, el centro ha conseguido recaudar 1.800 euros para ayudar a Agustín Navarro, el último artesano que fabrica futbolines a mano en la Comunidad Valenciana, a recuperar su taller después de quedar arrasado por la DANA del pasado octubre.

La chispa que encendió esta campaña nació del testimonio directo de uno de los profesores del colegio, quien, después de colaborar como voluntario en la zona afectada por la crecida del barranco de Poyo, conoció la historia de Agustín. El artesano, de 56 años y con más de cuatro décadas dedicadas a la carpintería artesanal, estaba a punto de abandonar su oficio después de que la riada destrozara su puesto de trabajo y los pedidos que tenía en marcha.

Conmovido, el docente propuso una idea sencilla pero potente: encargarle a Agustín la construcción de dos futbolines para el Club Deportivo Vedruna. Así, el centro le daría no solo trabajo, sino una oportunidad para volver a empezar. De aquí nació el lema de la campaña: “Agustí, fes-nos un futbolí”. El colegio transformó esta propuesta en un proyecto global de micromecenazgo y aprendizaje-servicio, involucrando a toda la comunidad educativa, desde Infantil hasta 4.º de ESO. Bajo una estructura pedagógica muy definida, los alumnos no solo participaron con aportaciones voluntarias, sino que también trabajaron en actividades relacionadas con la causa y adaptadas a cada ciclo.

Las donaciones, recogidas entre el 7 de abril y el 9 de mayo en las mismas aulas, fueron acompañadas de un pequeño obsequio simbólico: un imán conmemorativo de la campaña. En apenas un mes, la iniciativa superó las expectativas y consiguió los 1.800 euros necesarios para formalizar el encargo.

“Este proyecto no solo nos ha enseñado a sumar dinero, sino a sumar valores”, afirma Àngela Linares, directora pedagógica del centro. La iniciativa ha servido como motor pedagógico para trabajar la solidaridad, el emprendimiento, la realidad de los desastres naturales y la importancia de preservar el patrimonio cultural. Desde el colegio, perteneciente en la red de 33 centros de la Fundación Vedruna Educación, subrayan que esta acción cobra especial sentido durante la conmemoración del 200 aniversario de la institución: “Cómo hizo Joaquina de Vedruna, queremos ser presencia activa allí donde más se necesita. Hoy, Agustín y su taller son el símbolo de esta necesidad”, continúa.

Lo que empezó como una idea puntual podría tener continuidad. El éxito de la campaña ha motivado al centro a estudiar su consolidación como proyecto permanente de emprendimiento social y servicio comunitario. Y, como diría cualquier forofo del fútbol, este ha sido un auténtico gol por la escuadra.