Hacerse ver para existir con tranquilidad: Alcoy celebra el Orgullo 2025

La comunidad LGTBIQA+ se ha concentrado en la Plaza de España para reivindicar, un año más, su existencia y la preservación de sus derechos

Fer-se veure per existir amb tranquilitat: Alcoi celebra l’Orgull 2025
Participantes en la concentración con pancartas. JOAN SÁNCHEZ

Han pasado ya 56 años desde que se produjeron los disturbios de Stonewall —un club estadounidense frecuentado por personas del colectivo LGTBIQA+—, una serie de manifestaciones contra una redada policial que sufrió el local y que son consideradas las primeras muestras de resistencia social de las personas disidentes en cuanto a sexualidad e identidades. Ha pasado más de medio siglo, pero todavía queda mucho por hacer. De hecho, hoy en día no solo preocupa la promoción de los derechos de las personas LGTBIQA+, sino también evitar su degradación. Un informe de la entidad ILGA-Europa alerta de que se está produciendo una «nueva era» de ataques contra estas personas. De hecho, pone de manifiesto que cada vez hay una corriente más popular que defiende el aumento de la legislación contra el colectivo. Por eso, reivindicaciones como la que se ha celebrado en Alcoy con motivo del Día del Orgullo este 28 de junio siguen siendo tan necesarias.

En la Plaza de España va llegando gente con pancartas que han estado preparando unas horas antes. Por los altavoces suenan canciones como ‘Vaya liada’, de Mushkaa y Julieta, ‘Dancing Queen’, de ABBA, o ‘La Revolución Sexual’, de La Casa Azul. La gente se abraza, se da la bienvenida y se une a la reivindicación más destacada del año del colectivo. De repente, un coche pasa con las ventanas bajadas y el conductor grita “¡Perroflautas!”, pero todo el mundo lo ignora.

Para Alexandre Cerradelo, concejal de Políticas LGTBI e Igualdad del Ayuntamiento de Alcoy, “el Orgullo debe celebrarse en todos los rincones del País Valenciano”. “Estamos en un momento en el que están habiendo ataques a los derechos de la comunidad LGTBI y tenemos que salir a la calle para demostrar que estamos aquí y para defender esos derechos”, defiende, porque considera que, aunque “ya pensábamos que habíamos alcanzado ese consenso”, ahora los grupos más extremistas intentan retroceder en materia de igualdad. En ese sentido, Roger Jover, de la asociación LGTBI Mariola, defiende la organización de fiestas fuera de las grandes ciudades: “Vemos fundamental estar presentes en la calle porque, si no nos mostramos en el espacio público, que es de todo el mundo, parece que es algo un poco gueto, que solo vemos en las grandes ciudades y no es así. En la ruralidad, en las montañas, en los valles, en los pueblos y en los barrancos hay personas disidentes y debemos hacernos ver”.

El parlamento que da inicio a la fiesta del Orgullo está cargado de fuerza. Como dice Manu, uno de los asistentes, “siempre es una buena ocasión para recordar a la gente lo importante y agradable que es la diversidad”. La organización lamenta y muestra su preocupación por la degradación cada vez más acelerada de los derechos de las personas disidentes y apuesta por la resistencia y la lucha firme contra quienes quieren retroceder en el tiempo. Uno de los asistentes anima a todos los presentes a no callarse cuando presencian una agresión, porque eso fortalece a los agresores, y añade: “Ser diferente no hace daño, lo que hace daño es el odio”.

Cuando terminan todos de hablar, la música vuelve a sonar y unos y otros empiezan a presentarse. La jornada acaba con una pequeña fiesta en el solar de la Calle Forn del Vidre, con buena música y un ambiente íntimo. Al final, el objetivo de días como este no es otro que conocerse, formar redes de resistencia, hacerse visibles y velar por unos derechos que ni siquiera deberían ser nunca cuestionados.

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