La Española y dos votos

No puedo negar que se vive muy tranquila alejada de la política municipal. Todavía sorprende a algunos que no eche de menos en absoluto mis días en política activa, pero son los menos; quienes me conocen saben que estoy muy bien donde estoy, que es donde quiero estar. En mi partido y con mis amigos. Sobre todo con mis amigos.
Cierto es que, de cuando en cuando, ojeo las noticias locales (no todos los días, conseguí desintoxicarme) y lo cierto es que si algo no he perdido, es la capacidad de sorprenderme, que raya en el absoluto estupor ante lo que sucede en el Ayuntamiento de mi ciudad.

Por si alguien no lo sabe, soy la única de mis hermanas que vive en Alcoy, ellas viven fuera hace años por razones de trabajo inicialmente y por arraigo familiar con el tiempo. Mi hija mayor vive y trabaja en el extranjero, y no creo que mi hija pequeña se quede en Alcoy. Esto es lo que ofrece mi ciudad a sus ciudadanos.

Que la izquierda local se empeñe en impedir el progreso de Alcoy es algo que no me sorprende, no es eso. Ahora bien, que quienes tuvieron responsabilidad de gobierno e impulsaron un proyecto esencial para nuestra ciudad como es el de LA ESPAÑOLA, ahora se desmarquen y se pongan de lado a la hora de dar el apoyo definitivo a este proyecto me ha sumido en el más profundo desconcierto.
Que Jorge Sedano y Mario Santacreu se abstengan a la hora de dictaminar en comisión la interposición de un recurso contencioso administrativo contra la declaración de urgencia en la tramitación de este expediente, y que su voto haya sido esencial para el dictamen favorable es algo que tendrán que explicar a los alcoyanos. Que tenga todo el mundo claro que, de haber votado en contra, como hicieron los grupos municipales responsables, el asunto habría ido dictaminado desfavorablemente al pleno.

Se han puesto al nivel de quienes tratan de impedir el progreso de nuestra ciudad, con argumentos tales como que queremos envenenar el agua de nuestros hijos (evidentemente, no tenemos otra cosa en la cabeza, sobre todo pensando en ellos).

Sin embargo, sí se puede sacar algo positivo, esto clarifica muchas cosas y pone a cada uno en su lugar: personas así, capaces de defender una cosa y la contraria con tal de mostrar su desacuerdo con el que fue su partido, sin importar el daño que hacen a quienes están dispuestos a invertir en esta ciudad y a crear puestos de trabajo, no tienen cabida en el Partido Popular.

Lo triste es el daño que han hecho por el camino, no sólo a este partido a toda la ciudad por medio de su ataque a una empresa que apuesta por Alcoy, en contra de sus propios dirigentes, que prefieren seguir su inercia de no hacer antes que apoyar el empleo y la creación de riqueza en nuestra ciudad.

Exconcejala. Militante del Partido Popular de Alcoy

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