Quiero ser árbitro

Desde bien joven empecé a jugar al futbol, deporte que me apasiona, pero a la edad tempranera de los 16 años tuve que dejarlo a consecuencia de una lesión que me perduró durante unos meses. Hasta entonces únicamente había jugado en la cantera del CD Alcoyano pasando por todas sus categorías, pero dos años después en la mayoría de edad, se cruzó en mi camino una gran persona en la Universidad Miguel Hernández de Elche como es, Luis Ripoll. Gracias a él, volví a jugar a futbol en el CD Vedruna, donde la verdad tengo gratos recuerdos de aquellos años. Pero Luis, fue la persona que empezó hablarme del mundo del arbitraje, ya que él, en aquellos años, pertenecía al colectivo arbitral, donde me explicaba el funcionamiento y la exigencia a la que estaban sometidos cada temporada, ya que se requería una preparación física y técnica óptima. Así en broma, él me decía, “Anímate y hazte árbitro”, ya que por mi condición física tenía posibilidades de acceder en el colectivo arbitral. Por ello, me pudo el querer saber un poco más y fue cuando me puse por primera vez en contacto con la Delegación Territorial de la FFCV.

Recuerdo como si fuera ayer, el día que fui a infórmame de los requisitos que debía seguir, me atendió una simpática joven Carolina Aura. Desde ese instante durante unos meses nuestro profesor particular de reglas, Kike Sanchís, nos explicaba regla a regla, al igual que Rubén Porras, que era quien se encargaba de los entrenamientos físicos en la pista de atletismo del Francisco Laporta. Tras las pruebas y los exámenes correspondientes accedí a la categoría del futbol base. Desde que me inicie en el mundo del arbitraje he podido presenciar tanto como árbitro como aficionado lo que sucede semana tras semana en los terrenos de juego de las diferentes localidades de España… de las conductas violentas que estamos expuestos en un deporte tan hermoso como es el futbol. El deporte, concretamente el futbol, es una vía para enseñar valores, compañerismo, aprendizaje, al igual que el respeto y la deportividad entre los clubes y con el colegiado que es quien debe juzgar y dirigir cada semana los encuentros que se disputan. Reconozco que, desde las entidades deportivas, con el paso de los años, la figura del árbitro se está respetando, aunque sea a paso de hormiga.

La realidad es que en el futbol base, a los padres les alegra saber que sus hijos quieran ser deportistas, y por ello, disfrutan de ellos cada semana apoyándoles y animándoles. Pero no son conscientes de que los colegiados que dirigen los encuentros de sus hijos, mucho de ellos también son jóvenes y tienen unos padres que les apoyan constantemente y que estos deben de soportar, partido tras partido, grito tras grito, insultos y conductas violentas hacia sus hijos o hijas. La figura del árbitro, debería de ser respetada por todos los que componen este bello deporte. Somos deportistas, con una preparación exigente tanto a nivel físico como a nivel técnico que tenemos que poner en práctica cada semana y decidir en décimas de segundos las decisiones que puedan exponerse en cada encuentro, teniendo en cuenta el reglamento. Muchos me preguntan; “y entonces… ¿Por qué quieres ser árbitro?, ¡No podría soportar todas las cosas que te dicen desde la grada, los propios jugadores e incluso sufrir que estés expuesto a alguna agresión física!”.

Son varios los motivos que les hago ver que me hacen seguir en este mundo del arbitraje; pertenecer a un colectivo de personas que te hacen ser mejor persona, él estar vinculado en este deporte que siempre he amado y el poder inculcar el respeto y la deportividad en el futbol base, ya que, si empezamos desde los cimientos, en un futuro este deporte podría ser como otros, donde todos los componentes de una disciplina deportiva sean respetados por igual. Creo que si esos padres, que están viendo a sus hijos cada semana, arbitraran un encuentro, entenderían mucho mejor como se pueden sentir cada semana los árbitros, abucheados entre multitud de personas, insultados e incluso juzgados desde la absoluta intolerancia. Y lo peor de todo, es que los que gritan y critican con dureza a los árbitros, no conocen las más mínimas reglas de juego. Quizá sería bueno que se fomentara cada cierto tiempo, que entrenadores de estas categorías se pusieran un día en el lugar del árbitro, dirigiendo un partido. O que estas iniciativas se promovieran en las escuelas de fútbol haciendo participe a los padres, para que ocuparan el lugar del árbitro al que critican en el mejor de los casos, cada fin de semana.

Con estas medidas se darían cuenta de lo difícil que es acertar un fuera de juego en décimas de segundo, con el agravante de no tener linieres, o como decidir si el balón entro o no tras dar en el larguero, si ha sido mano dentro del área o fuera etc. Ser árbitro es muy difícil, pero si los que formamos parte del fútbol, en vez de ayudarles les ponemos las cosas más difíciles, será mucho peor.

Todos nos damos un margen de error, en cambio a los árbitros no se lo permitimos. Piensa que podría ser tu hijo, tu hermana, o alguien a quien estimas, por ello intentemos cambiar esa mirada, ya que únicamente depende de nosotros mismos. No querría concluir, sin antes mencionar a las personas que día a día, hacen que este pequeño colectivo, sea, al fin y al cabo, una gran familia, tanto a Mario por su disposición ante cualquier problema, Carolina en su día a día apoyándonos cuando lo necesitamos, Rubén y Carlos, que siempre están para echar una mano, Zornoza en su labor en la Associació Árbitres Alcoi, Ángel, Balú, Víctor, Nato, Juano, Saul, Xavi, Sergio, todos ellos, aportando su experiencia en este mundo del arbitraje, y como no, a todos los compañeros que semana tras semana estamos en los terrenos de juego en las diferentes localidades de España.

Siempre he tratado de ser fiel a mí mismo, para luchar esas batallas que sentía que eran importantes. Mi responsabilidad última es hacia mí mismo. Yo nunca podría ser cualquier otra cosa que un árbitro que siempre intenta ser objetivo y fiel a mí mismo, aunque por eso a veces se pague un alto precio en el terreno de juego.

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