Lorenzo Pastor. “El equipo ha demostrado tener una mentalidad ganadora”

“Voy a seguir un año más y cuando acabe ya valoraremos. Serán ya siete temporadas y estar en un mismo sitio muchos años no es bueno, tienen que haber cambios. Estoy tranquilo porque en el club hay gente preparada”

Ha pasado algo más de un mes del fin de semana en el que el Patín Alcodiam se abrió al mundo con su histórico título de la Trophy Cup. La resaca fue larga con recepciones, homenajes y actos de reconocimiento a la gesta alcanzada. Entre medio, una leyenda alcodiamista como es Ferran Formatjé, todo un caballero de las pistas, anunciaba su adiós y despedida del hockey. El equipo se apresta a vivir un último y excitante episodio de una temporada que será recordada de por vida. Mañana empiezan los play-offs por el título y el Patín Alcodiam se las verá con el Barça, no el todo poderoso Barça que reinaba en el hockey mundial, pero sí una versión más terrenal y menos depredadora. Al frente de toda esta nave azulgrana, su técnico Lorenzo Pastor, el entrenador hecho así mismo, que de la nada y sin experiencia en la élite, ha llevado al equipo de su ciudad a tocar el cielo. Tiene firmado un séptimo año, que ahora mismo no sabe si será el último, lo único que tiene claro es que el final de su ciclo se acerca. Después espera recuperar el tiempo que le lleva robando a su familia.

– ¿Qué recuerdos te vienen cuando recuerdas lo sucedido en la Trophy Cup?

– Veníamos de unas semanas muy complicadas, de mucha carga de partidos en enero y febrero, pero la clave estuvo en el punto en cómo llegamos, en la mentalidad que tuvo el equipo. Incluso la goleada en Reus nos vino hasta bien. Ese lunes tuvimos una charla en el vestuario que nos reforzó como grupo. Aunque fuera una competición nueva, porque es un título que se ha creado este año, a la Final Four llegaron el Follonica y el Coutras, que fueron el finalista y el semifinalista de la pasada edición de la Copa CERS. Además se jugó en Italia, con lo que ello significa. Una vez allí tuvimos ese punto de suerte, sobre todo en la semifinal, que tienes que tener para ganar un título. El equipo se lo mereció.

– ¿Se rompió también esa negra tradición de caer a las primeras de cambios?

– Si te refieres a la Copa, hay un handicap que nadie valora, que son los viajes. Los equipos catalanes se mueven en pocos kilómetros. Nuestra mentalidad es distinta a ellos: vienes de jugar el fin de semana, te vas un jueves, ya duermes allí, esa semana apenas entrenas, son viajes de mínimo cuatro horas y después de tantos meses, llegas a saturarte. Además, estas competiciones suelen jugarse a una altura de la temporada en la que el equipo paga este tipo de esfuerzos. Son muchas horas de carretera y autobús al año que acaban pasando factura. Sabemos que es lo que hay, pero a nosotros nos penaliza en algunos momentos de la temporada. Aun así, creo que en la Copa competimos bien. Llegamos muy justos y con jugadores muy tocados físicamente.

– ¿Podría decirse que en la Trophy Cup hubo un cambio de mentalidad?

– Diría que un extra de motivación, que siempre ayuda en ese momento difícil. Piensas que si das ese último empujón, a lo mejor te llevas el premio. El equipo no bajó nunca los brazos pese a ir perdiendo 5-3. Nos llegaron a pitar cuatro penaltis, fue un arbitraje europeo, en el que se permite todo y al que no estamos acostumbrados, pero el equipo siempre vio que podía. Luego tuvimos ese punto de fortuna que siempre hace falta para ganar un título.

– ¿Y desde mañana el Barça?

– Al final es un play-off y jugar frente al Barça siempre motiva. Hay que valorar que logramos la salvación a falta de tres jornadas. El equipo hizo una primera vuelta muy buena y solo bajamos en la segunda, que históricamente nos cuesta más, pero es por esa saturación de partidos y de viajes que lleva el equipo. Se sacaron los partidos que había que ganar. ¿Qué nos hubiera gustado acabar más arriba? Claro que sí, pero es una liga cada vez más igualada. El Caldes se ha salvado en la última jornada con un empate. Hoy por ejemplo en el entrenamiento solo somos seis jugadores.

