De ciudad referente a ciudad invisible: el Alcoy de Toni Francés
Dos años. Veinticuatro meses. Setecientos y pico días. Ese es el tiempo que llevamos con esta nueva (vieja) legislatura de Toni Francés al frente del Ayuntamiento que ya suma la friolera de catorce años. ¿Y qué ha pasado en Alcoy durante todo este tiempo? Spoiler: poco o nada. Bueno, sí… calles cada vez más sucias, aceras cada vez mas peligrosas, y una sensación generalizada de que la ciudad está en modo avión o fuera de cobertura.
Pasear por algunas zonas de Alcoy es un deporte de riesgo. Si no te tuerces un tobillo con los adoquines, corres el peligro de caerte por una baldosa suelta. Pero tranquilos, que lo único que se mantiene firme es el sueldo de los socios de gobierno, Compromís, está más atento al calendario de cobro que a las necesidades reales de la ciudad.
Y mientras tanto, ¿qué pasa con los jóvenes? Pues que se van. Porque aquí, en Alcoy, todo el talento de la UPV o de la EASD solo sirve para decorar el CV… antes de hacer las maletas. No hay oportunidades, no hay empresas nuevas que inviertan en Alcoy, y, sinceramente, no parece que al actual equipo de gobierno le quite mucho el sueño.
¿Quieres ver el futuro de Alcoy en tiempo real? Ponte el despertador a las 7 de la mañana, desplázate a la salida de Alcoy y mira las colas para salir de la ciudad. Gente joven (y no tan joven) yéndose a trabajar fuera. A las 8 de la tarde, el mismo desfile, pero en sentido contrario. Alcoy se ha convertido para la gente joven en ese lugar donde vives, pero no trabajas porque no hay oportunidades. Una ciudad FETA POLS
Y en medio de todo esto, Toni Francés, que parece más un actor secundario de su propia legislatura que un alcalde con ganas de cambiar las cosas (eso si, los viajes y las comilonas que no paren). Todo apunta a que su mayor proyecto es seguir ahí, en la poltrona, mientras machaca a todos sus compañeros de partido que al menos tienen ganas de cambiar algo y viendo cómo la ciudad se le escapa entre los dedos sin mover demasiado.
Pero oye, no todo está perdido. Aún hay esperanza de que llegue un gobierno que tenga ganas, ideas y, sobre todo, un poco de sangre en las venas. Que apueste por crear suelo industrial decente, atraer empresas de verdad y que Alcoy vuelva a ser lo que fue: una ciudad que no solo aparecía en los mapas, sino que marcaba tendencia.
Porque ahora mismo, seamos sinceros… estamos en pausa. Y ya va siendo hora de darle al botón de play.
SANTIAGO CARBONELL. Concejal del PP en el Ayuntamiento de Alcoy