Jordi Verdú, el abanderado de la pilota en Alcoy
El jugador y presidente del club de pilota de la ciudad suma dos finales autonómicas a una carrera con mucho camino por recorrer

La pasión desmedida de Jordi Verdú por la pilota valenciana comenzó cuando tenía solamente 14 años; el joven alcoyano ingresó a dicha edad en el Club Pilota Alcoy en el momento preciso de su fundación. La escuela, en aquel entonces, contaba con únicamente cinco personas a las que hoy considera como amigos. Su padre Silvino y su tío Roberto asumieron los cargos de presidente y vicepresidente del club para que Jordi tuviese un espacio en el que aprender a jugar. Con el paso de los años fue demostrando su alto nivel, y debido a la escasa afición a la pilota que había en Alcoy, decidió emigrar a pueblos mucho más pequeños como Relleu y Castell de Castells, en los que logró llegar a la Primera División de la modalidad y empezó a participar en campeonatos. “los equipos de Relleu y Castell de Castells me ofrecieron jugar y fueron ellos los que me pagaron la ficha y la inscripción; llegamos a un acuerdo para pagar los gastos externos como el transporte y la gasolina”, afirma Jordi.
La familia ha sido un factor clave para la evolución de Verdú en su trayectoria. El apoyo económico y de trabajo aportado por su padre y su tío en la etapa de crecimiento fue esencial para mejorar su juego y codearse con los mejores jugadores de la Comunidad Valenciana. “Mi padre es una persona que siempre está pendiente de lo que hago, y mi tío, además de enseñarme a jugar, fue el que creó la escuela en la que empecé a practicarlo con mis amigos”. “Ellos estuvieron siempre ahí, pero es cierto que posteriormente ya fui más ‘a mi bola’ hasta que empecé a despuntar. “En ese momento tenía que acudir a pueblos como Muro, Benillup o Tibi si quería entrenar porque en Alcoy me era imposible”.
Lo llamativo de esta situación es que el deportista se vio obligado, durante años, a marchar a poblaciones que no superan los 200 habitantes para poder jugar, lo que advierte el poco grado de afición que tiene el municipio alcoyano por el Raspall.
La pilota es un deporte que, a pesar de realizarse en ocasiones en pabellones, sus orígenes se encuentran en calles estrechas, en auténticas ratoneras en las que el espacio es muy reducido y el fanatismo suele ser bastante contenido, por eso en ciudades grandes como en Valencia capital o Alcoy es más complicado que se celebren partidas de pilota valenciana. Actualmente acumula cuatro años jugando en primera; los tres primeros fueron en el equipo de Castells (en el que logró ser finalista del campeonato autonómico en el tercer año) y este último año fichó por el equipo de Relleu (volviendo a conseguir su segunda y más reciente final), donde milita actualmente. Pero la afición de Jordi por la pilota queda muy por encima de centrarse únicamente en acumular títulos; los valores del deporte inculcados por su padre y su tío le han llevado a priorizar el compañerismo y la divulgación de sus conocimientos a las jóvenes promesas acerca de la pilota.
Con el paso de los años, el Club Pilota Alcoy, en el que jugó sus primeros años, fue perdiendo el interés de la población hasta ir quedándose poco a poco obsoleto. Fue entonces cuando Jordi, decidió seguir los pasos de sus mentores y accedió a llevar la presidencia del modesto club alcoyano, para crear una comunidad pareja a la que se encontró él en su día. En su rol de presidente del Club Pilota Alcoy, achaca que no se le ha dado la suficiente ayuda ni recursos que la unión requería para salir adelante; el ninguneo y el poco interés por la pilota en la ciudad fueron la némesis del objetivo, “Actualmente soy el presidente del club, pero no contamos con subvenciones ni el Ayuntamiento ha puesto facilidades para hacer un equipo”. “Hace ya cinco o seis años desde que me puse como presidente del club para intentar moverlo y llevarlo hacia adelante, pero no logras ver esas ganas por seguir intentándolo”, asegura el alcoyano de 34 años. Jordi Verdú lleva 20 años jugando a un nivel híbrido entre el amateur y el profesional, que se decanta mayormente a lo segundo, en todo este tiempo ha experimentado alguna circunstancia incómoda, cuando una rotura del hueso de su mano le alejó de la competición y del deporte en un momento en el que se encontraba cómodo y a un gran nivel, “el momento más duro de mi carrera fue cuando una lesión en la mano me hizo tener que dejar la competición por unos 6 o 7 meses, y fue algo difícil de asimilar”.
«El año anterior habíamos jugado en el equipo de Benasau en primera ver como los amigos, con los que crecí jugando, disputaban los partidos mientras yo permanecía sentado mientras los veía fue algo duro, el equipo posteriormente bajó de categoría y ya no pude ayudarles a volver a subir”. Este contratiempo no eclipsa la cantidad de cosas buenas que ha conseguido Verdú jugando a la pilota, jugar en primera asegura que es lo mejor que le ha sucedido a nivel deportivo y conocer a las grandes figuras del deporte que veía a través de prensa y televisión cuando era más joven, “lo mejor han sido estos años en los que he estado en primera, haber conocido a Martínez, a Genovés o a Félix de Dénia. Conocer a estas auténticas leyendas y que encima te conozcan es algo increíble.
Jordi Verdú está en una edad óptima para seguir compitiendo, sin embargo, tiene claro que hay vida fuera del deporte, en la que están su trabajo (que compagina con la competición), familia y amigos. Al futuro solo le pide que le respeten las lesiones y divertirse jugando a su deporte favorito, “solo pido que el brazo me deje continuar disfrutando del deporte y que pueda seguir jugando con los amigos en un lugar más cercano, sin tener que irme a Relleu ni sitios tan lejanos, estar en Benasau o incluso en el club de mi casa en Alcoy con mis amigos, sin competición de por medio”, concluye el deportista.