Con prisa, sin civismo

El año pasado hubo un ligero repunte en la cifra de accidentes de tráfico en Alcoy, aunque la cifra total es muy inferior a la de 2017, con 231 frente a 364.

Sin embargo, en los últimos meses, y también en las últimas semanas se han conocido varios atropellos en nuestra ciudad –tanto en 2020 como en 2021 esta cifra fue de 20 en total–.

Sobre esto, el edil de Seguridad, Raül Llopis, habla de “distracciones” como un posible denominador común en estos sucesos. Yo le añadiría la prisa. Y es que, actualmente vivimos en x2 o x3, como si se tratase de tirar hacia adelante una película o una serie de Netflix.

Vivimos con prisa, hemos vuelto a ese ritmo pese a que la vida hace más de dos años nos hizo darnos cuenta de que se podía parar, o al menos, aminorar el ritmo.

Esto creo que se extrapola tanto a los conductores como a los peatones, sin embargo, y según muestra la memoria anual de la Policía Local de Alcoy del pasado año, el 75% de las imprudencias fueron cometidas por conductores, y el 25% restante por los peatones.

A nadie nos resulta extraño, pero a la vez nos sigue sorprendiendo y muchas veces nos quejamos cuando un vehículo, la gran mayoría de veces, coches o motos, pasan a gran velocidad por una calle de Alcoy, de hecho, el otro día, yo misma tuve que parpadear dos veces al ver que un coche se saltó un ceda el paso en la calle Lluis Braile mientras yo bajaba por la calle Milagrosa. El tipo ni se inmutó, y más bien parecía una curva de algún circuito de carreras, solo que sin ser profesionales de ese deporte, sin protecciones y con coches aparcados a los lados como si de las propias barreras se tratase.

Y mientras que en un coche las ruedas se adaptan a nuestra prisa, cuando vamos andando lo hacen nuestras piernas. Y es que parece que –incluyéndome a mí– no podemos soportar esperar unos segundos, o algún minuto, a que el muñequito se ponga verde. Muchas prisas, pero poco civismo.

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