“El mar consigue cosas increíbles”

La bióloga contestana Laia Valor destaca la importancia y la dependencia que tenemos del mar, y subraya la necesidad de invertir en investigación para protegerlo y entenderlo mejor

“El mar consigue cosas increíbles”
La bióloga marina contestana, Laia Valor.

Hace unos meses, la contestana Laia Valor realizó un descubrimiento poco común: ver un pez ‘diablo negro’, una especie rara que nunca se había visto viva a la luz del día y en superficie. El descubrimiento fue posible gracias a su trabajo como bióloga marina, una profesión que eligió movida por una pasión que le acompaña desde niña. “Conectada con el mar”, así se describe ella misma, recordando cómo de pequeña ya practicaba snorkel y buceo, y sentía “una fascinación inmensa por los animales marinos”.

Por eso, cuando descubrió que existía una carrera universitaria llamada Ciencias del Mar, no dudó: “Tiene exactamente el nombre de lo que yo quiero ser”. Así empezó su formación en la Universidad de Alicante, que más adelante completaría con un Máster en Biología Marina en la Universidad de La Laguna, Tenerife.

Durante sus años de formación, Laia no perdió el tiempo. Pasó por diferentes asociaciones de conservación marina como Xaloc, en València, donde vio su primera ballena; y Shark Med, en Mallorca, donde “fui al mar por primera vez en busca de tiburones”. Su pasión por estas criaturas la llevó todavía más lejos: hasta la Baja California Sur, en México, donde estudió ballenas jorobadas con la asociación Oceavida y nadó con tiburones junto a la empresa Cap Shark.

Actualmente, Laia reside en la isla de São Miguel, en el archipiélago de las Azores. Allí trabaja en una empresa de avistamiento de cetáceos. “Me dedico a acompañar a la gente a buscar cetáceos y a explicarles todo el que sabemos de ellos aquí e intentar concienciarlos y que se enamoren un poco de ellos también”, explica. Además, continúa colaborando en remoto con Condrik, una entidad dedicada a la investigación y conservación de tiburones y rayas en Canarias. “Son unos animales muy demonizados por la imagen que tenemos de ellos, y están realmente amenazados por nuestra culpa (sobrepesca, destrucción de hábitats, contaminación…). Nosotros nos dedicamos a buscarlos para estudiarlos y conservarlos en las islas, y divulgar sobre su importancia, tanto en el medio marino como en nuestras vidas, para intentar cambiar su situación”, señala Laia.

Pero fue precisamente trabajando con Condrik cuando vivió uno de los momentos más impactantes de su carrera: ver un pez ‘diablo negro’. “Estábamos realizando la primera campaña de investigación de tiburones de Condrik de este año 2025, y lo encontramos de casualidad mientras volvíamos a puerto al acabar la jornada. Fue un momento muy bonito que nos llevaremos siempre”, recuerda. Se trató del primer avistamiento registrado de esta especie viva, a la luz del día y en superficie.

Aunque reconoce que “a nivel científico, no tiene gran importancia”, sí que lo considera un toque de atención: “Lo que queda claro es que queda mucho por investigar del mar, por lo cual hay que invertir en investigación”. Y a nivel personal, el impacto ha sido enorme: “Todo el mundo, literalmente, se ha volcado ante este suceso, sintiendo curiosidad, fascinación y muchas preguntas. Me encantaría poder sentarme con todo el que quiera saber un poco de las maravillas que tenemos debajo del mar, y como realmente dependemos tanto de él, así que personalmente, ha significado mucho. El mar consigue cosas increíbles”, concluye la bióloga.

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