El Patronat triunfa con su homenaje a Camilo Sesto

Si Camilo Sesto les hubiera visto el sábado por alguna ventanita, estoy convencido de que se habría quedado contento. Muy contento. El trabajo desempeñado desde el Patronat de Cocentaina con Paco Gisbert y Masahiro Aramaki al frente, ha logrado, además, lo más importante en estos casos, que las dos funciones se llenaran de público, abarrotando el Teular, y que la gente, diversa y de todas las edades, se lo pasara bien y aplaudiera a rabiar, consiguiendo fondos destinados a Solc para la lucha contra el cáncer.

Literalmente no se puede hablar de un musical, ya que lo preparado en el homenaje “Yo Camilo” fue solo un recital. Pecó la introducción de una excesiva grandilocuencia que recordaba más al Nodo que a un espectáculo del 2018, pero a partir de ahí los cinco solistas que interpretaron las canciones de Camilo Sesto, con una orquesta de excelentes intérpretes, pasearon al público por la discografía de uno de los mejores representantes del pop español.

Y quizá sin pretenderlo, los cinco solitas, con su timbre y su voz, representaron las distintas etapas de la carrera de nuestro artista más internacional. Jovi fue el de la voz más joven, clara, rítmica; Emilio Amado el más showman, dueño del escenario, el más versátil capaz de conectar con todos y que lo dio todo en “Getsemaní”; Lucila Molina, la más melódica y sensible, felicitada en su día de aniversario; Pedro David el de la veteranía y José Faes, la experiencia intemporal, el doble por excelencia del Camilo de siempre.

Y hay que destacar el tremendo trabajo de la orquesta AC/DX Band y de Masahiro Aramaki como director y arreglista de un total de 23 canciones que contagiaban ritmo y ambiente en un teatro que no dudo en ser cómplice del espectáculo con sus palmas y tarareos. Y formando parte activa de esta orquesta estuvieron las componentes del coro con una soprendente Isabel Balaguer, que no se pierde una, más polifacética que nunca a la que le resultaba difícil contenerse, compartiendo espacio con Mónica Pascual, Guiomar Totosa e Iris Tortosa.

Y salpicando de color y movimiento estuvieron las componentes del ballet de Inma Cortés, sugerentes y sumando creatividad, y del Grupo del Patronato, sorteando la fina línea que separa las coreografías de canciones de un festival fin de curso. Un ballet que con su presencia reafirmó lo intergeneracional de la música de Camilo Sesto, vigente todavía y capaz de llenar dos sesiones del teatro del Teular con sus más de 800 butacas.

Foto: ALDEMAR

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