La processó és llarga i el ciri curt

Como tantas otras veces nos encontramos con una frase hecha a la medida del Gobierno municipal de Alcoy. La expresión la processó és llarga i el ciri curt la utilizamos para recordar la obligación de administrar los bienes con sensatez para que duren, sobre todo cuando las necesidades son muchas y los bienes escasean.

Y sólo hay que recordar una de las apabullantes frases con las que nos advirtieron desde la Intervención municipal al respecto del presupuesto municipal de 2022 para darse cuenta del poco rigor con el que trabaja el señor alcalde y su equipo: “excesiva dependencia del endeudamiento y de las subvenciones”.

La larga procesión a la que nos condenan este presupuesto a los alcoyanos fue aprobada con la ayuda de los cómplices habituales del PSOE. Unas cuentas pensadas a mayor gloria del presente actual y sin considerar el desastroso futuro inmediato al que abocan a la ciudad. Igual por ahí se entiende la necesidad de buscarse les favetes de l’olla al margen de la política de algún que otro regidor socialista.

Para que las cuentas del Gobierno puedan cumplirse sería necesaria la construcción de cerca de 4.000 viviendas nuevas en un solo año. Solo así podría alcanzarse la previsión de recaudación del Impuesto de Bienes Inmuebles que figura en el presupuesto. Y resulta complicado teniendo en cuenta que el Gobierno es incapaz de sacar adelante el ecobarrio de El Partidor prometido en campaña electoral. Aunque es cierto que enumerar las promesas electorales incumplidas por Antonio Francés da vergüenza ajena. De los 600 empleos estables que prometió en Rodes mejor no hablar. No hace falta mirar más allá de Orión o estar cerca de la Puerta de Tannhauser, como el replicante de Blade Runner, para ver cosas que otros no creerían. El Alcoy de Antonio Francés y su equipo haría palidecer al mismísimo Roy Batty. Hasta 4 informes del Síndic de Greuges denuncian su falta de transparencia, facturas guardadas en cajones por valor de 703.779 euros, (en un año un aumento del 434%), una ejecución de proyectos de tan sólo el 14,44% en 2021, el deterioro total de la Font Roja, asediada por las vallas que, desgraciadamente, ya son un elemento más de nuestro mobiliario urbano. Márgenes que engullen naves industriales….

También resulta difícil de creer que tenga que ser la Conselleria de Cultura la que proteja a un Centro histórico catalogado Bien de Interés Cultural de los desmanes de los socialistas locales. Toda la prisa que se dieron en levantar sus calles la han perdido en arreglar las goteras del Francisco Laporta (aplazadas a 2023) o en reclamar rapidez para la tramitación del Plan General y tantos otros temas aparcados, esperando que el maná europeo les salve la bola de partido.

El señor alcalde debería comenzar a entender que no hay cera para tanta procesión. Que no puede malgastar el dinero que no tiene. Alcoy necesita una gestión seria y responsable que se ajuste a las necesidades reales de nuestro presente y prepare el futuro inmediato. Utilizando la frase que catapultó a Bill Clinton a la presidencia, contra pronóstico, en 1992: ¡Es la economía…!

Kiko Cantó. Concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Alcoy

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