Pere Cañellas: «Lo más inteligente era retirarme ahora, en plenitud»

El 5 del Patín Alcodiam ha anunciado que cuelga los patines tras catorce temporadas en activo para iniciar carrera como entrenador

Pere Cañellas: "Lo más inteligente era retirarme ahora, en plenitud"

Genio y figura hasta en la manera de decir adiós a lo que ha sido su vida durante dos décadas como profesional. Pere Cañellas, un pedazo de la historia del Patín Alcodiam, ha decidido colgar los patines. Nada más anunciar su decisión en su perfil en internet las redes sociales se llenaron de mensajes de cariño. El eterno 5 azulgrana se marcha dando un portazo al club de su vida, sin esperar nada a cambio tras catorce años de hoja de servicio y con la sensación de que muchas veces no ha sido uno de los suyos. Deja atrás una relación de amor y odio y algunas heridas abiertas que confía que con el tiempo acaben cicatrizando. Su vida fue, es y seguirá siendo el hockey, ahora como técnico, donde espera aportar toda su experiencia y ser un entrenador profesional.

–Muchos no se lo acaban de creer y tuvieron la sensación que es una de esas decisiones que fue tomada en caliente, en el fragor de la batalla. Viendo jugar a Pere Cañellas nadie diría que su condición de jugador de hockey tiene desde la pasada semana fecha de caducidad. ¿Hay todavía algún mínimo resquicio para revertir la situación y posponer ese anuncio de retirada?
–“Lo tengo plenamente decidido y meditado. Es el momento de decir adiós. Nunca es fácil y más cuando hay detrás una carrera de veinte años como profesional. Prefiero dejar el hockey en plenitud de condiciones, con el equipo en OK Liga, a punto de entrar en Europa y disputando la Copa del Rey, que queriendo alargar mi carrera y que todo lo bueno y bonito que estamos viviendo esta temporada acabe en una pesadilla. Eso me disgustaría y mejor dejarlo con un buen sabor de boca. Siempre les dije a los míos que cuando me vieran flojear en la pista, que me lo dijeran, que no quería retirarme con la sensación de estar arrastrándome en una pista. Ahora ha sido al revés, mi familia y los amigos me han dicho que me esperara, que perfectamente podía aguantar un tiempo más, esa sensación también la tengo yo, pero mi cabeza me ha dicho basta. No me veo todas las tardes en un gimnasio como los jóvenes de hoy en día. Soy de otra pasta y es mejor dejarlo así, en plenitud. Es lo más inteligente. A finales de año ya lo dejé caer, estaba en ese proceso, tampoco vi una reacción por parte del club, por lo que es mejor que cada uno siga su camino”.

–Eres de El Vendrell, una localidad costera de Tarragona de unos 40.000 habitantes donde el hockey es el deporte que más practican los niños. Tus otros cuatro hermanos jugaron al hockey, tus dos hermanas practicaron patinaje y tu padre fue delegado del primer equipo de hockey de la ciudad. Sin embargo, nunca jugaste en el Vendrell. ¿Cuánto menos resulta curioso?
–“Tuve alguna propuesta en varias etapas de mi carrera, incluso estando en el Alcodiam quisieron ficharme. También ahora, cuando se enteraron de mi intención de dejarlo, me llamaron para que me fuera con ellos, como una manera de cerrar el círculo. No niego que me hubiera gustado dar ese paso, pero no se dieron las circunstancias adecuadas”.

–Fuiste uno de los llamados júniors de oro de tu generación. Llegáste al Barça y lo ganáste todo como azulgrana. Incluso fuiste a la Selección Española, ¿qué recuerdas de aquella época?
–“Fue muy bonita, la verdad. Fiché por el Barça tras mi paso por el Vilaseca, donde me vieron y me incorporaron a su cantera. Estuve cuatro años, hasta júnior. Tuve el honor de formar parte del que para mí ha sido el mejor Barça de la historia con los hermanos Páez, Gaby Cairo, Ramón Benito, Gabaldón, Egurrola… Impresionante. Pude debutar con ellos jugando un minuto en una semifinal de Copa frente al Igualada tras ser expulsado David Páez”.

