Día de la madre

Era por allá de los finales del siglo XIX cuando una maestra de clase de infantil de una Iglesia Evangélica en Estados Unidos, cuya madre era de muy avanzada edad, preparó a sus alumnos para que montaran una fiesta como homenaje a sus madres. Por los desvelos, cuidados y amor que tenían esas mujeres por sus hijos. Una vez acabado el culto de la Iglesia en aquel segundo domingo de Mayo, los niños interpretaron poesías dedicadas a sus mamás, y les cantaban pequeñas canciones en alusión del amor que de ellas recibían. Al terminar todas las actuaciones, entregaron una flor a cada una de las madres presentes.

El acto tuvo tanto éxito, que encantó a todos los allí asistentes haciendo saltar más de un lágrima debido a tanta emoción. La noticia corrió como la pólvora y se tomó la costumbre de celebrar, cada segundo Domingo de Mayo, este homenaje a las madres.

Ya avanzado el siglo XX la Iglesia Católica instituyó también esta fiesta con un marcado homenaje a la madre de Jesús, y lo celebró el 8 de Diciembre. A mediados de dicho siglo, se trasladó dicha fiesta al primer Domingo de Mayo. Fecha en la que en la actualidad continúa celebrándose. A día de hoy, tanto las joyerías, tiendas de ropa, artículos de regalo, etc…hacen “ su Agosto “ en plena primavera, pretendiendo con el regalo manifestar el amor y reconocimiento a los desvelos maternos.

Y es bonito ver, como tanto unos como otros, continuamos celebrando tan bonita fiesta dedicada a aquella mujer que nos dio la vida.

Una vez explicada la procedencia de esta fiesta que hemos celebrado, viene en razón de las alarmantes noticias que estamos recibiendo del descenso de natalidad, tanto en Alcoy, como en España en general. Somos uno de los países del mundo con más bajo nivel de natalidad. Este echo ha obligado a tener que cerrar más de un aula infantil e incluso colegios.

En esta sociedad en la que vivimos, la célula primaria es la familia. Pero para que exista y tenga su total vigencia, hay que ser más que pareja y tienen que dar su fruto, y no me refiero a esos hijos, que a veces, no son deseados, producto de enamoramiento juvenil, sino a aquellos que conscientemente, ya que hoy se puede planificar la familia, se tengan.

En esta planificación en la que tanto se tiene en cuenta el gasto de la guardería, matrícula del colegio, libros, uniformes, celebración de cumpleaños, propios y de los amiguitos, fin de curso y otros tantos inventos que se nos presentan. A veces nos olvidamos de lo bonito que es tener niños, una de las mejores experiencias que puedan tener, tanto la mamá como el papá. Ojalá que con tanto dinero que se derrocha en sueldos inadecuados, ayudas innecesarias a personas sin escrúpulos, gastos que no llevan a ninguna parte, dinero que se “ pierde “ por el camino…con todo ese dinero mal gastado, se pudieran dar ayudas para que la gente se animara a tener esos niños que dan tanta felicidad y son tan necesarios para nuestro futuro más inmediato. Si no hacemos algo, en muy pocos años, seremos un país de jubilados. Quiero pensar que el descenso de natalidad no sea consecuencia de la comodidad.

Hay un texto bíblico escrito por el Salmista que dice: “Herencia del Señor son los hijos, recompensa es el fruto del vientre. Como flechas en manos del valiente, así son los hijos que se tiene en la juventud. Bienaventurado el hombre que llena de ellos su aljaba”
Y aunque ya haya pasado el día, creo que llego a tiempo de decir. Felicidades a todas las madres. Que Dios las bendiga.

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