El entrenador alcoyano, un signo de distinción

Los técnicos locales han pasado de ser los grandes olvidados a liderar los principales proyectos futbolísticos de la zona

El entrenador alcoyano, un signo de distinción
De izquierda a derecha: Josele González, Diego Jiménez, Javi Montava, Nacho Cantó

Banquillos que hasta hace no mucho eran terreno acotado de entrenadores foráneos, ahora son ocupados por técnicos locales. Y es que ser alcoyano se ha convertido en un signo de distinción de un tiempo a esta parte y toda una garantía de fiabilidad a la hora de conseguir objetivos. Nada más hay que echar un vistazo a la lista de técnicos locales que ocupan puestos de relevancia en nuestro entorno, cuando antes se buscaba otro perfil de entrenador, preferentemente que viniera de fuera y con cierto currículum. Era como esa expresión tan castiza de la pescadilla que se muerde la cola, por los efectos que generaba, con técnicos que obstaculizaban que entrenadores de aquí pudieran desarrollar su carrera en el equipo de su vida o cerca de casa.

Quizás el caso más llamativo de esa nueva generación que viene pisando fuerte sea el de Josele González, hasta no hace mucho un profano de los banquillos que desde que estrenó con éxito su título como entrenador de la base no ha parado de adornar su prestigio. En poco tiempo no solo se ha hecho un nombre como técnico de cantera, sino que se ha destapado como un hábil director deportivo. Estrenó su carnet de técnico en prácticas salvando de un descenso al Cadete A del Alcoyano. Fue su pasaporte para dar el salto al Juvenil A al que el pasado curso ya estuvo cerca de llevarlo de vuelta a la División de Honor –máxima categoría del fútbol juvenil español– y en el curso lo tienen entre los aspirantes al ascenso. De paso ha proyectado a varios jugadores al Alcoyano, el último Víctor Revert que ya es futbolista de la primera plantilla.

MAYOR NOTORIEDAD
Aunque donde su mano ha adquirido mayor notoriedad ha sido como director deportivo. Fue la cabeza pensante que le dio una vuelta de tuerca a la planificación de la plantilla de la pasada temporada con una mezcla de jugadores contrastados y el retorno de futbolistas de otras épocas que acabó resultando explosiva, con el ansiado ascenso como principal bagaje y el regalo de una afición que de nuevo volvió a ilusionarse con su equipo.

Una vez marcado el camino, el listón se antojaba muy alto, pero consiguió reunir este verano una plantilla que parece no entender de límites. No solo está por encima del objetivo con el que se arrancó la liga de acabar entre los seis primeros, sino que el Alcoyano marcha segundo por delante de Villarreal B y Hércules y tiene a tiro otro ascenso, sin olvidar el papel del equipo en la Copa del Rey, eliminando a dos Primeras como Huesca y Real Madrid y cayendo por la mínima ante el Athletic en octavos.

HORMA DE SU ZAPATO
Si Josele González se ha situado como un referente partiendo de la nada, sin pedegrí alguno por historial deportivo, otros ambiciosos proyectos cuentan con la particularidad de estar dirigidos por exjugadores del Deportivo. El más veterano, por tiempo que lleva en el mundillo de los banquillos del fútbol comarcal, es Javi Montava, que ha encontrado en el Contestano la horma de su zapato. Ya llevó a los rojillos en su anterior etapa en el club a una clasificación histórica en Regional Preferente, quedándose a las puertas del play-off de ascenso a Tercera. Tras el descenso a Primera Regional, la nueva directiva no dudó en llamar a su puerta para tratar de recuperar la categoría perdida. El año pasado estuvo cerca, la pandemia le paró los pies cuando mejor estaba el equipo y esta temporada tiene al equipo líder.

Por detrás del Contestano, con los mismos puntos que los rojillos pero con un partido menos disputado, figura el SB Ontinyent, dirigido por un alcoyano, Nacho Cantó, que tras pasar por la Fundación y el Bocairent, asume su reto más ambicioso en un banquillo de la mano de otro ex del Alcoyano, Pascual Donat, que es la figura local encargada que ha armado este proyecto que pretende que Ontinyent vuelva a tener equipo en categorías nacionales. De momento Nacho Cantó está cumpliendo de sobra y su equipo no conoce la derrota, habiendo ganado los ocho partidos que ha disputado.

En esta misma liga donde dos de los gallitos están dirigidos por entrenadores alcoyanos, hay un tercer nombre, debutante para más señas, llamado Diego Jiménez. Tras colgar las botas, decidió tomarse un tiempo para encaminar su vida después de dejar el fútbol y este verano decidió dar el paso y probarse como entrenador. Su pedegrí como jugador, con ascensos en todas las categorías nacionales, desde Segunda B a Primera División, hubiera sido suficiente argumento para optar a otros proyectos más ambiciosos pero se decidió por uno más modesto: guiar la reconstrucción del CFC Ciudad Alcoy con jugadores de su cantera. Una decisión que tenía sus riesgos pero que de salirle bien iba a reforzarle. De momento tiene al equipo en mitad de la tabla.

VIAJE A LA INVERSA
Un equipo, el CFC Ciudad Alcoy, que tiene como principales responsables a Pepe Aroca, presidente, y Juanmi Sancho, responsable de la parcela deportiva, dos técnicos que en su momento decidieron hacer el camino a la inversa, aparcar su carnet de entrenador para dedicarse a la gestión, creando una exitosa estructura de club que ha llevado a los rojinegros a ser la entidad futbolística local con más equipos en la base. Este listado quedaría incompleto sin la presencia de Nacho Dorado o Miguel Jorge García, en los banquillos de Esides Caramanchel y Beniarrés, respectivamente. De catorce equipos en el grupo 8 de Primera Regional, cinco banquillos están ocupados por entrenadores alcoyanos.

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