– ¿Qué esperas de esta eliminatoria?

– Sobre todo que seamos competitivos. Es verdad que no es el Barça en modo apisonadora como era hace unos años. Iremos al Palau con la idea de hacer un partido muy serio, pero sobre todo hemos de disfrutar de jugar un play-off por el título y si suena la campana, pues bienvenida sea. En liga fuimos capaces de jugar muy bien y acabamos perdiendo de un gol, lo mismo nos pasó en nuestra casa, donde también caímos por un gol de diferencia. Espero en esta semana que nos queda recuperar a algún lesionado y no ir con tantas bajas como tenemos ahora. Si no nos motiva jugar contra el Barça, ¿con quien lo vamos a estar?. Será la despedida de Ferran Formatjé y todos estamos con ganas de que hagamos un buen partido en casa. Sabemos que es muy difícil, tenemos un 15% de posibilidades, pero vamos a intentarlo.

– ¿Qué valoración haces de la temporada?

– Sobre todo destacaría la regularidad que hemos tenido, especialmente en la primera vuelta. La gran diferencia esta temporada ha sido fuera de casa. Se han sacado puntos muy importantes. Creo que ha sido el año que más hemos sumado fuera. Hubo un momento que estuvimos con más puntos fuera que en casa. También es cierto que los rivales complicados los tuvimos en la primera vuelta como locales y fuera nos tocaron los de nuestra liga. Pero no es fácil ir a Igualada y ganar, ir a Noia y empatar, igual que en Sant Just. Se sacaron muchos puntos y se ganaron partidos que tocaba ganarlos sí o sí. Resulta curioso, que esta temporada estemos jugando el play-off y en la pasada, con el récord histórico de puntos en OK Liga, nos jugáramos la permanencia en un play-out. Se hizo un temporadón sumando 34 puntos, pero hay situaciones que no controlas y equipos que no puntuaban, empiezan a hacerlo y se aprieta todo. Tampoco es justo el sistema de liga. Somos 14 equipos y bajan dos y el décimoprimero, como fuimos nosotros, juegue un play-out. Es demasiado castigo. Este año el Caldes, que se ha salvado del play-out en la última jornada, tendrá una plaza en Europa. Cada año toca hacer algo más para salvarse, que al final es el objetivo primordial del club.

– ¿Se llega a valorar lo que se está consiguiendo en las últimas temporadas con clasificaciones para la Copa, un puesto en el play-off por el título y ahora la victoria en la Trophy Cup?

– La afición que nos sigue, que es fiel al equipo, que afortunadamente cada vez es más gente, sí que valora todo lo que conseguimos. Pero esto es como todo, quizás hemos mal acostumbrando a muchos, que solo van si el equipo va bien. Esto es deporte y cada vez hay más igualdad y es todo más complicado. Ganar cuesta mucho y cada semana que pasa tienes que resetearte porque es como una rueda que nunca para. Este año, entre el Europeo y el Mundial, han habido meses de cinco y hasta seis partidos. El Voltregà, que es un histórico y contaba con un plantillón, se salvó por el punto que consiguió en nuestra casa. Todo es muy complicado y cuesta mucho.

– ¿El título europeo puede ser un punto de inflexión y ser más ambiciosos como club?

– Al final traer jugadores hasta aquí es muy complicado, aunque seamos un club serio y estemos muy valorados dentro de la liga, ellos tienen muchos equipos alrededor y los jugadores pueden vivir en casa. Tienes que saber encontrar un perfil de jugador que quiera vivir la experiencia de irse fuera. Este título ha venido bien para conseguir mayor repercusión. En Alcoy mismo, gente que no conocía el hockey, ahora sabe quienes somos, pero económicamente no creo que la cosa cambie mucho. La idea es seguir teniendo los pies en el suelo, que es lo que nos ha funcionado bien todos estos años. La diferencia entre jugar o no un play-off es tan mínima, que salvo tres o cuatro equipos que sabes que van a estar ahí por presupuesto, los demás si coges una mala racha y te metes abajo, luego cuesta mucho salir. Hemos de ser humildes, trabajar mucho e intentar conjuntar un buen grupo y tener la mejor plantilla posible.

