El Alcoyano, más cerca de que la mayoría accionarial pase a mano foráneas

Los accionistas de nuestra ciudad pueden perder la mayoría en favor del empresario ilicitano Miguel Hita

El Alcoyano cada vez está más de que la mayoría accionarial pase a manos foráneas. O visto desde otra perspectiva, que el accionariado local dejará de tener la última palabra y los hilos de la entidad pasarán a ser manejados por accionistas de fuera de nuestra ciudad.

Evitarlo fue una de las premisas que se marcó Toni Justicia cuando accedió a la presidencia blanquiazul hace año y medio tras los intentos de Juan Serrano de salvarse de su naufragio económico negociando la venta del club a un grupo inversor.

Salvo giro inesperado de última hora, todos los caminos ahora mismo –se haría efectivo en las próximas semanas para dar liquidez a las arcas del club– conducen hacía una misma dirección: el control del club por parte de Miguel Hita mediante la adquisición del 51 por ciento del paquete accionarial del club.

Ha sido un año y medio de carrera de fondo, no solo de dedicación a poner en orden a una economía que amenazaba con colapsar, también en la apertura de la entidad a la entrada de nuevos accionistas con la llamada a las puertas de empresarios de la ciudad que con Juan Serrano habían cerrado por completo el grifo y que con la nueva dirección han entrado a colaborar, bien con aportaciones a fondo perdido o con la compra de acciones.

Espada de Damocles
La fructificación de estas negociaciones han supuesto un alivio para unas arcas que en todo este tiempo han sobrevivido con la espada de Damocles amenazando permanentemente como consecuencia de la mayor deuda en la historia de la entidad.

Con esos ingresos más el dinero de la Copa y otros conceptos, el club ha podido salir de la UCI en la que se encontraba y subir a planta. Se vivieron momentos duros como las denuncias en AFE de la pasada temporada, una amenaza de la que se ha librado en la actual campaña, si bien es cierto que la plantilla tiene algún retraso en el cobro de su nómina, incluso todavía no han percibido las primas por la Copa, pero no se llega a los límites del pasado curso cuando por estas fechas la plantilla llegó a acumular tres meses sin cobrar.

reducción de la deuda
Sin embargo, el desbarajuste económico sigue siendo enorme y la manta deja algunas partes del cuerpo al descubierto. Es cierto que la gestión del club le ha dado incluso para reducir en cerca de 200.000 euros la deuda de un millón de euros dejada por Juan Serrano, pero son tantos los frentes abiertos que cuestiones cotidianas como el autobús del primer equipo se adeuda una importante cantidad.

La última cuestión que ha terminado por tensar la cuerda interna del club han sido las renovaciones de Josele González y Vicente Parras. Ninguno de los dos, claves en la resurrección del Alcoyano en estas tres últimas temporadas, han querido dar su brazo a torcer y firmar una renovación que estaba apalabrada –Parras por dos temporadas–, mientras el club no termina de definir sus intenciones de cara a la próxima temporada, vital para empezar la planificación de la nueva plantilla.

Hace un año por estas fechas, tanto Josele González como Vicente Parras habían firmado la renovación y su continuidad se había anunciado a bombo y platillo. Ambos, viendo la indefinición de la entidad en ese sentido, han empezado a escuchar las propuestas de otros clubes, que empiezan a frotarse las manos a la espera de poder pescar en río revuelto.

El reloj institucional empieza a apremiar y la única persona que parece tener esa barita mágica que actualmente necesita el Alcoyano para afrontar las exigencias económicas de militar en la Primera RFEF –una categoría aún deficitaria que requiere de una importante inyección económica para equilibrar cuentas– es Miguel Hita.

Una figura que despierta tanto alivio –siempre ha respondido con importantes aportaciones de dinero a las necesidades del Deportivo– como el lógico recelo de sus intenciones –es una persona públicamente hermética y el fútbol es su negocio como intermediario de futbolistas y técnicos–.

Así se entiende ahora mismo en la entidad y un primer paso puede ser que el Registro Mercantil desbloquee las cuentas del club tras años sin justificar ni siquiera las diferentes ampliaciones de capital que se hicieron en la etapa de Juan Serrano como presidente. Un movimiento que abriría las puertas a una nueva ampliación de capital que dejaría vía libre para que Miguel Hita pudiese adquirir el número suficiente de acciones que le permitiese disponer de la mayoría accionarial.

Actualmente es el accionista mayoritario –aproximadamente dispone del 40 por ciento– frente al otro 60 por ciento que está repartido entre accionistas locales. Siendo una persona con intereses fuera de nuestra ciudad, en el tiempo que lleva vinculado al Alcoyano ha dejado muestras más que suficientes de fidelidad a la entidad y en muchos momentos ha sido el salvavidas al que el club se ha agarrado con todas sus fuerzas para evitar el colapso económico. En cualquier caso, el cambio de manos accionarial supondría un punto de inflexión en el funcionamiento de la entidad.

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