Mourad, un 9 con alma de 10

Fue el autor de un gol que vale un ascenso y la confirmación de un delantero cuyo sueño es jugar en la élite

El hispano-marroquí iniciando la acción con la que consiguió el gol en el último partido.

Ninguna acción define mejor a Mourad que su gol en El Regit de Atzeneta. En la jugada se aúnan fuerza, instinto y definición. El hispano-marroquí es puro talento. Un 9 con alma de 10. Su voracidad, su ambición le llevó a ser delantero, pero perfectamente hubiera podido ser centrocampista, además de los buenos, de esos capaces de llevar las manijas de los partidos.

El verano pasado llegó casi de puntillas, cedido por el Elche, después de saber que Pacheta no iba a continuar en el banquillo franjiverde. De haber seguido el hoy técnico del Huesca, igual la operación no se hubiera hecho y sería jugador de Primera División. El burgalés le tenía un aprecio especial. Le hizo debutar en la Copa donde disputó tres eliminatorias –Gimnástica Segoviana, Yeclano y Athletic– e hizo dos goles.

La marcha de Pacheta en contra de lo que quería la plantilla y la afición le llevó a aceptar la propuesta del Deportivo y estrenarse en Segunda B. Su cesión fue una de las prioridades para ocupar ficha Sub’23 en la plantilla blanquiazul. La Tercera División se le había quedado pequeña y necesitaba nuevos retos. El Alcoyano se los ofrecía y de aquí saldrá mejor futbolista.

La ambición de Mourad es llegar algún día a la élite. No le importa que sea en España, Francia, Bélgica o Marruecos, su país de nacimiento. A España llegó con apenas dos años. Lo hizo junto a su familia, que vino a trabajar en el campo. Su destino fue la huerta murciana. Fijaron la residencia en Balsapintada, una pequeña pedanía perteneciente al municipio de Fuente Álamo, de menos de dos mil habitantes. Allí creció el pequeño Mourad con un balón cosido a los pies.

> Entrevista completa a Mourad en la edición en papel de El Nostre Ciutat del sábado 20 de marzo.

 

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