Toda una vida en la Nova

Hablar de la Societat Musical Nova d’Alcoi es hablar de Antonio Llinares, una persona que lleva más de medio siglo vinculado a esta entidad, que conoce a fondo y en la que ha dejado su impronta a lo largo de muchos años de vinculación y de gestión al frente de ella. La Nova acaba de vivir su 175 aniversario, una ocasión que ha permitido a Antonio Llinares echar la vista atrás y recordar muchos años de trabajo, de dificultades y de problemas, pero también de retos conseguidos, de ilusiones y de experiencias. Su paso por la entidad ha comportado varias etapas en la presidencia: desde 1979 a 1980, de 1982 a 1991 y de 1995 a 1998, como también ha sido asesor musical de la Associació de Sant Jordi, creando el premio del desfile de bandas, y ha formado parte de la directiva de la Federación de sociedades musicales. Fue, además, el director del Himno de Fiestas en el año 1997 y sobre esto apunta que “nunca hubiese pensado en coger una batuta, y cuando me lo comunicó el entonces alcalde José Sanus me emocioné mucho”.

Antonio Llinares entró en la banda a principios de los años sesenta del siglo pasado y desde un primer momento se implicó en la gestión de la sociedad, que pronto tuvo que enfrentarse a la problemática de quedarse sin local, ya que se cerró la etapa en el Iris. Ante este situación, varias entidades se ofrecieron a acoger a la entidad musical y finalmente se decantaron por los Salesianos, donde permanecieron hasta 1983, cuando inauguraron su local propio.

Fue en la calle Perú donde encontraron unas instalaciones que se adaptaban a las necesidades de la banda y empezaron a trabajar para hacer realidad la posibilidad de que la Societat Musical Nova contara con una sede propia, con un local en condiciones donde poder ensayar y llevar a cabo proyectos de futuro. Y no fue fácil. Para adquirir el local había que formalizar un préstamo y a nombre de la entidad era imposible, puesto que no tenía personalidad jurídica, por lo que tuvo que realizarse de manera personal a nombre de un grupo de miembros de la entidad que constituyeron una comisión para este menester, tal y como recuerda Antonio Llinares, y junto a él firmaron el préstamo José Guillermo Morales, Enrique Torró, Jesús Fuertes, Rafael García, José Muriel y Liberto Soler, contando con el apoyo de sus respectivas esposas para llevar adelante esta operación. Antonio Llinares recuerda que el local, con unos 185 metros cuadrados, fue adquirido por 2,5 millones de pesetas, si bien finalmente llegaron a gastar hasta seis millones, puesto que tuvo que acondicionarse, lo que incluyó la completa insonorización de las instalaciones, con el fin de evitar posibles molestias a los vecinos.

Fueron años duros, “prácticamente todo lo que ingresaba la entidad era para pagar el préstamo del local, tanto de lo que se cobraba por las actuaciones como de venta de lotería, de llaveros… Todos los componentes de la entidad tuvimos que realizar una derrama de 25.000 pesetas, y durante muchos años poco dinero recibían de las actuaciones, puesto que prácticamente todo era para pagar el local. Lo cierto es que los músicos colaboraron mucho”. Los esfuerzos llegaron a buen fin y el local se pagó, inaugurándose además unas segundas instalaciones en el año 2003.

A lo largo de los años en que ha estado en la presidencia de la Nova ha tenido clara la importancia de la unión entre las diferentes bandas y el lugar prioritario que debe ocupar la formación. “Siempre he querido unir, creo que es fundamental y trabajé para que las bandas nos sentáramos a hablar, se creó la comisión de Santa Cecilia, que llegó a editar una revista”, y consiguió que los alumnos de las tres bandas que tenía la ciudad en ese momento no pagaran matrícula en el Conservatorio.

La importancia de la unión también la tuvo clara a la hora de formar parte de la directiva de la Federación, y durante este periodo consiguió que en 1996 celebrara su asamblea en Alcoy. En cuanto a la formación, Antonio Llinares tuvo muy clara la importancia de crear la escuela y la banda juvenil, “teníamos la base y había que hacer lo posible para fomentar la formación”, y respecto a esto añade que “agradezco mucho a José Muriel el que mantuviera la escuela y la banda juvenil”. Recuerda que precisamente durante la presidencia de Muriel se trabajó en la redacción de los nuevos estatutos, que Antonio Llinares presentó en mano en la Conselleria.

Ha sido mucho el trabajo realizado por Antonio Llinares en esta entidad y reconoce que ha contado con apoyo, destacando de manera especial el que siempre ha tenido por parte de José Guillermo Morales y Antonio Alcaide, pues durante muchos años han trabajado codo con codo en beneficio de esta entidad. Y a la hora de los agradecimientos, desde luego hay una persona especial, como es su esposa Dolores Igual. Ahora la Nova tiene como presidente a su hijo, José Antonio Llinares Igual, un músico excelente del que su padre está orgulloso. “Han sido muchos los viajes, acompañándole para que siguiera sus estudios, y también supuso un esfuerzo económico importante, pero lo cierto es que ha merecido la pena, y estoy muy orgulloso de dónde ha llegado”. Su hijo también ha sido director del Himno de Fiestas, un honor que tuvo el año pasado.

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