–Ese carácter indomable y rebelde ya dio sus primeros síntomas en aquella etapa, siendo júnior y habiendo debutado en el Barça
–“Entonces no se deban las oportunidades de ahora, los canteranos lo tenían mucho más complicado. Hubo un partido donde mi cabeza hizo definitivamente “click”. Estaba ganando el Barça 11-1 al Vilanova y Figueroa no me quiso poner. Me enfadé mucho aquel día”.

–¿Entonces llega la propuesta del Lloret?
–“Fichan como entrenador a Jordi Camps y pide que vayamos los cuatro júniors de oro, como se nos conocía a Marc Torra, Jordi Carbó, Jordi Adroher y a mi. Los dos años posteriores de dejar el Barça no fueron fáciles. Eres júnior y había muchos intereses en los equipos. Fue tras dejar el Lloret y fichar por el Vilanova, también en OK Liga, cuando lo pasé verdaderamente mal. Me apartaron y el entrenador solo miraba a los jugadores que había traído él”.

–¿Fue entonces cuando decides bajar un escalón y jugar en lo que hoy en día es la OK Plata?
–“Siempre digo lo mismo, jugar en lo que entonces era Nacional no es un desprestigio y lo recomiendo a cualquier jugador. A mi las dos temporadas que estuve me vinieron muy bien para crecer como jugador y tener minutos. Fiché por el Lleida y logramos el ascenso a OK Liga. Después me vino a buscar el Areces y hasta Asturias que me fui. Allí estuve dos temporadas. En la primera de ellas ganamos la Copa del Príncipe, la primera que se organizó. Fue una etapa que recuerdo como mucho cariño. No ascendimos porque no había dinero para reforzarse. Subieron los que sí lo hicieron”.

–Entre ellos el Alcodiam, que en 2008 y con 24 años fue a por ti y fuiste uno de los refuerzos del regreso del equipo a OK Liga. ¿Fue Diego Mir quién avaló tu fichaje?
–“Siempre le estaré agradecido porque él me trajese al Alcodiam y, lo más importante para mí, conocer a la que hoy es mi mujer y formar una familia en Alcoy”.

–¿Imagino que llegarías con la mentalidad que lo hacen la mayoría de jugadores que fichan por el Alcodiam, de intentar relanzar tu carrera como equipo trampolín?
–“Posiblemente esa era la mentalidad. Me sentía preparado para jugar en OK Liga, algo que no sucedió en el Lloret y el Vilanova, era demasiado joven. Sin embargo, no tuve tiempo. A la segunda temporada de estar aquí ya era padre”.

–Camino de tu decimocuarta temporada como azulgrana, ¿se puede decir que tu etapa en el Alcodiam ha sido como un viaje en una montaña rusa?
–“Las he vivido de todos los colores y he aprendido de todo, tanto de lo bueno como lo malo. Sin embargo, siempre dijo lo mismo: lo volvería a vivir, he sido feliz”.

–¿Con qué recuerdos buenos te quedas?
–“A nivel personal con el gol que supuso el primer empate que consiguió el Alcodiam contra el Barça. Otro gol mío frente al Vendrell nos clasificó para la Final Four de la Copa CERS en Bassano. También esos diez años que fui capitán. En lo colectivo, los dos ascensos a OK Liga y los dos títulos de la Copa de la Princesa, además de ese 3-2 frente al Barça en la Copa donde los tuvimos contra las cuerdas”.

