El vandalismo obliga a cerrar la piscina municipal de Banyeres

La instalación ha estado cerrada unos días porque unos desconocidos arrojaron al agua, durante la noche, mobiliario y un contenedor de basura

El vandalismo obliga a cerrar la piscina municipal de Banyeres
Un contenedor, mobiliario y restos de basura arrojados al agua.

La piscina municipal de Banyeres de Mariola tuvo que cerrar sus puertas el pasado lunes tras sufrir un episodio de vandalismo que obligó a realizar intensas labores de limpieza, desinfección e hipercloración del agua. Todo apunta a que los hechos, que han generado una gran indignación entre la población, se produjeron durante la noche, cuando individuos desconocidos arrojaron al vaso de la piscina hamacas, sillas, sombrillas, la mesa del socorrista e incluso un contenedor lleno de basura.

La gravedad de la situación obligó al Ayuntamiento a clausurar temporalmente la instalación para garantizar la seguridad de los usuarios. Además de la retirada de los objetos, fue necesario aplicar un tratamiento especial de hipercloración hasta que los análisis de calidad del agua confirmaran que esta era apta para el baño. Afortunadamente, tras las tareas realizadas por el personal del polideportivo y los socorristas —a quienes desde el consistorio se ha agradecido expresamente su esfuerzo—, la piscina pudo reabrirse al público el miércoles por la mañana. Sin embargo, la reapertura vino acompañada de una nueva y desagradable sorpresa: los vestuarios masculinos aparecieron completamente destrozados y en un estado deplorable, con claros signos de haber sido objeto de una acción vandálica premeditada. Un nuevo ataque que vuelve a empañar el uso y disfrute de unas instalaciones pensadas para toda la ciudadanía.

Desde el Ayuntamiento se ha condenado enérgicamente esta cadena de comportamientos incívicos, que lejos de ser anecdóticos, suponen un atentado contra el patrimonio común y perjudican directamente a la vecindad que hace uso responsable de los espacios públicos. También se recuerda que quienes más sufren las consecuencias de estos actos son, precisamente, los usuarios habituales de la piscina, como los niños y niñas que participan en las escuelas de verano, así como las personas que encuentran en estas instalaciones un espacio de ocio saludable.

La gravedad de las acciones ha hecho que el consistorio haya interpuesto las correspondientes denuncias ante la Guardia Civil.

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