“Es como empezar de cero, quiero probar si me gusta ser entrenador”

Jorge Molina ante su estreno en un banquillo

Jorge Molina por fin ha deshojado la margarita. Desde que en julio de 2023 decidiera colgar las botas y se incorporara al cuerpo técnico del Granada han pasado casi dos años con una idea fija. Ha sido una decisión meditada en la que ha priorizado la estabilidad familiar. Después de 19 temporadas en el fútbol profesional, que le llevaron a estirar su carrera hasta los 41 años, no le ha importado tener que repetir el proceso que siguió como futbolística, cuando su explosión le llegó cerca de cumplir la treintena de años, justo cuando muchas carreras empiezan su declive. Hace unas semanas se anunciaba que iba a ser el entrenador del Arenas de Armilla.

Desde entonces vive pendiente del móvil, algo que no le pasaba ni en los años cuando se hablaba que podía vestir la camiseta de la Selección de Luis Enrique. Vuelve al fango, como en sus inicios futbolísticos, sentándose en un banquillo de la Tercera RFEF. Seguirá viviendo en Granada, donde sus tres hijos permanecerán escolarizados, dirigiendo al equipo de la principal ciudad de su área metropolitana con más de 25.000 habitantes y uno de los clubes históricos de aquella provincia, que lleva el nombre y los mismos colores, rojo y negro, del Arenas de Getxo debido a uno de sus fundadores.

– ¿Cómo afrontas este estreno en un banquillo?

– Con mucha ilusión. Es una etapa nueva, totalmente diferente a lo que estaba acostumbrado y con muchas ganas de hacer las cosas serias y lo más profesionalmente posible dentro de las limitaciones que pueda tener un club de Tercera RFEF. Fue una de las premisas que puse cuando empezaron las negociaciones. No es algo nuevo para mí, es verdad que llevaba muchos años en la élite, pero como futbolista tuve que pasar por todas las categorías nacionales, empezando por mis inicios en el Alcoyano en Tercera División. Es como empezar de cero, pero la esencia del fútbol está ahí, independientemente de la categoría.

– ¿Porqué en Tercera RFEF y no en un club de élite o en un filial?

– Ha sido una cuestión de estabilidad familiar principalmente. Mis tres hijos están adaptados a Granada, allí tienen sus amigos y no era cuestión de moverles a otra ciudad, empezando otra vez de cero. He preferido ir paso a paso, probar primero si realmente me gusta ser entrenador y si en un futuro se da la oportunidad de mejorar, ya se verá. Desde un primer momento he priorizado mirar por la familia que por mi carrera como entrenador, cuando no sé si es lo que quiero. No era algo que tuviera claro hasta hace poco, incluso hay entrevistas en las que hablaba que ser entrenador no entraba en mis planes de futuro, pero alargar mi carrera me obligó a ser más inteligente tácticamente y tener que leer y fijarme en otras cosas. A partir de ahí es cuando te va picando el gusanillo de entrenar.

– ¿Es un poco volver a tus orígenes, a aquel Alcoyano en el que tú debutas siendo juvenil en Tercera División?

– En mi caso parece que la historia vuelve a repetirse. Ojalá se diera como entrenador la trayectoria que tuve como jugador, sería que me ha ido muy bien. No me obsesiona ser entrenador de élite, prefiero tener una progresión, disfrutar de la experiencia que se me pone por delante ahora, ver cómo me va e ir tomando decisiones a medida que avance.

– ¿Imagino que ese ego de llegar a la élite y formar parte de ella es algo que ahora mismo no necesitas?

– Así es, porque si llegara a triunfar como entrenador, nunca sería igual que como jugador, que es donde más se disfruta dentro del mundo del fútbol. Todos los entrenadores que he tenido, me dicen lo mismo, que no hay nada mejor que ser futbolista. He tenido la suerte de disfrutar de la élite, por ello para mí no es un objetivo prioritario repetir como entrenador, me preocupa más hacer bien las cosas y si lo consigo, seguro que estaré más cerca de tener un mejor futuro en esta nueva profesión.

