Sor Elisa Verdú: “Los jóvenes también pueden ayudar”

Entrevista a la religiosa alcoyana, que dirige el Hospital Carmelo de Mozambique

Sor Elisa Verdú: “Los jóvenes también pueden ayudar”
Sor Elisa Verdú, en el IVAM CADA, durante su estancia en Alcoy. | XAVI TEROL

Médico y Paula, Sor Elisa Verdú lleva años haciendo una gran labor en el Hospital Carmelo de Chowke. Ella es un referente para Alcoy en cuanto a solidaridad, y ahora ha visitado su ciudad natal para continuar ayudando a los que más lo necesitan

– Viene cada cierto tiempo a Alcoy, desde su última visita, ¿cómo se ha sentido al volver otra vez a su tierra, y más después de todo lo que ha pasado este último año y medio?
–Vengo cada dos o tres años, cuando puedo y si el Covid me deja. Venir ha sido una maravilla. Alcoy es lo más bonito, el pueblo más bonito del mundo. Es una maravilla estar aquí, descansas, ves las montañas, los puentes, la gente tan simpática, la familia, las amigas…

–Actualmente reside en Mozambique y allí está en el Hospital Carmelo de Chowke, que es referente en el tratamiento del SIDA, pero ¿podría profundizar más sobre la labor que hace el centro?
–También es referente en el tratamiento de la tuberculosis, y enfermedades crónicas, como la diabetes, hipertensión, broncopatías… El centro empezó con la tuberculosis, luego como el Sida fue asociado a la tuberculosis, y empezamos a trabajar las dos enfermedades, y ahora ya somos un referente.

Estos enfermos son crónicos y en los hospitales no se les quiere porque ocupan mucho las camas, y entonces nos encargaron estas patologías. Empezamos con quince camas, y actualmente tenemos ciento quince. Habrán pasado unos 24.000 enfermos por allí, pero ahora están en seguimiento 9.000 de Sida, unos 2.000 de tuberculosis por año, porque esta enfermedad si se cura; y entre los de hipertensión y diabetes tendremos unos 3.000 pacientes.

–¿Qué es lo que le empujó a irse allí?
– Lo primero, que soy hija de la Caridad, Paula, entonces nosotros ayudamos a los pobres. Y, además, soy médico. Entonces estas dos cosas unidas, ¿dónde vas?, donde más haga falta un médico que ayude, y allí la sanidad está por los suelos.

–A parte también se hace una labor muy importante con el tema del apadrinamiento, ¿en qué consiste esta función?
– Más que apadrinamientos, lo que intentamos ayudar a los enfermos, porque estas dos enfermedades los incapacitan en la sociedad, en su futuro, y lo que hacemos es mejorar la situación familiar, social, educacional, y hasta su vivienda. Y en los apadrinamientos ayudamos a niños enfermos, o hijos de enfermos para que sean autónomos en su vida adulta.

– Se tratan muchos pacientes y seguramente muchas veces los recursos no son los idóneos…
–No son muchos, pero los que hay los conseguimos a base de proyectos, con todo tipo de gente, como parroquias, colegios, autonomías, gobiernos, como, por ejemplo, en este Ayuntamiento, que siempre nos ha ayudado y hacemos proyectos.

– ¿Cómo ha afectado a esta falta de recursos del Hospital la llegada de la Covid-19?
– Empezamos con que no podíamos ingresar a mucha gente así que limitamos las camas, también las consultas, porque como había confinamiento no podían venir cuando querían. Dimos medicación para cada 3 o 6 meses, en vez de para 1. Con lo cual, ellos en sus casas se han ido contagiando mucho más, muchos ya no volvieron… Y luego como no sabían exactamente los diagnósticos, no sabíamos realmente cuantos había, y esto ha sido un poco problemático porque no sabíamos controlar bien la pandemia.

Puede leer la entrevista completa en la edición de El Nostre del sábado 18 de septiembre de 2021. 

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