El adiós de Juan Serrano y la ampliación de capital

Con la venta de acciones se quiere tener dinero fresco para reforzar una plantilla y asaltar la Segunda B Pro

Serrano muestra la placa que recibió de manos del alcalde. | XAVI TEROL

La pérdida de peso en la toma de decisiones de Juan Serrano ha sido proporcional con la aparición de ciertos episodios que comprometen su continuidad en el cargo, surgidos al amparo de unas arcas repletas tras el paso del equipo por la Segunda División y la pérdida de poder del socio en la toma de decisiones en el funcionamiento de la entidad con la implantación de la Sociedad Anónima Deportiva, de la que él pasó a ser inmediatamente accionista mayoritario. Entonces no se llegó a decir toda la verdad, siendo ahora cuando han salido a la luz algunos asuntos, los cuales incluso podrían comprometer hasta su condición de accionista mayoritario como le ha pasado a alguien muy allegado a él, que ha debido ceder todas sus acciones ante la amenaza de perderlas todas.

En los últimos meses se han sucedido los encuentros para tratar que Juan Serrano ejecutara la renuncia que anunció en junio de 2019, pocos días después del descenso, pero que nunca llevó adelante y que convirtieron aquella rueda de prensa en la que llegó a derramar alguna lágrima en un acto claramente cara a la galería.

En todas esas reuniones a distintos niveles, tanto con miembros de la SAD como con sus más estrechos colaboradores, siempre concluían de la misma manera, con el reconocimiento por su parte de que “son muchos años en el cargo, estoy agotado, quiero apartarme”, pero esa promesa de anunciar su marcha nunca acababa llegando, encontrando siempre la excusa perfecta para seguir.

MARCHA ATRÁS
En uno de los últimos encuentros con su grupo de confianza llegó a asegurar que su intención era presentar su renuncia antes del play-off exprés. Pocos días después, siguiendo ese carácter cambiante que le ha acompañado en los últimos tiempos, daba marcha atrás con el pretexto de que su marcha iba a ser una bomba dentro del vestuario, cuando la realidad es que llevaba meses sin bajar y dirigirse a los jugadores, quienes tenían como interlocutores ante cualquier problema al gerente Fernando Ovidio o el director deportivo Josele González.

Ahora mismo, su círculo más próximo no se atreve a poner fecha a la marcha de Juan Serrano, que sigue sin pronunciarse, mientras que se buscan fórmulas para una salida pactada que no termine de empañar sus once años de mandato.

Mientras tanto, en el club se sigue trabajando al margen de Juan Serrano. Un ejemplo ha sido la reunión llevada a cabo a comienzos de semana. Un encuentro que tuvo lugar a muchos kilómetros de nuestra ciudad, en una población cercana a Madrid. Era una reunión que estaba pendiente de conocer definitivamente la categoría en la que el Deportivo jugará la próxima temporada. En el momento que se supo el lunes que era nuevo equipo de Segunda B, al día siguiente una delegación de dos dirigentes blanquiazules, a la que se sumaron otros dos directivos pero no participaron de la negociación, cogió el coche para trasladarse a la capital.

El club ha puesto en marcha una serie de conversaciones para tratar de inyectar capital en sus arcas. Un dinero que se quiere destinar a la confección de la nueva plantilla. La Junta General de Accionistas de la SAD acortó a finales de octubre pasado la ampliación del capital con el cual mejorar la maltrecha economía blanquiazul.

La cantidad a suscribir asciende a 380.000 euros, unas cifras que dependiendo de quien, puede ser una cantidad más o menos importante. Si finalmente se consigue cubrir totalidad del capital puesto a la venta, la dirección deportiva dispondría de dinero fresco para jugadores y aspirar a meter la cabeza en la nueva Segunda B Pro.

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