– ¿Nadie mejor que tú puede saber lo que se sufre hasta llegar a tocar la élite?

– Fueron muchos años de pico y pala, pero ahora tengo una familia que entonces no tenía e iba a los sitios yo solo o luego con mi mujer. El tener que movilizar la familia me para mucho.

– Cuándo miras atrás, ¿qué ves?

– Una satisfacción enorme. Si hace veinte años alguien me dice que iba a jugar tantas temporadas en Primera División, pues no le hubiera dado crédito. Salí por la puerta de atrás del Benidorm, en el Alcoyano me prometieron que iba a volver y me dejaron tirado a última hora, pero a base de constancia, de trabajar y de disfrutar también del camino, logré llegar. Me costó mucho, lo hice tarde, pero también es verdad que prolongué bastante mi carrera.

– ¿Algún sueño que te quedó por cumplir?

– Quizás jugar en la Selección. Es la espinita que me quedó después de que en algún año estuve muy cerca. Pero tampoco fue algo que me obsesionó, no pudo ser y ya está. Ese año del Getafe fue increíble, jugando en Europa y se habló mucho de Jaime Mata y de mí, él llegó a debutar en un partido en Valencia contra Noruega y yo no pude, quizás mi edad influyó mucho, tenía 36 años, se habló bastante en la prensa y la afición del Getafe me cantaba “Molina, Selección”, pero no acabó dándose.

– Tuviste la oportunidad de jugar en Europa tanto con el Betis como con el Getafe y el Granada. ¿Qué recuerdos te llevas?

– Jugar en campos míticos fue una auténtica gozada. Eliminar al Ajax en su campo es algo que nunca se olvida. En la siguiente eliminatoria nos tocó el Inter pero no pudimos viajar a Milán por coincidir en el inicio de la pandemia. Hubiera sido muy bonito poder jugar en San Siro. Al año siguiente en el Granada eliminamos al Nápoles pero sin público en el Diego Armando Maradona. Después en cuartos nos tocó el Manchester, también sin aficionados en Old Trafford, pero ya nos eliminaron.

– ¿Tuviste la opción de jugar en el extranjero?

– Estando en el Betis vino el Celtic a por mí en el mercado invernal. Después tuve dos opciones de ir a China. La primera tras salir del Betis. Estaba casi hecho, incluso mi madre me llegó a comprar un jamón para que me lo llevara, pero las condiciones no acababan de estar del todo claras y salió el Getafe y fue la mejor decisión. En mi último año en Getafe volvió a salir la posibilidad después de que un entrenador español firmara allí, pero tampoco lo acabé de ver claro y fue cuando di el paso de fichar por el Granada.

– No jugaste en un grande pero se podría decir que el Betis estaba muy cerca de ese escalón por toda la afición que arrastra

– Quizás a nivel de títulos no, pero en cuanto a afición, el Betis es algo increíble. En Sevilla los derbis se viven como un Madrid-Barça. Igual pasó en mi etapa en el Getafe, históricamente no es un club importante, pero de los últimos 25 años, veinticuatro ha estado en Primera. En una temporada estuvimos hasta la última jornada con opciones de clasificarnos para la Champions.

– Has hecho goles en todos los campos de Primera División. ¿Es cómo un sueño cumplido?

– Es lo que sueñas de pequeño y más cuando llegas a la élite. El gol, la sensación que tienes cuando marcas, es lo que más echo de menos. Jugar al fútbol, ya menos, tuve ese año de transición formando parte del cuerpo técnico del Granada. Fue un momento complicado, hasta duro mentalmente, puesto que mi intención era seguir jugando. Me sentía capaz de continuar y dejar el fútbol de esa manera fue complicado. Este año ya ha sido diferente, hasta he aprendido a esquiar. Estaba totalmente mentalizado de que se había acabado la etapa como futbolista.

