Una sanidad capacitada es imprescindible

Me causa consternación, y rabia, seguir las informaciones de lo que está acaeciendo en el Hospital Verge dels Lliris de nuestra ciudad, con el agravante de ser un hospital que constituye toda un Área Sanitaria.

Es inadmisible lo que está pasando, y que se arrastra desde hace tiempo, y no nos resta más que darnos cuenta

–Ajuntament, Consellería, y Generalitat- de que el problema es mayúsculo, y ha de ser solucionado, YA.

Una sanidad fuerte y suficientemente dotada en recursos y material humano ES INDISPENSABLE, y ésto lo dice alguien que, sin ser nadie, vivirá sus últimos años agradeciendo, diariamente, a esa sanidad, a esas personas que nos son tremendamente necesaria.

En un día tan señalado como el de Nochebuena, una ambulancia me trasladó desde mi domicilio, en Ontinyent, para ingresar en el Hospital LLUIS ALCANYS de Xátiva (Valencia) Área Sanitaria a la que pertenecemos, por no encontrarme bien del todo.

El día 22 de Enero, prácticamente un mes más tarde, regresé a casa, y quiero hacer público mi agradecimiento a todas las personas que con su trabajo, con su profesionalidad, y con su esfuerzo, han permitido que siga con vida, han cuidado de mí, me han ayudado de forma impresionante a que pueda seguir viviendo, a seguir con los míos.

Mi gratitud es eterna, PARA TODAS Y TODOS: GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

El reconocimiento es para el Hospital, en su totalidad, pero he de hacer mención de manera especial a quienes atendían la planta cuarta, donde nos encontrábamos los que regresábamos de nuestra particular lucha con el COVID-19… Y por supuesto, de quienes en la Uci han demostrado su gran profesionalidad.

Quiero agradecer y mostrarle mi cariño más sincero a una enfermera, de la que no recuerdo su nombre, pero que desde el primer momento, cuando no podía ni coger la cucharilla de plástico para comer un simple yogur, se convirtió en mi madre, en mi apoyo, en el nexo, incluso, con mi familia… Es más que seguro que no volvamos a vernos, pero te agradezco que hayas estado ahí en esos momentos, en los verdaderamente importantes… Que Dios te bendiga, por siempre.

También ocurrió algo parecido con un enfermero, con un muchacho del que guardo los mismos sentimientos, le pedí su nombre y teléfono, pero como buen profesional, se diluyó entre mis propias debilidades… Gracias también a ti, que Dios te bendiga.

Todo el personal de la planta tuvo un comportamiento maravilloso, y a todas y a todos les deseo lo mejor, de corazón.

Fui el único que no me enteré, pero me tuvieron en la Uci, en estado de coma, y me salvaron la vida… NUNCA ME FALTÓ DE NADA, tuve de todo, con personal suficiente para mis
–nuestros– cuidados.

Quiero también mostrar mi agradecimiento al doctor que me cuidó esas dos semanas, en planta, y que ha sido quien ha conseguido devolverme a casa… Gracias, eternas, doctor.

Por último, recuerdo a otro doctor, vagamente, me comentan que es intensivista, que fue la imagen que tuve desde que regresé de ese infierno, un hombre que me animó desde el momento en que abrí los ojos… Gracias infinitas, gracias por estar.

Quien esto escribe es alguien anónimo, sencillo, irrelevante, y que reconoce haber tenido el enorme privilegio de haber sido atendido, cuidado, y salvado por todos vosotros.

Llevo mucho tiempo, como mucha gente que conozco, y en las redes está la muestra, defendiendo a rajatabla a nuestro tejido sanitario, a esos miles de personas que, nos cuidan, nos limpian nuestros desperfectos, nos ayudan… mientras desatienden a los suyos, a sus casas, a sus familias, a sus propios enfermos… Durante los últimos tiempos así ha sido, lamentablemente.

Su trabajo durante tantos meses está siendo extenuante, heroico, y vital.

Nunca he conocido que haya unas personas que nos sean tan necearías, que sean imprescindibles a tiempo completo, mientras llevamos años destruyendo inexplicablemente nuestra sanidad Pública para beneficio de los mismos que ya no necesitan más beneficios.

Pienso sinceramente que, un pueblo que se despreocupa de su Sanidad, que son quienes nos ayudan a seguir viviendo, es un pueblo miserable.

Puede que tengamos motivos para pensar que no estamos del todo libres de esa miseria.

Permitidme este irrelevante y mínimo recuerdo por lo que estáis haciendo con la gente, desde siempre… GRACIAS.

Creo que este relato quedaría incompleto si no me atreviera a pedir responsabilidad y civismo a todos, pues parece ser que la situación no acabamos de sacárnosla de encima, y llevamos ya decenas de miles de víctimas, y eso no es aceptable.

Me comentaron varias veces que soy egoísta e insensible al drama que viven, por ejemplo, las personas que se dedican a la hostelería, tanto empresarios como trabajadores, y les digo que uno de mis hijos tiene dos bares, por lo que su enorme sacrificio lo viene sufriendo –junto con su familia– de lunes a domingo desde hace año y medio.

Pero también, y a la vista de lo arriba relatado, soy consciente (en primera línea) del peligro que supone la relajación, la no responsabilidad, y el pensar que poder estar de marcha está por delante de la vida de las personas… Todo puede ser posible, pero también el sentido común y el civismo… de ambos nos servimos las personas, jóvenes y mayores.

Soy también consciente de que las cosas no pueden ser así si no atendemos a nuestra Sanidad Pública como es deseable y digno, y parece ser que, en el Hospital Verge dels Lliris, no está siendo así.

Mi ruego, como ciudadano, es que no pase ni un solo día más sin que Alcoy y su Zona Sanitaria tengan la atención suficiente y necesaria.

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