– Llevas seis temporadas y vas camino de tu séptima campaña. ¿Cómo llevas compaginar familia, un negocio particular y ser entrenador de un equipo de élite?

– Es un sacrificio muy grande en casa. Son muchas horas entrenando y fuera de casa, intento disfrutarlo, porque el Alcodiam es mi club, pero no es fácil y siempre le digo al presidente que voy de año en año. De cara a la próxima temporada le he dado la palabra de continuar, aunque no sé lo que haré en la siguiente. Mi situación ha llegado a un punto en el que más de cómo manejo yo las cosas es la gente que está a mi alrededor. Sin el apoyo de la familia sería imposible, igual que en la empresa que tengo trato de delegar y me apoyo en ellos. Hay semanas como la de la Final Four en la que solo me vieron un día. Se sacrifican más ellos que yo.

– ¿Compensa todo este sacrificio?

– El hockey siempre ha sido mi pasión, pero ahora mismo para mí es un trabajo. ¿Disfrutar?, disfruto poco. Hasta incluso de los buenos momentos. Tu ganas, pero en el momento que entras en el vestuario, eso se ha terminado. Lo tienes que enfocar como un trabajo cualquiera, en el que unos días te apetece menos y otros más, pero es tu responsabilidad y con ello tienes que cargar.

– ¿Poco queda entonces de aquel Lorenzo Pastor que afrontó entusiasmado aquella oportunidad que se le brindaba hace seis años?

– Soy una persona totalmente diferente. Aquello fue una ilusión, una novedad, pero al final es como alguien que tiene un trabajo que le apasiona y sabes que tendrá momentos en lo que no disfrutas. El día a día se hace muchas veces muy difícil de llevar. Un vestuario está hecho de muchas personalidades diferentes, existen problemas, unos se ven y otros no llegan a conocerse. Las alegrías, la mayoría de veces duran muy poco, lo justo. Hablamos que llevamos casi 180 entrenamientos desde que comenzó la pretemporada, quieras o no son muchos días y tienes que buscar una motivación. La experiencia te enseña que con unos jugadores tienes que tener un trato y otro muy distinto con otros. Al final del año son muchas horas en las que debe saber manejarte.

– ¿Tiene fecha de caducidad tu cargo?

– De momento, un año más y cuando acabe ya valoraremos. Llevaré siete temporadas en el equipo y la vida son etapas. Estar en un mismo sitio muchos años no es bueno, tienen que haber cambios y el final de mi etapa llegará, de eso estoy seguro. Estoy tranquilo porque en el club hay gente preparada para cuando llegue ese momento. Lo que tengo claro es que después del Alcodiam no habrá otro club, quiero dedicarle ese tiempo a mi familia. Si tengo que dejar de entrenar, no será un problema. Se cerrará una etapa y si luego me entra el gusanillo, pues ya se valorará, pero mi intención no es continuar mi carrera como entrenador en otro lugar. Aquí tengo mi familia, mi trabajo y es donde quiero estar. El hockey no es fútbol. El Alcodiam es mi club y el día que me diga que buscan entrenador, me iré tranquilamente a mi casa y si quieren que eche una mano en algo, lo haré encantado como siempre lo he hecho por el Alcodiam.

– ¿En qué medida afectará el adiós de Ferran Formatjé?

– Pues bastante, era y es una persona súper importante para el club. Pero es ley de vida. El deporte de élite llega a una edad en el que te saturas. Todos estos años hemos tenido una suerte muy grande porque se ha formado un grupo muy importante con el propio Ferran, Guiri, Gonzalo, Agustín… Para un entrenador es muy importante poder contar con gente que se ha identificado tanto con el club. Al final, cada temporada hacías un par o tres de movimientos en la plantilla, pero la base del equipo ya estaba hecha con estos nombres. Lo bueno es que hay gente joven que está ahí y quiere quedarse y son el futuro del club. Ya no es “estoy un año y me voy”. El equipo ha demostrado este año tener una mentalidad ganadora, no solo por el título europeo conquistado, por cómo ha ido la temporada. La temporada pasada hacemos la mayor puntuación de toda la historia del club en OK Liga y jugamos un play-out y este año con menos puntos nos salvamos a falta de tres jornadas y estamos en el play-off por el título.

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