– Has tenido muchos y muy buenos entrenadores. ¿Tienes algún referente?

– Con quien más he estado ha sido con Bordalás. Han sido cinco años a su lado y es un entrenador que marca mucho por su forma de trabajar. Además siempre he tenido muy buenos años con él. Se podría decir que es uno de los que tengo como referente. Con Paco López he sido jugador suyo y he formado parte de su cuerpo técnico. Su metodología de trabajo es espectacular. Con Pepe Mel estuve varias temporadas en el Betis. También coincidí con Diego Martínez en el Granada y me gustó mucho la mentalidad que tenía. He tratado de coger un poco de todos para tratar de crear un perfil propio, pero no solo cogiendo lo bueno de cada uno de ellos, también lo malo, para intentar que no repetirlo.

– Tú que has conocido el fútbol de barro, aquel Alcoyano con Toni Aparicio en el banquillo, pero también el fútbol superprofesionalizado, en el que los cuerpos técnico son un equipo de por sí

– El fútbol ha cambiado mucho. En Primera y Segunda es así, casi son más miembros en el cuerpo técnico que jugadores hay en la plantilla. Antes estaba el entrenador, el preparador físico y nadie más. Creo que ningún entrenador me ha chillado más que Toni Aparicio. Antes ibas a un campo y sabías como jugabas tú y tu equipo pero del rival prácticamente no tenías información. Me acuerdo que en Segunda B te ponían fotos de alguna jugada a balón parado del contrario como algo extraordinario. No habían vídeos y hoy en día el vídeo es una herramienta básica para la mejora del equipo y del futbolista. Personalmente no soy partidario de saturar al jugador. Un vídeo que dura más de diez minutos de duración nadie le presta atención.

 

– Una de las primera decisiones ha sido que entrenaremos por las mañanas. Sé que en estas categorías tiene sus inconvenientes, pero permite que los jugadores tengan unos hábitos y poder trabajar así mucho mejor que empezar a las ocho o las nueve de la noche. Se ha buscado mejorar el gimnasio y se han tomado una serie de medidas para tratar que sea un club lo más cercano a uno profesional. Vamos a tener muchos jugadores jóvenes y si quieres tener un margen de mejora, perrmitirá que se pueda quedar y trabajar, algo que entrenando por las tardes el tiempo es más limitado. Este último año el objetivo del club era el play-off y casi bajan, por lo que queremos ir con calma.

– ¿Cómo será Jorge Molina como entrenador?

– Siempre he dicho que un entrenador debe adaptarse a lo que tiene. Si quieres salir jugando desde atrás pero tienes jugadores fundamentalmente físicos, lo tendrás complicado. Hay que partir de la base de ser competitivos. Le doy mucha importancia al aspecto físico, a tener una buena preparación física, pienso que es fundamental y en estas categorías puede marcar la diferencia. A partir de ahí, vamos a intentar crecer en todos los aspectos. También considero muy importante que se genere sensación de equipo, que todos vayamos en la misma dirección. Es muy importante que exista implicación. De lo contrario, todo se complica, puesto que en estas categorías no hay tantos jugadores diferenciales. Es fundamental que los jugadores tengan claro lo que deben hacer en cada momento.

– ¿Te marcas un plazo para decidir si sigues o no en un banquillo?

– Ahora mismo no, quiero disfrutar del camino. Igual que como jugador nunca imaginé llegar hasta donde llegué, como entrenador no sé lo que va a pasar, pero de momento quiero vivir esta experiencia y tratar de disfrutarla al máximo e implicándome todo lo que pueda y más, para que salga bien.

– ¿Volver al Alcoyano es una opción?

– Siempre dije que me hubiera gustado volver a jugar aquí, pero al final no terminó sucediendo. En ningún momento hablaron conmigo y con la lesión al final no se acabó dando. De entrenador igual, yo soy de aquí y el Alcoyano es mi equipo. Estaría encantado, pero si se dará o no, habrá que esperar.

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