“He diseñado por ilusión, no por reconocimiento”

Criseida García ha creado en varias ocasiones para la filà Contrabandistas, siendo su debut en 1975 con un diseño que revolucionó la estética de las escuadras

“He dissenyat per il·lusió, no per reconeixement”
La veterana dissenyadora de la festa, fotografiada en el pont de Sant Jordi. | TIM GUDYNAS

En la historia de las Fiestas de Moros y Cristianos, el diseño de trajes ha estado muchas veces ligado al trabajo silencioso de mujeres que rara vez han tenido reconocimiento. Aunque no se hable mucho de ellas, han sido más de las que se cree. Una de esas mujeres es Criseida García, que hace décadas puso su creatividad al servicio de la filà Contrabandistas, con la que siempre ha estado unida.

Criseida nació el 14 de abril de 1953, el año en que los Contrabandistas tenía la capitanía. “Me bautizaron en el año del capitán, y ese día me acompañaron amigos de mi padre que salían en la filà”, recuerda. Ese mismo año, su padre se apuntó, iniciando una relación familiar que continúa hasta hoy.

Aunque nunca ha salido a fiestas, su aportación ha sido esencial: Criseida ha sido el alma creativa detrás de algunos de los trajes más recordados de la filà Contrabandistas. “Siempre lo viví desde la otra parte, por vergüenza quizá, porque en mi época no era tan normal. Me sentía mejor diseñando, que es lo que se me daba bien”.

Su debut como diseñadora llegó en 1975 con una escuadra que marcó un antes y un después: la escuadra del Mig. “Fue impactante. Por primera vez los contrabandistas iban con el pecho al aire, sin taparse. El cabo batidor era alto, guapo, con un caballo blanco y verlo bajar por San Nicolás con el pecho descubierto impactó. La entrada fue un clamor, la gente se levantaba de los asientos”. Además, el sentimiento fue mayor al ver a su padre desfilar con el traje que había creado, así como ver a su hermana de acompañante femenino. Ese mismo año ganó el premio al mejor diseño de escuadra.

“He diseñado por ilusión, no por reconocimiento”
La escuadra que diseñó y fue premiada.

Años después, con motivo del 150 aniversario de los Contrabandistas, presentó un nuevo diseño. “Mi padre lo llevó a la filà, no sé si había más propuestas, pero lo escogieron”. En 2010 volvió a crear para la filà, esta vez con más antelación: cuatro años antes, el capitán Tito le pidió que comenzara a trabajar en el diseño de su cargo. “Mi hijo también salió en los caballeros, con uno de mis trajes. Le hacía ilusión salir con algo hecho por mí”. Además también diseñó el de los caballeros y un boato.

POR AMOR A LA FILÀ
Su vínculo con los Contrabandistas es absoluto.“Solo he diseñado para ellos. No me sale otra cosa. Si me lo pidieran para otra filà, tendría que estudiarla, pero con los Contrabandistas me nace solo”, explica. Además, algo que tiene claro es la evolución y la profesionalización del mundo del diseño festero. “Las ideas las tengo, pero la confección ya es otra cosa. Ahora hay profesionales con experiencia, maquinaria y recursos. Yo solo puedo aportar ilusión y dibujo”.

Criseida no olvida a otras mujeres que, como ella, dejaron su huella en la sombra. “Muchas chicas han diseñado trajes, aunque no se sepa, igual que lo mío”. Sus palabras reflejan una realidad poco contada: la aportación femenina en el diseño festero ha existido siempre, aunque rara vez haya ocupado titulares. “No hemos estado valoradas suficientemente, pero tampoco me ha importado. Yo lo he hecho por ilusión, no por reconocimiento. Me hace más ilusión saber que lo hice que la importancia que me den”, concluye.

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