–¿Y entre los peores, esos 32 partidos de sanción que te impusieron y que supuso estar una temporada entera sin jugar?
–“Fue muy duro, pero sobre todo por la impotencia del momento. Encima te dicen que todavía debía estar contento porque me hubieran podido caer dos años. Todo fue porque el árbitro puso en el acta que había golpeado la puerta de su vestuario y que le pegué un manotazo, cuando fue otro compañero. Sin poderlo demostrar, todo quedó entre su palabra o la mía”.

–¿Después vino aquel episodio de enfrentamiento con Sergi Punset que terminó con el desgarrador capítulo de concederte la baja en plena temporada, en el mes de diciembre?
–“Las cosas iban mal, el equipo era último y se me quiso cargar muchos males de entonces. El entrenador dijo que era el causante de que hubiera un mal ambiente en el vestuario. El club tampoco me apoyó y lo mejor era irse. Encima se acentuó todo porque mi suegro era el vicepresidente y también dimitió, igual que mi cuñado Carlos Pérez acabó esa temporada pero ya no ha vuelto a jugar en el Alcodiam”.

–¿En cambio tú sí que volviste a la temporada siguente?
–“Vine con la idea de llevar al Alcodiam de regreso a la OK Liga. No quería irme de este club de peor forma de la que vine. Llegué y acababa de subir y en todo este tiempo mi idea ha sido esa, de dejarlo tal y como estaba cuando me ficharon y si todo funciona como hasta ahora, incluso mucho mejor que entonces y con el orgullo de haberlo dejado cuando yo he querido, que nadie me lo impusiese”.

–Sorprende que después de tantos años en el club, no solo como jugador, también como entrenador de la base, que el anuncio de la retirada haya sido por tu cuenta y que inicies una nueva etapa al margen del Alcodiam
–“No guardo rencor a nadie, lo mejor en este momento es que cada uno de nosotros sigamos nuestro camino. No sé si el club tiene planes para mí. Solo sé que comuniqué mi decisión con tiempo. Desde entonces ha guardado absoluto silencio. Esperé a que el equipo estuviera salvado para comunicar mi decisión, que no hubieran especulaciones y lo que no quería era esperar a final de temporada. Creo que era el momento adecuado para poder despedirme de todos. No soy rencoroso y si el Alcodiam me llama, me tendrá. Siempre estaré agradecido al club por todos estos años que me ha dado”.

-¿Con tu adiós se va contigo una manera muy particular de entender este deporte?
–“Siempre digo que estoy chapado a la antigua, que me considero un jugador de hockey de otra época. Ahora es un juego más físico, yo en cambio buscó más jugármela en el uno contra uno”.

¿Cuáles son tus planes de futuro?
–“Para este verano ya sé que voy a ser entrenador invitado a una concentración en Madrid de la Selección Española Sub’15. Voy a estar junto a José Ramón López, Javi Sama y Carlos Cortijo, que es el seleccionador de la categoría. También estará Guillem Cabestany, seleccionador absoluto y que para mí es como el Guardiola del hockey. Será como un máster para lo que pueda venir después”.

–¿Tienes sueños como entrenador?
–“Muchos y me gustaría conseguir esos títulos que no pude lograr como jugador. No hablo de una Liga, pero sí de una Copa del Rey o una CERS. Aún lo veo muy lejos, pero como soñar es gratis, igual algún día se hacen realidad”.

–¿Te ves cerrando el circulo como entrenador y dirigir algún día al Vendrell?
–“No sé, nunca se sabe. Un hermano mío está en la junta y en el equipo juega un sobrino. No me disgustaría, la verdad”.

–¿Cómo entrenador eres igual de impulsivo que como jugador?
–“La edad hace que tu carácter se apacigüe. Me gusta saborear el buen hockey, aunque quiero que mis equipos también tengan carácter y rebeldía en determinados momentos. Sé que los protagonistas son los jugadores, por ello me gusta que no solo estén contentos quienes juegan habitualmente, también quiero que se sientan partícipes los que lo hacen menos y tener a todo el grupo contento”.

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