Espejo retrovisor

Para mí es visita obligada cada año a la feria de nuestro pueblo vecino, me encanta. Desde pequeño con mis padres, de joven con los amigos y por supuesto con la que fue mi novia y ahora esposa, con la bella época de mis niños pequeños y hasta en edad adolescente. Haya hecho frío o calor, que de todo ha habido, ahí hemos estado. A veces nos hemos pasado horas para llevar al lugar donde podíamos aparcar, sin embargo ahora lo han puesto más fácil ya que puedes reservar una plaza de aparcamiento por un módico precio. Tengo que decir que nosotros lo tenemos mejor todavía pues unos amigos residentes en Cocentaina vienen a por nosotros y no hace ni falta coger el vehículo.

Es fantástico poder saludar a tantos amigos y conocidos que en muchas ocasiones sólo los ves en el día de tu visita. Fue estupendo poder saludar a Kiko Moyá un dos estrellas Michelín y a la leyenda viva del ciclismo, al inmenso Vicent Belda. Un hombre que merece todos los honores; agradable, simpático, educado y muy llano, fue una conversación corta pero muy interesante. Una feria que te encuentras una sorpresa en cada esquina. Estuvimos el domingo y estaba a tope, sobre todo la zona de la restauración, desde media mañana hasta la hora cercana a la noche pasabas por allí y estaba todo lleno. Y la verdad no creo que sean clientes que repitan de un año a otro ni de diferentes días porque cuando te dan la cuenta se te van las ganas de no volverte a sentar jamás en la vida, por eso nosotros siempre vamos a restaurantes del pueblo, de los de toda la vida. Las paradas con diferentes utensilios me dio la sensación que tenían muchos observadores pero poca venta, al igual que en los chiringuitos de las comidas sus precios eran un poco elevados y también hay que reconocer que años atrás traían cosas originales y hoy en día puedes encontrarlo todo en cualquier supermercado o por internet. Así que mirando por el espejo retrovisor vemos que las cosas han cambiado y una de las que tiré de menos, fue la zona donde estaban los animales. Podías ver a los más pequeños disfrutar mirando a los camellos, caballos, ponys, burros, cabras y demás animales, a banda que era un motivo de negocio, compra venta de animales, así como alquiler de ellos para diferentes fiestas de fiestas o desfiles de la cabalgata. Pero según me dijeron, faltaban unos permisos, parece ser que los animalistas pusieron todos los impedimentos posibles. Parece ser que no han leído los versículos en Génesis capítulo 9 versículo 2. Todos los animales del mundo temblarán de miedo delante de vosotros. Todos los animales, en el aire, en la tierra y en el mar están bajo tu poder.

Animales que hay que cuidar y respetar, cuidarlos y darles todo el cariño pero sin olvidar que son animales y las personas están por delante de ellos, siempre. En fin esperando que vuelva la próxima feria que será incluso mejor que esta.

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