Reflexiones del momento. ¿Carne o pescado?

Y es que no hay mas ciego que el que no quiere ver y animal mas corto que el ser humano o algunos especímenes del género, del género tonto, quería decir.

Más o menos desde los tiempos de un tal Caín y otro tal Abel, los seres humanos venimos dándonos badana. No importa el arma utilizada, bien sea una gruesa “cachiporra”, una pedrada certera, una lanza con punta de sílex, una ballesta, una pistola o fusil de asalto, cualquier método es bien utilizado por criminales, envidiosos o simplemente quienes se creen poseedores de la verdad suma, que no de argumentos que la avalen.

No he querido mentar otras armas de destrucción masiva, ya que al demonio mejor ni mentarlo y estos días sólo tenemos que asomarnos a la TV y sabremos de qué les hablo. Esto es como los mercados de valores. La bolsa sube y baja a instantes. La diplomacia actúa y Putin parece que se relaja, pero no tanto. Vuelven a sonar los cuernos que llaman a la confrontación, y la vieja Europa, con su aliado EE.UU., van parcheando el tapete bélico pero nada más. Al zorro estepario, viejo agente de la KGB no se le amedrenta fácilmente y se crece, aunque quienes en realidad corren peligro no son sus gentes del Kremlin, sino los sufridos y expuestos ciudadanos rusos. Una simple conclusión nos lleva a afirmar que poco o nada importa a los altos dirigentes su target, sino su imagen de vencedor, caiga quien caiga y aplaste a quien aplaste.

Esa característica generalizada es común a todos los niveles y se extiende por todo el globo terráqueo. No importa el continente, ni el país, ni tan siquiera el resto de escalones que van bajando hasta las propias comunidades de propietarios. Nada importa, porque a pesar de todo, siempre se tiene a los voceros y palmeros que se entregan y sacrifican por sus líderes convertidos en ídolos y elevados a deidades. Jamás se les ve pena ni culpa, jamás se le pone ni tilde ni coma a sus actos o gestión. Cómo no van a entronarse.

Pues, lo dicho, de esta básica y simple reflexión sería muy fácil obtener conclusiones de ir por casa. Observemos, pero escuchando y hablando y dejémonos de secarnos las babas y de encandilarnos con espejismos e imágenes maquilladas fruto del marketing.

Caín y Abel, David y Goliat, Moros y Cristianos, Maulets y Botiflers, Azules y Rojos, Madrid y Barça, Gobierno versus gobierno y ahora PP contra PP. Vaya hombre, perdónenme que lo explique de este modo, pero ahora que estábamos abstraídos con el affaire Rusia y Ucrania, parece que a los dirigente de la derecha española les ha entrado la envidia y montan su espectáculo circense, como si no tuviésemos suficiente con el fuego amigo en el seno del Gobierno del país.

No importa, ni hace falta tildar estos espectáculos de bochornosos, suicidas o vergonzantes, porque seguro que cada uno de nosotros sabrá buscarle el calificativo adecuado, siempre y cuando se tenga una mente abierta y transversal y no entremos a formar parte de los hooligans políticos, de los portadores de banderas rojas, azules, moradas, blancas, naranjas, bueno, de a estos últimos ya no se encuentran, y que no importa si hay que rodear el Congreso, una sede política o llenar un campo de fútbol.

Pues todo eso lo están logrando los gerifaltes que dominan el mundo, los países y regiones, estos capitostes que se prodigan casi de lustro en lustro con sonrisas, besos, globos, caramelitos y palabras, muchas palabras y que llegan a creerse lo que sus cohortes de asesores y técnicos les escriben y aconsejan, olvidando que con lo que tenemos, no da para tanto y que sembrando aire se logra descontento que conlleva a lo que nos ha ocurrido en España, el nacimiento de extremismos populistas por ambos lados. Ni más ni menos. El efecto rebote del descontento y del sentirse engañado, hace resurgir los viejos demonios y así nos luce el pelo. Esos globos vienen llenos de aire pero nunca de dinero, ni fábricas, ni viviendas ni alimentos; esos caramelos nos endulzan el instante de tenerlos en la boca, mientras dura la representación, pero una vez acabado, se acabó y esas palabras son una escalera para que algunos alcancen su gloria, que no su servicio a la comunidad

¿De nada nos han servido todos estos años de democracia, de nada nos sirve tener unas generaciones bien preparadas académicamente?. Antes había poca información y muy sesgada, ahora que tenemos sobredosis de ella y en muchas ocasiones no sabemos cómo utilizarla, creyendo que el mero hecho de disponer de un gran abanico de medios ya es el fin y el fin es el de ilustrarse, saber aprovechar todo lo que podemos encontrar en ellos, y discernir entre lo que nos interesa y la cierta basura que podemos encontrar.

Así que debemos aspirar a ser mujeres y hombres de “O” en lugar de ser de “Y”. Porqué se nos enseña que siempre debemos de elegir entre una cosa u otra. Blanco o negro, carne o pescado, monte o playa. No será mejor comer carne y pescado o disfrutar tanto del campo como de la playa. No nos ceguemos pues con ídolos, con las ideas, tengamos la capacidad de saber entresacar cada cosa óptima o buena de todo lo que nos rodea, incluso de la política.

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