El camino del guerrero Benja Francés

El alcoyano es una de las grandes personalidades del kárate kiokushinkai ITF español

Se podría hablar del “método Benja Francés”, de alguien hecho a sí mismo, al que siempre le ha gustado marcar su propio camino, sin interferencias ni intermediarios, cuyo lema de vida ha sido crecerse cuando los demás empiezan a desfallecer. “En ese momento comienza el verdadero entrenamiento”, le gusta decir al karateca alcoyano.

Una frase que es su guía y está muy presente en su día a día. No en vano aparece en un lugar preferencial en el gimnasio que regenta desde hace once años. Se puede leer: “Cuando no puedas más…. Empieza el entrenamiento”.

Ese vértigo que le acompaña desde niño le hace expresarse como realmente vive: al 200 por cien. Siendo un “mocoso” de apenas 13 años se convirtió en el alumno de kárate kyokushinkai más joven de la Comunidad Valenciana en ser cinturón negro primer Dan.

En el lenguaje de las artes marciales cada Dan son niveles de maestría que se alcanzan después de ser cinturón negro. Significa un aumento en la habilidad técnica, la comprensión filosófica y la experiencia.

Benja Francés es cuarto Dan. En los tres primeros grados, el aspirante tiene que pasar una serie de exámenes. A partir del cuarto son los niveles más altos quienes otorgan ese pase de graduación teniendo en cuenta sus capacidades, que en el caso del alcoyano es toda una vida dedicada en cuerpo y alma al kárate.

Fue el propio presidente de la IFK España y reconocido maestro de kárate kyokushin, José Babiloni, fallecido en febrero pasado, quien le otorgó ese privilegio.

El kárate kyokushin o kárate kyokushinkai es un arte marcial fundado a mediados del pasado siglo por un japonés de origen coreano. Está considerado como el más extremo de todos, puesto que sus combates se deciden al ko, sin protección alguna, con una preparación de estrictos regímenes de entrenamiento, dureza y disciplina.

Es el más conocido a nivel mundial y se calcula que más de 40 millones de personas lo practican en todo el planeta. “No somos un deporte, somos un arte marcial”, recalca Benja Francés. “Nuestra filosofía de vida –añade– es distinta. En el deporte la única vía que importa es ganar. Todo va dirigido a conseguir la victoria. En las artes marciales hay otra ética. Primero, hacia uno mismo, después de respeto al rival”, asegura el alcoyano, que hace poco cumplió los 42 años.

Empezó como otros muchos niños alcoyanos en el gimnasio de José Valero a los 5 años. Con 20 tuvo que parar. La perspectiva de un futuro laboral estable le hizo apartarse de las competiciones, no así de seguir entrenando. Empezó a trabajar como técnico de mantenimiento y luego preparó unas oposiciones a bombero.
Hasta que la crisis del 2008 le hizo replantearse su futuro. “No me gustaba aquella vida de tener que depender de segundas o terceras personas”, desvela.
Trató de volar en solitario e intentó comprar el negocio para el cual era empleado. Puso encima de la mesa una importante cantidad de dinero que terminó siendo insuficiente. Tuvo que recurrir al plan B y lo apostó todo a la carta para tener su propio gimnasio.

Así fue como en 2014, después de tres años de vicisitudes, abrió las puertas Ben Gym. Desde entonces su vida ha sido una montaña rusa de emociones donde ha sido complicado hacer planes de futuro. “No nos lo ponen fácil las empresas de low cost”, explica, aunque reconoce que se siente un privilegiado por tener actualmente más de medio millar de abonados en las instalaciones que regenta.

Esa apertura de su propio negocio coincidió con una próspera etapa como competidor, que le llevó a que se le abrieran las puertas de la Selección Española tras sus buenos resultados en el Nacional, con varios títulos de campeón de España.

Ese mismo 2014 disputó el primero de sus tres Mundiales. Su mayor hito en esa etapa como internacional fue el subcampeonato que conquistó en el Mundial de España disputado en Madrid en 2019 en la modalidad de katas o técnicas.

Fueron unos años en los que combinó el combate o kumite y las técnicas o katas, hasta que en 2021 decidió dejar el combate. “Hubo un momento que no podía abarcar tantas cosas a la vez y las katas me permitía entrenar solo en casa sin necesidad de buscar un rival”, recuerda.

Precisamente en ese 2021 su carrera dio otro vuelco importante. Su amistad con el presidente de la IFK España le llevó a ser nombrado seleccionador nacional en kumite. Dos años después, en 2023, pasó a encabezar la dirección deportiva del combinado español en la modalidad de katas.

Debutó en Londres con unos excelentes resultados, ya que tres de los cuatro miembros de la Selección lograron ser Top 10. Su carácter emprendedor no se detiene ahí. El pasado fin de semana, el pabellón Mutualidad de Levante acogió el Campeonato de España IFK y no faltó el sello personal de Benja Francés, puesto que a la vez estuvo en juego la I Copa Alcoy IFK España, su particular apuesta personal.

“Mi futuro pasa por encontrar mi libertad y no desviarme de ese camino del guerrero que ha ido forjando mi personalidad desde muy pequeño y que ahora trato de transmitir a mis alumnos, mi pequeño tesoro”, desvela.

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