La Escola Musical Amando Blanquer volvió a celebrar su gala

Ofrece a los alumnos de la Escola la oportunidad de crecer en ambientes diferentes

La Escola Musical Amando Blanquer volvió a celebrar su gala
Una de las actuaciones de la gala celebrada el pasado viernes en el IVAM CADA. | XAVI TEROL

La Escola Musical Amando Blanquer celebró el pasado viernes en el IVAM CADA de Alcoy su particular gala de música. La primera edición se organizó en el año 2014 y desde entonces se ha llevado a cabo ininterrumpidamente cada año hasta el 2020. Tres años después, las puertas del IVAM se han abierto para que los alumnos de la Escola con más nivel ofrecieran al público asistente aquello que han aprendido en las clases durante este curso.

El progreso y el bienestar de los alumnos de la Escola Musical Amando Blanquer es el objetivo estrella de esta gala anual. La idea nació al 2014 como “necesidad de hacer un acto musical donde participaran los alumnos con más nivel que están en los últimos cursos del Elemental o que incluso ya tienen el Superior”. Son las palabras de José Antonio García Casasempere, director de la Escola.

Asimismo, señala que esta es la séptima edición pero es la primera gala desde 2019, después de los tres años en los que se ha visto parada a causa de la pandemia. Además, lo hace, por primera vez, en las instalaciones del IVAM CADA.

Como particularidad, García comenta que no solo interviene la parte instrumental, sino que el Conjunto Coral de la Escola también tiene su protagonismo. Fueron los percusionistas los encargados de hacer sonar las primeras notas con la obra ‘Greetings to Hermann’, original de Hans-Gunter Brodmann. En esta línea, violín, saxofón, flauta, trompeta, trombón y clarinete fueron los otros instrumentos que pusieron el ritmo a lo largo de la tarde.

En cuanto a la parte final, la Banda Juvenil de la Escola apostó por la interpretación de clásicos como son ‘Cavalleria Rusticana’, de Pietro Mascagni, y ‘Las 4 estacionas’, de Vivaldi. Esta banda, como explica García, está formada por alumnos de la Escola y colaboradores de la Corporación Musical La Primitiva y son alrededor de 70 miembros.

Por otro lado, en cuanto a la parte vocal, el alumnado de Canto y el Conjunto Coral, pusieron voz a bandas sonoras originales muy conocidas como Beetlejuice o La La Land.

EL MAL DEL SIGLO XXI
Con todo esto, aquellos que se forman en la Escola tienen la oportunidad de perder el que García considera “el mal del siglo XXI para los músicos”: el miedo escénico.

“Les viene muy bien porque pierden el miedo. El hecho de enfrentarse a un escenario al cual no están acostumbrados favorece que pierden la vergüenza. También sirve para que ellos vean que aquello que estudian durante el curso tiene un resultado final, y como factor de cohesión social también funciona muy bien. Hay alumnos que no se conocen entre ellos, incluso tampoco a ciertos profesores, y la preparación de esta gala sí que permite que trabajen entre ellos”.

Además, es buen momento para “salir del nido”. La Escola de Música organiza a lo largo del año tres grandes audiciones que son en Navidad, a final de curso y a la gala musical de finales de marzo. Como explica su director, las dos primeras se llevan a cabo “en casa” pero en esta gala los alumnos tocan en otros espacios. “A principio de curso ya sabemos que a finales del mes de marzo tenemos esta cita, y a partir de enero empezamos a prepararla. Nosotros tenemos sedes donde hacemos nuestras audiciones pero también queremos que los alumnos sepan que fuera de casa también hay más cosas”.

Del mismo modo, se consigue fomentar el trabajo en grupo ante un factor que, como señala García, caracteriza a gran parte de los músicos: el individualismo. “Los músicos tenemos una cosa muy mala y es que somos muy individualistas, menos cuando tocamos en banda. Queremos enseñar que hay otras formaciones de música de cámara que permiten trabajar con otras, ir más allá de tocar un instrumento tú solo”, concluye.

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