“He saboreado más el título después, que en aquel momento”

Se cumplen diez años del título mundial de Nico Terol

Diez años del Mundial de Nico Terol
Nico Terol la pasada semana, unos días antes de cumplirse los diez años de su título mundial.

–Comenzamos por el final, por cómo le va la vida diez años después de aquel histórico momento, no solo para el deporte alcoyano, sino para el valenciano e incluso el español. Nico Terol, ahora ya con 33 años, llega a la cita después de una reunión de equipo y horas antes de partir hacia Francia. Hace tiempo que dejó la casa familiar y vive cómodo en una vivienda unifamiliar a las afueras de Bocairent. Por el camino hubo pérdidas irreparables, como las de su tío y su padre, más recientemente. Dice estar feliz y disfrutando de la vida más que nunca.
–“Me encuentro en un buen momento de mi vida. Sigo vinculado a la moto y los circuitos, que son mi pasión y no entendería la vida sin ellos. Son parte de mí. Allí me forjé como persona y me enseñaron cómo debía de comportarme en la vida. Hubo momentos críticos, no estaba preparado para el día después y tuve que espabilar. Me dolió en el corazón. No me quejo de cómo me fueron las cosas tras esa etapa de mi vida. Surgió la posibilidad de entrar en el Aspar Junior Team ayudando a los jóvenes pilotos del equipo. Son ya cinco años en una faceta que me encanta. También soy mánager de David Alonso, un piloto con mucho futuro al que tengo una gran fe. He sido piloto probador de Dunlop y he disputado los dos últimos mundiales de resistencia con un equipo francés. Venía de una fase de mi vida con mucho estrés, ahora estoy muy tranquilo y saboreando esta etapa de mi vida. Soy más feliz ahora que cuando era piloto”.

–¿Sigues como piloto en un Mundial?
–“El gen competitivo lo tengo muy desarrollado, incluso diría que mi nivel de pilotaje es superior al de mi última etapa en Moto2. Entrenar con los chavales del Aspar Junior Team me obliga a sacar lo mejor de mí. Hago mucho circuito, incluso más que en mi etapa como piloto del Mundial. Los dos últimos años he competido con un equipo privado francés, con sede en Lyon, el Yamaha Viltais 333 en el Mundial de resistencia. Todo surgió a raíz de ser piloto probador de Dunlop. Veían mis tiempos que eran incluso más rápidos que pilotos del Mundial y me sugirieron la posibilidad de volver a correr. Hablé con el propietario de este equipo francés que me quería como piloto reserva con una importante cantidad de dinero. No entendí nada, hablé esa noche con mi padre y me dijo en pocas palabras que aceptara, que lo importante era sentirme otra vez piloto y lo demás vendría después. No le faltó razón. Con el orgullo tocado y mucha rabia encima no tardé en ser el más rápido de los cuatro sin haber entrenado nada porque mi padre acababa de fallecer y estaba pasando una mala época a nivel personal. En Le Mans ya corrí con ellos, fuimos quintos igual que en Estoril, y el piloto campeón del mundo que habían fichado se tuvo que marchar.

–¿Esas buenas sensaciones del regreso se han visto reafirmadas en este segundo curso?
–“La verdad es que ha sido un año muy bonito, que he disfrutado bastante. La lástima fue que se nos escapó el subcampeonato en el último momento. Tuvimos una rotura de motor en República Checa y hemos acabado quintos. Me ha gustado la manera que he tenido de reinventarme, de adaptarme a una categoría totalmente desconocida para mí. He estado a un nivel muy alto, aunque es verdad que la cabeza no está igual que antes cuando era piloto del Mundial. No voy a seguir. Es el momento de centrarme en mi camino, que ahora mismo pasa por los chavales del Aspar Junior Team y por David Alonso, un piloto con 15 años con mucho potencial, humilde, con valores y que acaba de ganar la Red Bull MotoGP Rookies Cup 2021 tras vencer en seis de las 14 carreras. El mundial de resistencia es un campeonato que muchos aprovechan para alargar sus carreras, pero creo que ha llegado el momento de apartarse. El nivel está muy alto, se va muy rápido y son carreras muy peligrosas, con 50 motos en pista. Me he demostrado que el talento sigue estando, pero si he disfrutado todo este tiempo es porque me lo he tomado como un hobby, a modo de diversión”.

–Vas camino de tu quinta temporada en el Aspar Junior Team, una verdadera cantera de pilotos. Por tus manos pasaron Raúl Fernández e Izán Guevara, ya en el Mundial, y para el nuevo curso le esperan Iván Ortolá, Dani Holgado y el inglés Scott Ogden. ¿Cuál es tu labor como asesor de estas jóvenes promesas del motociclismo?
–“Trato de aportar mi experiencia intentando ayudarles en todo lo que haga falta, pero sobre todo que tengan los pies en el suelo. Intento darles tranquilidad. El motociclismo es un deporte en el que hay mucha presión. Es una labor gratificante que me encanta cada vez más. Es una preparación basada en el entrenamiento. Son muchas veces niños de 13 años con un sentido de la profesionalidad muy alto, con entrenamientos cuatro días a la semana. Luego están las carreras. Sus éxitos diría que incluso los disfruto más que ellos. Les ocurre lo que me sucedía a mí. Yo valoré más lo que conseguí con el paso del tiempo, que en aquel momento. Entonces yo estaba cien por cien focalizado en mi objetivo, que era ser campeón del mundo. Era muy ambicioso en mis pensamientos, muy competitivo. Tenía sus cosas buenas y no tan buenas. Llegué a obsesionarme y eso me impidió disfrutar cada victoria, cada podio que lograba. Ganaba y cuando me bajaba de la moto, ya estaba pensando en la siguiente carrera. Estaba en una burbuja. Ahora disfruto más las cosas, las saboreo mucho mejor”.

–¿Sueles visualizar alguna carrera tuya para recordar aquella etapa?
–“No suelo hacerlo, lo que ocurre es que muchas veces ponen carreras de Márquez, Viñales, los hermanos Espargaró o Zarco en las que salgo yo. Es bonito volver a verse, a veces te entra nostalgia, pero aquella etapa ya pasó y trató de mirar hacia adelante. Era muy exigente conmigo mismo, me autopresionaba mucho y eso hacía que llegara a bloquearme. Tuve momentos complicados en los que llegué a tocar fondo. Entonces ves quien estaba a tu lado y quería ayudarte y quien no. Cuando todo va de maravilla, todos quieren ser tus amigos. Cuando la cosa no funciona bien, muchos se apartan. Eso me hizo abrir los ojos y fue una lección que me hizo aprender más allá de las carreras. Sin embargo, con la perspectiva del tiempo estoy muy satisfecho de la carrera que llevé, tuve un sueño y lo pudo cumplir y es de lo que más me siento orgulloso”.

> Entrevista completa a Nico Terol en la edición en papel de El Nostre Ciutat del sábado 6 de noviembre.

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