El pueblo de Benilloba abre el telón para dar paso a sus días grandes
Destaca el pasacalle de disfraces organizado por las tres filaes con intención satírica para hacer crítica social o política, en la Nit de l'Olla

Benilloba ya está preparada para vivir, un año más, sus fiestas mayores en honor a Sant Xotxim, su patrón. Del 14 al 18 de agosto, esta pequeña localidad que no llega a los 800 habitantes, se llenará de música, celebración y tradición con las Fiestas de Moros y Cristianos.
Aunque estas empezarán de manera oficial este jueves, el espíritu festivo empezó a notarse el pasado 26 de julio con actos que marcaron la cuenta atrás. Ese día tuvo lugar la proclamación de las fiestas a cargo de las filaes –Moros de Raval, Moros del Castell y Cristians de la Palmera– y también ha tenido lugar el XLIX Concierto de fiestas a cargo de la Filarmónica Benillobense en la Plaça l’Omet. Además, calentaron motores con las entradetes de todas las filaes.
Uno de los momentos más destacados fue, además, la presentación del cartel de las fiestas, el creador del cual este año ha sido Juan Miguel Salvador, un benillobense maestro de profesión y forofo a la fotografía. Una vez se han realizado los actos previstos, el próximo 14 de agosto, el alcalde será el encargado de pronunciar el pregón, como cada año, que dará oficialmente por iniciadas las fiestas para, seguidamente, cantar el himno de las fiestas en la Plaza de la Iglesia a las 20 horas.

Según explica José Martí, hay uno de los actos programados que destaca por encima del resto sobre todo por su originalidad y carácter participativo: la Nit de l’Olla. En esta, las personas pertenecientes a las Filaes desfilan por las calles disfrazadas interpretando escenas humorísticas que critican, con ingenio y sátira algún tema social o político actual. A diferencia de un carnaval, donde los disfraces son más libres, en este municipio se mantiene en secreto el tema a ‘criticar’ elegido por cada filà hasta el último momento.
Es, según Martí, uno de los actos más esperados por los vecinos, tanto por diversión como el trabajo en equipo que implica.
Además, durante las fiestas, cada noche habrá alguna discomóvil para los más jóvenes y las filaes, que también promueven actividades durante todo el año para mantener el vínculo entre los socios, especialmente con las nuevas generaciones.
Cada Filà cuenta con un total de 50 o 60 socios, una cifra muy significativa teniendo en cuenta el número de habitantes del municipio. “Los jóvenes son fundamentales para el futuro de las fiestas. Si no se implican, las tradiciones corren el riesgo de desaparecer”, señala Martí. Después de celebrar la primera diana y la entrada de Moros y Cristianos, el segundo día de las fiestas, el 16 de agosto, el día de Sant Xotxim, tendrá lugar la misa solemne y la tradicional procesión, en la cual se llevan las imágenes de Santa Anna, la Virgen de Dolors y Sant Xotxim, cada una a cargo de una Filà diferente. Según el alcalde, la participación en los actos litúrgicos continúa siendo alta y para muchos vecinos representa el núcleo espiritual de las fiestas.
El día 17 se celebrarán las Embajadas, uno de los actos más simbólicos y teatrales. Por la mañana, el bando moro tomará el castillo después de una representación cargada de emoción. Por la tarde, será el turno del bando cristiano, que lo recuperará, cerrando así el ciclo de conquista y reconquista que da sentido histórico a estas celebraciones. Al finalizar, se interpretará el himno de las fiestas, en un momento especialmente emotivo para los benillobenses.
Respecto a la seguridad, especialmente en relación con el uso de pirotecnia, el alcalde aclara que siguen siempre las recomendaciones de la Generalitat Valenciana en función del grado de alerta por incendios: “Siempre estamos pendientes de los avisos de la Generalitat, ha habido años que hemos suspendido el castillo de fuegos por precaución, y aunque no es de nuestro agrado porque es una cosa que forma parte de la celebración, si se tiene que hacer para prevenir desgracias es comprensible y nunca se nos ocurriría ir en contra de las normas”, explicó José Martí.
El impacto de las fiestas en la vida del municipio va mucho más allá del calendario. Según el alcalde, suponen un gran impulso económico, puesto que atraen a visitantes, animan el comercio local y revitalizan la vida en el pueblo. Aunque no todos los vecinos participan directamente en la organización, las filaes, junto con el Ayuntamiento, asumen el protagonismo y se encargan de mantener viva la esencia de las celebraciones.
El 18 de agosto se dedicará a los más pequeños con la Fiesta del Agua en la piscina municipal, donde podrán disfrutar de hinchables y actividades acuáticas durante todo el día. Por la noche, el tradicional correfoc pondrá el punto final a unas fiestas que mantienen intacta la ilusión y la identidad de un pueblo que cada verano se transforma para celebrar su historia, su cultura y su comunidad.