“El Centro se usa para la ciudad, pero no revierte en quienes vivimos aquí”
La AVV del Centro hace un balance “moderadamente positivo” de 2025
El Centro vive una situación de claroscuros. Así lo reflejan las responsables de su Asociación de Vecinos, que reconocen avances en algunos ámbitos, pero alertan de la existencia de problemas estructurales que continúan afectando de forma directa a la calidad de vida de los residentes en el corazón de la ciudad.
“El balance que hacemos del año que termina es bastante positivo”, explica Circe Amorrortu, presidenta de la asociación hasta este verano, cuando le tomó el testigo Mamen Pascual. Ambas lamentan, en cambio, que los avances se producen “muy poco a poco, más lento de lo que los ciudadanos desearíamos y no con la consistencia que se demanda”.

Entre los problemas recurrentes que trasladan los vecinos al Ayuntamiento, uno de los más visibles es el relacionado con la limpieza. Circe Amorrortu pone como ejemplo la acumulación de basura alrededor de los contenedores, especialmente en zonas próximas a las sedes de las filaes. “Es un problema que se arregló parcial y temporalmente, pero que últimamente se ha vuelto a producir. Pedimos soluciones más estables y permanentes”, subraya Pascual, en este sentido.
Otra de las quejas más habituales de los vecinos está relacionada también con la limpieza, en este caso de los orines y excrementos de los perros. Desde la Asociación Vecinal reclaman campañas de concienciación, pero apelan directamente también a la responsabilidad individual.
UN BARRIO PARA FIESTAS
Un foco de conflicto permanente es el ruido. Durante el último año se celebraron reuniones con la Policía Local a raíz de las quejas vecinales por música y niveles de decibelios superiores a los permitidos en altas horas de la madrugada. Sin embargo, el resultado fue decepcionante. “Fueron reuniones poco fructíferas”, reconocen. Por ello, una de las principales demandas del colectivo es “una policía de barrio presente y efectiva”, así como un mayor control transversal que abarque prevención, información y, cuando sea necesario, sanción.
La ocupación del espacio público es otro de los grandes ejes de preocupación. Los vecinos reclaman un mayor control sobre las terrazas de los bares, especialmente en zonas de paso, y sobre los eventos organizados por las filaes fuera del ámbito estrictamente festero. “Estos eventos constantes generan un impacto que no se trata de manera rigurosa”, según denuncian.
Las Fiestas de Moros y Cristianos y la Cabalgata de Reyes concentran también buena parte de las reclamaciones. En el caso de la Cabalgata, la reducción progresiva de su recorrido provoca aglomeraciones en las calles del Centro. “Eso no redunda en el beneficio ni de vecinos ni de comerciantes”, aseguran.
A ello se suma la problemática de los pisos y locales destinados exclusivamente a Fiestas. “Es incluso un problema mayor que el de los pisos turísticos”, afirman, ya que muchos de ellos solo se usan unos días al año y se encuentran deteriorados, lo que dificulta la regeneración del barrio.
En esta línea, Circe Amorrortu, presidenta saliente de la Asociación de Vecinos, resume una sensación ampliamente compartida en el barrio: “Los vecinos del Centro vemos que el barrio se usa para beneficio de la ciudad, pero eso no revierte en el beneficio del barrio ni de los vecinos”.
>>Puede leer el reportaje completo en El Nostre del 23 de diciembre.