Dako, el multiusos del Serelles FS

Es el capitán del equipo, además de su goleador, entrena a la base y es el coordinador de la cantera

Dako, el multiusos del Serelles FS
Dako celebra un gol con la camiseta del Serelles FS. | PAU SANCHIS/PST

No se sabe bien quien se necesita más, si el Serelles FS de Dako o es Dako quien no podría pasar ni un día sin la entidad que lo acogió con los brazos abiertos hace casi una década, cuando después de crecer como jugador en todas las categorías formativas del Alcoyano y saborear lo que es jugar en Primera Regional con el Esides, que acababa de ascender por primera vez a esa categoría, le propusieron dejarse el fútbol para pasarse al balón pequeño.

“Fue Pepe Aroca quien vino a buscarme a Arnauda para que fichase en el benjamín del Alcoyano”, desvela. “Allí estuve hasta la etapa de juvenil. Después fiché por el Juan XXIII y recuerdo que aquel año lo ganamos todo en el fútbol local. Luego vino el Esides en Primera Regional. Ese año bajamos y fue cuando Pablo Pérez, con el que me une una gran amistad desde los 3 años, quien me propuso fichar por el Serelles”, rememora David Úgeda, que es como realmente se llama Dako, apelativo que arrastra desde sus inicios como jugador, después que su entrenador de entonces decidiera llamarle así porque eran varios en el equipo que se llamaban David.

Así fue como comenzó hace ocho temporadas ese idilio con el fútbol sala, pero especialmente con el Serelles FS. No solo luce el brazalete de capitán del primer equipo que milita en la Tercera División, sino que es uno de los tres pilares sobre el que se asienta el proyecto de cantera que emprendió este club, que esta temporada ha arrancado el curso con treinta y tres equipos. Dako es el coordinador de toda la base, labor que comparte con Pablo Pérez, que a su vez es el entrenador de la primera plantilla, y en la que también está implicado el presidente de la entidad, Javi Silvestre, desde una parte más administrativa, y a la que se ha sumado en los últimos tiempos su hermano Joan.

“Hemos intentado hacer lo que se ha hecho toda la vida”, desvela Dako, “que era que el niño se formara en su entorno más cercano, que era el colegio donde estudiaba. En todos estos años hemos ido firmando convenios con varios colegios a los que proporcionábamos técnicos del club para que el niño pudiera seguir jugando tranquilamente con sus compañeros de clase. Aquellos que terminaban Primaria y en su centro educativo no tenían ESO, pasaban a formar parte de los equipos del club. Esta temporada tenemos veinticinco equipos que pertenecen a colegios convenidos y los otros ocho (dos infantiles, un juvenil B, un júnior federado, un femenino y tres séniors) son los que gestionamos directamente nosotros”.

Un enorme trabajo de coordinación cuya mayor satisfacción es que por primera vez en el deporte local se cuenta con una cantera en fútbol sala con equipos estructurados desde que el niño o la niña empiezan a dar sus primeras patadas detrás de un balón. “Se había perdido la liga alevín, cuando todos los colegios de la ciudad tenían al menos un equipo. Hemos conseguido recuperarla y este año habrán ocho equipos. En el primer equipo tenemos a tres canteranos –Michi, Chavo y Borja– a los que empecé a entrenar hace cinco temporadas y entonces ya les dije que algún día jugarían conmigo. Ese momento ha llegado y este año los tengo como compañeros. Nosotros no podemos competir económicamente con clubes con una gran tradición en del fútbol sala y nuestra ilusión es que esos jugadores que se han formado desde pequeños en el club se acaben quedando con nosotros y lleguen algún día al primer equipo para mejorar el nivel actual de la plantilla”, confiesa.

Precisamente esa identificación con el club ha llevado a Dako, que ahora tiene 28 años, a ser fiel a unos colores pese a los cantos de sirena de jugar en superior categoría y cobrar por jugar. “Tuve la opción de jugar en Segunda B y preferí quedarme en Tercera, cuando fuera se pagaban 300, 400 e incluso 500 euros”, explica Dako, quien no sabe donde estaría en estos momentos si una lesión de rodilla no hubiera truncado su mejor momento deportivo.

“Entrenando tuve una lesión de menisco. Me dijeron que iba a estar poco tiempo, que la recuperación tras la operación iba a ser rápida, pero estuve dos años sin jugar. Volví la temporada pasada en enero. Aún tengo secuelas y se hace líquido en la rodilla, obligándome a parar. Esta temporada estoy volviendo a reencontrarme y disfrutar de nuevo. Me mentalicé en verano e hice ejercicios de fortalecimiento que me han ido muy bien”, reconoce Dako, quien recientemente en la Copa hizo un “hat trick” y lleva cuatro goles en liga.

Un ejercicio que para el Serelles FS ha comenzado con Pablo Pérez tomando las riendas del banquillo del equipo. “Al principio resultó un tanto extraño, es alguien con el que has jugado desde pequeño y además es amigo, pero lo está sabiendo manejar de maravilla. Sabe lo que es un vestuario y a todos nos conoce muy bien”, para luego confesar que “el objetivo esta temporada es conseguir cuanto antes la permanencia y luego ya veremos hasta dónde somos capaces de llegar. La Tercera es una división muy competida. Todos los equipos tiene 3 o 4 jugadores diferenciales a base de talonario”.

Asegura que con la edad ha ganado experiencia y también templanza en la pista. “Antes era muy fácil sacarme del partido. Me encaraba y me caían tres o cuatro encuentros de castigo. Ahora me tomo las cosas de diferente manera. Había veces que el cabreo por una derrota me duraba una semana”, admite para confesar que ser capitán “es una responsabilidad, no solo porque representas a tu club, también vienen chavales de la cantera a vernos o alumnos de clase y quieres dar ejemplo, porque te ven como un referente”, desvela este profesor de Educación Física de Arnauda, ahora tutor de 6º de Primaria, además de logopeda en educación especial.

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