Cristian Molina, el nuevo killer del Trofeu Filaes

El 10 de los Ligeros fue clave en la final de fútbol sala sénior con dos goles que encarrilaron el título frente a los Abencerrajes

Cristian Molina, el nuevo killer del Trofeu Filaes
Cristian Molina celebra uno de sus dos goles.

El Trofeu Filaes se ha consolidado como mucho más que una simple competición deportiva. Es el gran escenario donde los festeros y deportistas rinden tributo a sus filaes a través del deporte, la entrega y la emoción.

Cada año, el pabellón de la Mutua Levante se convierte en un hervidero de pasión, repleto de amigos, familias y compañeros de fiesta que se vuelcan para animar a los suyos. Y en la edición de este 2025, el protagonismo fue para Los Ligeros, que tras varios años quedándose a las puertas, conquistaron por fin el ansiado título sénior de fútbol sala.

En la final, disputada ante los Abencerrajes, Los Ligeros se impusieron con claridad por 4-1, cerrando un torneo impecable y dejando atrás las derrotas en las ediciones de 2022 y 2024. Pero si hubo un nombre que sobresalió entre todos, ese fue el de Cristian Molina, autor de dos goles y verdadero estandarte del equipo durante toda la fase final.

Desde pequeño le unen sus dos pasiones: el fútbol y la fiesta. Nacido el 22 de abril, justo el día de la Entrada, su padre no tardó ni 24 horas en inscribirlo en Los Ligeros. Desde pequeño ha vivido la fiesta y el deporte como un binomio inseparable. Empezó a jugar al fútbol con apenas cuatro años y creció en la cantera del CD Alcoyano hasta los 18.

Tras su paso por los Salesianos y el Ciudad de Alcoy en regional, compaginó durante años el fútbol sala en la liga local con el fútbol 7. Aunque su carrera deportiva tuvo una pausa cuando se trasladó a Valencia para estudiar y trabajar, nunca abandonó del todo su pasión. “Lo retomé el año pasado para jugar con amigos. No estoy en ninguna liga, solo quiero seguir disfrutando del fútbol”, confiesa.

La historia de Cristian en el Trofeu Filaes ha estado siempre muy presente. Comenzó en la categoría alevín de fútbol 7, y con el paso de los años dio el salto al fútbol sala sénior, donde lleva ya una década compitiendo, desde que cumplió los 18 años. Un detalle curioso es que llegó a compartir equipo con su padre. Sin embargo, hasta esta edición no había logrado conquistar el título que su padre ganó en 2007, un logro que ahora, por fin, también puede contar como suyo.

Para los alcoyanos festeros y amantes del deporte, la Semana Santa no es solo un descanso festivo. Es una tradición que se respira con intensidad, una cita marcada en rojo en el calendario, donde las filaes se trasladan de las calles a un entorno diferente: la pista, el campo y la cancha.

Cristian lo resume con claridad: “Es una fecha importante, porque a los que nos gusta competir, el fútbol sala y el ambiente que se genera esos días es muy bonito. Además, como ha sido en nuestro caso, si consigues pasar la fase de grupos, es ilusionante pasar la mañana viendo cómo se llena el pabellón de gente y cómo empieza a respirarse ya el ambiente de fiestas”, explica.

Este año, ese ambiente se vivió con una intensidad especial para Los Ligeros. El camino al título no fue fácil, pero sí contundente. Golearon 6-1 a los Vascos en su debut, sorprendieron con un 5-0 a los Cruzados —grandes favoritos al título—, y en octavos vencieron 3-1 a los Cides. Luego llegaron los partidos más tensos: un 2-0 a las Tomasinas en cuartos y otro 2-0 a los Alcodianos en semifinales. En la gran final, el 4-1 ante los Abencerrajes cerró una actuación impecable con Molina, a pesar de una lesión en el cuádriceps, vestido de héroe.

“El partido en el que mejor me sentí fue la final. Arrastraba molestias y llegué a dudar si podría jugar el día de la fase final. Pero con un buen calentamiento, pude jugar unos minutos en cuartos y en semis, y en la final me olvidé del dolor. La ilusión de llegar, de saber que podíamos ganar, nos hizo sentirnos bien y lo dimos todo”, continúa.

Aunque su papel fue clave en varios partidos, hay uno que Cristian no olvida: el de cuartos ante las Tomasinas. “Fue un momento importante. Era uno de esos partidos por la mañana, de esos en los que te puedes quedar fuera. Conseguí marcar haciendo un par de paredes con mi hermano Álvaro, y para mi fue muy especial.

Pero, sin duda, me quedo con la victoria en la final. Es la más importante de todas”, sigue. “No era algo que esperábamos porque hay nivel, pero este año nos veíamos muy capaces. Llevamos cuatro años con este equipo y creíamos en nosotros. Supimos no confiarnos, jugar cada partido con seriedad y actitud, y eso nos ha llevado a levantar el trofeo”.

Tras varias ediciones rozando la gloria, por fin Los Ligeros conquistaron su merecido título y para Cristian Molina, uno de los grandes protagonistas, este triunfo tiene un valor añadido: “Es nuestra Champions alcoyana. Estar en ese pabellón, con tu filà apoyándote, con tanta gente animando es ilusionante”, concluye.

Advertisements