Mauro Colomina: “El gobierno es un espectador del cambio que necesita Alcoy”

Entrevista al nuevo concejal de Guanyar tras incorporarse a la corporación municipal

El proceso de primarias finalizará el 20 de diciembre con la publicación del resultado de las votaciones, que se llevarán a cabo del 12 al 18 de diciembre
Mauro Colomina, edil de Guanyar.

Tras ser secretario del grupo municipal Guanyar en la anterior legislatura, Mauro Colomina ha comenzado una nueva andadura como concejal de esta plataforma municipalista tras tomar posesión del cargo en el Pleno celebrado a finales de julio.

El nuevo edil, que se convierte en el segundo de a bordo de Pablo González –ahora portavoz de Guanyar– va a compatibilizar su labor como concejal con su trabajo en una entidad de certificación.

–¿Cómo está viviendo estos primeros días como concejal?
–Diría que intenso es la palabra. Es cierto que esto lo sé desde principios de julio, cuando Sandra hizo pública su renuncia de forma oficial, y desde un poco antes de forma privada, pero por diversas cuestiones, me ha venido un poco de golpe.

Ahora estoy compatibilizando mi trabajo en una empresa con esto, y es la línea de pensamiento es que esto sea temporal. Consideramos que la política, aparte de ser vocacional, debe ser temporal, porque cuando las personas se perpetúan en la política empiezan a surgir otro tipo de complicidades que no van en línea con los intereses de la ciudadanía.

–Ha mencionado la palabra temporal, ¿no tiene idea de continuar de cara a las próximas elecciones?
–Ya he estado cuatro años en la política municipal, trabajando como secretario en el grupo municipal, desde 2015 hasta 2019. Fue una experiencia muy intensa y muy enriquecedora, tras la que, decidí, no dar un paso atrás, pero mi intención era generar una carrera profesional de lo mío, y ahora que he conseguido tener un trabajo que me gusta, fijo y con el que he salido un poco de la precariedad de la que venía desde hacía tiempo, no me gustaría romperlo. Esto me lo tomo de forma absolutamente temporal, y es una decisión bastante firme.

–¿Fue esa una condición para aceptar entrar como concejal? ¿Influyó su convicción política?
–Por las dos cosas, pero sobre todo porque es temporal, esa era una condición inamovible, porque precisamente tengo un proyecto profesional, por el que, a largo plazo priorizo, porque no quiero estar toda la vida en política, ni creo que debiera hacerlo.

Es una cuestión de temporalidad, de convicción política y también de afinidad con las personas que estamos, sobre todo con Pablo. Creo que es una persona muy trabajadora y muy valiosa, con la que me gusta trabajar, con la que me siento cómodo y creamos buenas sinergias.

-A finales del pasado mes de julio, tras tomar posesión del cargo, hizo su primera intervención en una moción, ¿cómo vivió el Pleno?
-Un poco caluroso (entre risas). Estaba roto el aire acondicionado, en la línea de otros sitios como la biblioteca, pero quitando de esa anécdota que no tiene mayor importancia, ya había ido a muchos plenos y sabía un poco su dinámica.

Me preocupa y venimos hablándolo desde hace tiempo, que los ciudadanos de Alcoy ven los plenos como algo intrascendente, como algo aburrido, como un instrumento que realmente no funciona.

Las cosas no se deciden en los plenos, si no, y es una política que lleva a cabo Toni Francés, se deciden en los despachos, se deciden eligiendo socios y haciendo una aritmética muy calculada.

Es verdad que en ese primer pleno participé en la moción sobre las medidas frente a la crisis, en la que, me pareció que Vox decía muchas cosas nocivas y contaminantes. Contaminantes porque está muy clara su estrategia: crear alarma de muchas cuestiones que no son problemas sociales, y decidí contestarle. Si todos hacemos oídos sordos a lo que dice Vox, su discurso se queda ahí, se queda esa mancha de sospecha hacia colectivos normalmente minorizados y en riesgo de exclusión, y se da por bueno.

Aparte de ver esos dos bloques, el de Vox, y un poco los demás –el resto de partidos de la corporación apoyaron la moción–, no me gustaría tampoco que ese fuera el debate, todos contra Vox, porque creo que eso es lo que quiere. Lo que vemos es una postura conformista del gobierno y otra inconformista, y creo que Guanyar está en esa segunda, contra el Alcoy de la resignación. Veo a Alcoy con esa nostalgia del pasado, que estamos sumidos en la resignación y no somos capaces de remediarlo.

-¿Cómo enfocaría Guanyar la manera de gobernar en Alcoy?
-Considero que hace falta más empatía. Hace poco hemos vivido una situación muy desagradable con las personas que se quedaron fuera de las Escoletes d’estiu, sobre todo personas con bajos recursos…mucha empatía con esas personas.

También creo que faltan ideas innovadoras, ilusión, propiciar grandes debates…da la sensación de que en Alcoy pasa el tiempo y seguimos con los problemas que acarreamos del pasado y con los nuevos, encima, con el agravante de que los proyectos importantes que se están haciendo son extragubernamentales, el gobierno local no ha pintado nada. Me refiero a la apuesta de AITEX de crear un centro de referencia textil, diría a nivel estatal, o a otros proyectos como puede ser el que tiene entre manos la Universitat Politècnica de València o la Universidad de Alicante. Es decir, da la sensación, y creo que es así, de que el Ayuntamiento de Alcoy, el concreto, el gobierno de Toni Francés, es un mero espectador del cambio que necesita Alcoy.

Desde la oposición, nuestro trabajo es el de control al gobierno, señalar aquellas cosas que se hacen mal o que se pueden hacer mejor, tratar de dar nuestro punto de vista, y sobre todo, dar una visión en positivo e ilusionante del Alcoy que queremos. Tenemos un gobierno que ni ilusiona, ni ilumina, la única luz que hay son los proyectos extragubernamentales. La gente busca su futuro en Alcoy pero no lo encuentra.

Puede leer la entrevista completa en la edición de El Nostre Ciutat del sábado 6 de agosto. 

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