Libro de instrucciones

Desde temprana edad y sobre todo en la adolescencia, he escuchado reiteradamente que no hay un libro de instrucciones para los padres. Yo me preguntaba para que querían dicho libro, si a mis padres no les hacía falta para nada, siempre nos daban amor, mucho amor y todavía lo siguen haciendo, respeto y por qué voy a negarlo, dentro de sus posibilidades, nos han consentido todo.

Pero llega el día que de momento te ves como padre y entonces es cuando buscas el dichoso libro, pero no lo encuentras en ningún lado. Te van saliendo las cosas de manera natural y lo único que sabes hacer y a veces de manera torpe, es amar. Amas a tus hijos como nunca habías amado a cualquier otro ser y tengo la opinión, muy personal, que nadie sabe lo que es el amor verdadero hasta que no tiene a un hijo, un sentimiento que no se puede explicar y sólo lo pueden entenderlo los que son padres. Sin embargo, y a pesar de todo el amor, los niños van creciendo y continuamos sin saber que hacer en muchas ocasiones. Y es ahí cuando yo tiré del libro de la vida, empecé a recordar como me habían educado mis padres, a banda de su amor. Me enseñaron a respetar, a amar, a ser amable, una palabra más extensa de lo que parece, aparte de comportarse con agrado, es aquella persona fácil de amar. Enseñar a tener principios, dignidad, ser íntegros, sinceros, que el sí sea sí y que el no sea no, educación, ser libre pero entendiendo que la libertad de uno acaba donde empieza la del otro, las palabras mágicas, por favor, gracias, perdona.

Y luego cada hijo hará lo que él quiera, tomará sus propias decisiones, incluso veremos como dos hermanos educados de la misma manera y con las mismas circunstancias, son diferentes en su forma de actuar y de entender la vida, pero todo lo que les hemos enseñado sobre todo con el ejemplo más que con las palabras, fluye sobreponiéndose en sus vidas como el aceite está por encima del agua.

Ser padres, una labor tan bonita como complicada. De sufrimiento, siempre deseando que no les pase nada malo y aunque recordemos los tiempos que nosotros llegábamos a la salida del Sol a casa, ahora no estamos tranquilos hasta que no oímos la puerta de su llegada al hogar. Roles de la vida que pasa en un santiamén, de ser educados a educar, sin embargo lo más importante es aprender cuando estamos de un lado o del otro. Si pudiera pedir una sola cosa a Dios, sería que nadie en este mundo vea sufrir o tener que despedir a un hijo para siempre. Pero tenemos una esperanza y es que sí tenemos un libro de instrucciones escrito para nuestras vidas y se llama Bíblia. Aunque supongo que muchos de vosotros no sois creyentes y que este comentario os puede parecer hasta gracioso, mas os animo que continuéis leyendo este humilde y sincero artículo. Podéis contestaros a vosotros mismos si tan sólo obedeciendo estos versículos, siendo o no creyentes, el mundo no iría mejor. Son los diez mandamientos.

Amarás a Dios sobre todas las cosas.
No tomarás el nombre de Dios en vano.
Acuérdate del día de descanso.
Honrarás a tu padre y a tu madre.
No matarás.
No cometerás actos impuros.
No robarás.
No darás falso testimonio ni mentirás.
No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
No codiciarás los bienes ajenos.
Por cierto, estos mandamientos se encuentran tanto en la BÍblia como en el Corán y es muy significativo que sean iguales o muy similares.
¿Puedes imaginar el mundo sin asesinatos, robos, adulterios, traiciones, injusticias, mentiras?
Seguro que todos viviríamos mucho mejor.

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