“El secreto de mi creatividad es el niño que tengo dentro, que no se va”

“El secreto de mi creatividad es el niño que tengo dentro, que no se va”. Con una trayectoria marcada por el interés en las historias humanas dentro de grandes episodios históricos, Jordi Peidro regresa con ‘Insurrección’, un tebeo que recupera la intensidad social y emocional de la revolución del petróleo alcoyana. Fiel a su estilo, el autor construye personajes cercanos para entender un momento decisivo de 1873. La obra es fruto de un largo proceso de documentación y trabajo conjunto con su hijo en el color.

– Acabas de lanzar ‘Insurrección’, que recupera un episodio clave de nuestra historia local, la Revolució del Petroli. ¿Por qué decidiste centrar tu nuevo cómic en ese momento concreto de 1873?
– Es un tema que en Alcoy siempre está en el aire, aunque nunca lo había tenido en mente. Hace cinco o seis años di una charla en Ibi sobre el cómic de Paco Aura y el profesor de historia Diego Fernández, experto en el tema, empezó a hablarme de los episodios del Petróleo. En aquel momento estaba con otras cosas, pero la historia se me quedó pendiente. Cuando llegó la oportunidad, le pedí desarrollar el tema con profundidad.

– En este proyecto has contado con la ayuda de tu hijo Alejandro, especialmente en la fase de color. ¿Cómo ha sido trabajar juntos y qué ha aportado él a la obra?
–No es la primera vez que trabajo con él; ya me ayudó en ‘Aquella guerra que sufrimos’, que coloreamos en acuarela. Él hizo los colores base y aquí, en Insurrección, también ha preparado la página según mis indicaciones. Después yo remataba intensidades, luces y sombras.

– Has tratado a menudo episodios históricos o momentos de gran carga emocional. ¿Qué te atrae de explicar la historia a través de la novela gráfica?
– Siempre digo que de lo particular quiero ir a lo universal. Las historias que cuento pueden interesar a personas de Alcoy o de Massachusetts. Hablo de gente normal que se ve inmersa en situaciones extraordinarias; no son quienes las protagonizan oficialmente, pero sí quienes las padecen. En Insurrección aparecen figuras históricas como Agustín Albors o Severino Albarracín, pero los personajes principales son inventados, con una base real, y en ellos reflejo inquietudes mías.

– Alcoy aparece a menudo en tu obra. ¿Crees que queda mucho por contar sobre la historia de la ciudad?
– Claro. Alcoy es una ciudad muy rica históricamente. No sé si habrá otra del mismo tamaño con tanto bagaje.

– El teatro también forma parte esencial de tu carrera. ¿Hay alguna influencia del mundo escénico que te haya ayudado a construir la tensión narrativa de esta obra?
– No demasiado, porque cuando he escrito teatro siempre he roto un poco la estructura clásica y he hecho lo que quería. En Insurrección, sin embargo, los tres actos están muy marcados.

– Has trabajado en muchos formatos: teatro, novela, ilustración, cómic… ¿Qué te seduce de narrar historias a través de lenguajes tan distintos?
– Creo que siempre ha sido casualidad, porque lo que yo quería hacer eran tebeos. Es lo que he querido siempre. Además, cualquier género que he cultivado ha incorporado elementos narrativos propios del cómic.

– Desde tus inicios hasta hoy, ¿cómo ha evolucionado tu manera de contar historias?
– Bueno, soy muy mayor (risas) y todo lo que has ido recogiendo hace poso. Enfrentas los proyectos de otra manera, con más recursos. Todo está interconectado: te empapas de muchas cosas y, a veces de forma inconsciente, eso enriquece tu trabajo.

>>Puede leer la entrevista completa en El Nostre del 28 de noviembre.